Diario Ejecutivo
Réquiem por el empresario Emilio España Krauss
Hace unos días me enteré de una noticia triste: murió Emilio España Krauss.
Lo supe porque un periodista publicó un mensaje aislado. Creo que fue Leopoldo Mendívil. Inmediatamente busqué información en las redes sobre su fallecimiento. No encontré referencia alguna.
Para la mayoría de los mexicanos de este siglo XXI el nombre de Emilio España Krauss quizá no tenga significancia alguna, pero para algunos (como yo) es un personaje de referencia si se intenta hablar de la democracia en nuestro país. Vale la pena mencionar que era el propietario, director general y administrador de la empresa fabricante de las pastillas de menta Usher que, creo, todos hemos disfrutado alguna vez.
Fue el rebelde con causa de la iniciativa privada
Durante más de 12 sexenios criticó a los gobiernos y a los grandes hombres de negocios de este país, quienes a través de sus organismos cupulares buscaban beneficios personales y no para los verdaderos empresarios que se la jugaban día a día con México.
Lo recuerdo especialmente en aquellos días en que nació UnoMásUno en 1977. En aquel entonces, como incipiente periodista (todavía sigo siendo incipiente), fue no sólo un vocero autorizado del sector empresarial, que accedía a entrevistas telefónicas para expresar su opinión. Era también una especie de “garganta profunda” para denunciar anomalías.
En aquel entonces apenas había nacido (en 1975) el Consejo Coordinador Empresarial y Don Emilio (así con altas) ya hablaba de la falta de democracia en los organismos de la iniciativa privada, por lo que fue algo así como una guía para quienes buscaban la democracia en las cámaras. Incluso para aquellos que en 1987 (10 años después) abandonaron la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) porque no se respetaban las decisiones de sus afiliados y las instituciones de la iniciativa privada actuaban de acuerdo con los tiempos políticos y no para beneficio de sus agremiados.
Su muerte, sí, me dolió. Pero me dolió más que nadie lo recordara como un luchador social desde su trinchera empresarial.
Perdí durante muchos años el contacto con él. Precisamente cuando me fui de México a vivir a Mérida. Cuando regresé no pude encontrarlo.
Supe de él que hasta 2012 seguía denunciando públicamente a los presidentes de la República por adoptar medidas que afectaban a los industriales mexicanos para favorecer a los de otros países. Fue, no puedo dudarlo, uno de los empresarios más nacionalistas que han existido en este país.
Nació en 1933 y fue crítico de por lo menos 10 sexenios, como lo exponía el mismo en un blog que fundo y en el cual solo hay un artículo.
Las últimas noticias que se pueden encontrar en las redes sobre él son que precisamente hace 12 o 13 años fue designado miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, de la mano de Julio Zamora Bátiz, un priista de los que todavía tenían alguna base social.
Pero quizá el mejor homenaje que puede haber para honrar a Emilio España Krauss son sus palabras. Lamentablemente no encuentro en mis archivos muchas de las notas en las que describía la falta de democracia los empresarios mexicanos, pero sí reproduzco algunos textos suyos en su blog, que (repito) solo tiene un artículo publicado.
“Para poder ser industrial, hay que aprender con el mayor detalle las leyes y reglamentos, para poder defenderse de propios y extraños, Ha tenido la enorme fortuna de contar con el apoyo de abogados leales a toda prueba, rabiosamente honrados e increíblemente capaces, para quienes las mordidas no son deducibles y los gastos legales sí”.
“Antes del mandato de López Mateos (1958-1964), México exportaba: maíz, trigo, ganado, hortalizas, café, cacao, azúcar, etc., en 1962 nos sometió al programa económico “desarrollo estabilizador”, con lo que prácticamente monopolizo el comercio de todos los productos del campo; con el tiempo los monopolizadores, fueron pagando cada vez menores precios a los campesinos, desincentivando la producción y la productividad nacional, así en unos cuantos años transformaron el país de exportador a importador de todos estos productos.
“Así nos obligaron desde 1962 hasta 1987, en que Miguel de La Madrid nos hizo ingresar al GATT, a comprar los productos de esas empresas protegidas a precios desmedidamente altos y de muy mala calidad, saqueó que duró 25 y con ello se hizo nacer el contrabando que hoy nos ahoga.
“Los productos de esas empresas se vendieron internamente a precios de entre tres y cuatro veces más caros, de lo que costaban productos equivalentes de mejor calidad en el exterior, al tener México más de tres mil 500 kilómetros de frontera con Estados Unidos fueron creando un contrabando que se fue fortaleciendo a los niveles que hoy nos agobian y que ya es prácticamente imposible detener.
“Miguel de la Madrid nos hizo ingresar en 1987 al GATT, que cobró vigencia en 1988, con lo que dio la puntilla al campo mexicano, a la vez que hizo desaparecer de hecho a la inmensa mayoría de las empresas que se crearon con el proteccionismo industrial.
“Todo el enorme caudal de dinero que obtuvo esa pandilla de la venta a precios exagerados de las acciones obtenidas fraudulentamente, sin haber pagado un solo centavo de impuestos, convertidos en dólares drenados de las reservas del Banco de México, fue a parar a los paraísos fiscales.
“Vale la pena recordar que al final del mandato de Echeverría, López Portillo, Salinas y Zedillo, la misma pandilla que controla la Bolsa, la desplomó, al tiempo que ya habían drenado hasta dejar en cero las reservas, primero del Banco de México, y más tarde al haber nacionalizado la banca López Portillo, de todo el sistema bancario nacional, así cada sexenio volvieron a rellenarles las bolsas de divisas con nuevos créditos del exterior, y como el gobierno no genera riqueza, todo esto a cargo de nuevos y más agobiantes impuestos.
“Carlos Salinas nos hizo entrar en 1991 al Tratado de Libre Comercio con los EUA y Canadá, con lo que básicamente abrió las puertas para que tanto la Banca, Arrendadoras, Empresas de Factoraje como las Empresas Aseguradoras y las Casas de Bolsa, además de poder fusionarse entre sí, lo que por muchos años estuvo prohibido, su capital pueda ser 100 por ciento extranjero; entonces se dieron cuenta de las enormes diferencias entre las estadísticas de nuestro comercio exterior con los EUA, y sin mayor trámite ni explicación alguna, les hicieron “correcciones verdaderamente absurdas” de más del 50 por ciento, y a partir de 1992 empezó a publicar el Banco de México cifras que parecen demostrar que le vendemos a EUA, mucho más de lo que ellos registran comprarnos cada año, y que les compramos más de lo que ellos registran vendernos, así por arte de magia desapareció estadísticamente el contrabando; lo que es absurdamente falso.
“Cuando el petróleo lo exportaba directamente Pemex era el mexicano el (petróleo) que Estados Unidos más caro pagaba de entre todos sus proveedores mundiales. Don Jorge Díaz Serrano lo vendía a Estados Unidos entre uno y un dólar y medio más caro. Esto demuestra que nuestro petróleo es y ha sido de calidad superior y no para que segundas manos lo vendan tan subvaluado, lo que se presta a suspicacias”.
Don Emilio escribió también un libro sobre el petróleo (“Las cifras ocultas de Pemex”) en el cual denunciaba cómo se habían enriquecido pocos con los recursos de los hidrocarburos.
No sé (quizá sí lo sepa Leopoldo Mendívil) lo que opinaba el rebelde con causa de la iniciativa privada acerca de este sexenio, pero sí estoy seguro de que habría criticado la actuación del Presidente, pero también de los organismos de la iniciativa privada y cómo muchos dirigentes de organismos cúpula se han enriquecido y han hecho fraudes a costa de sus supuestos representados.
En síntesis, Don Emilio fue un luchador por la democracia y es una lástima que haya fallecido sin que se le rindiera el merecido homenaje. Por eso escribo estas líneas en su honor.
Dice el filósofo del metro: del olvido al no me acuerdo hay unas líneas de recuerdo.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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