Libros de ayer y hoy
Que emoción que México, agredido en estos momentos como Patria soberana, haya tenido la distinción astronómica de que el eclipse solar fuera total en su territorio. Toda la movilización en los tres estados señalados, Sinaloa, Durango y Coahuila, y el resto del país, ha sido repetida en los últimos días y las advertencias sobre todo en el uso de la visión.
Gran negociazo hicieron los vendedores de esos adminículos para ver. Pero un tema importante de antes y después del eclipse, como son los efectos en las personas, fuera de la visión, no fueron expuestos o muy poco en el país. De España mismo transcribí esas advertencias en el FB, para que no se sorprendan de los cambios que pueden experimentar algunas personas.
Uno de esos medios del país vasco, se refiere a dolores de cabeza, angustia, ansiedad, insomnio y otros efectos, quizá no graves, pero que pueden surgir sin que se conozca el origen. Raras veces según otros escritos hay gravedad, pero deben conocerse los síntomas para no sorprenderse y estar atentos. Se recomienda hidratarse, descansar y alimentarse bien. A mí ya se me estuvo instalando el aura, efecto que produce la migraña sin dolor con ceguera parcial y luces dentadas durante media hora.
El Halley. Todos soñamos la experiencia de un fenómeno celeste
De los diversos espectáculos que nos proporciona el cielo, el de los cometas es uno de los esperados. Yo recuerdo cuando se anunció con bombo y platillo la llegada después de 1910, del cometa Halley, allá por 1986.
Juntos en varias camionetas reporteros de medios de toda la capital y otros adjuntos, subimos por la peligrosa carretera, en aquel momento nevada, que nos llevó por Ensenada a la montaña de San Pedro Mártir donde estaba la instalación más apropiada para ver el cometa en aquella madrugada de febrero.
Recuerdo la emoción, pero también el frío de la nieve que nos rodeaba y las constantes subidas por la escalera de los telescopios para comprobar la cercanía de la estrella coluda. Entre la nieve, todos calzábamos botas, vimos, como si estuviera a nuestros alcances el maravilloso espectáculo. Escribí después:
Estrellas y cometas meteoros que descienden y estallan en la noche
Todos nos fuimos emocionados a dormir esa madrugada, cuando la nieve se asomaba por las ventanas del refugio. Solo Pedro Valtierra el gran fotógrafo se veía triste. Llevaba su cámara, pero algo de ella no funcionó. No pudo reproducir la belleza del cometa. Fueron gajes del oficio.
Leamos en estos días el más bello poema de Octavio Paz: Piedra de sol
Ahora con el eclipse solar que pone en evidencia el interés que tiene la gente por los fenómenos que descienden del cielo, también recuerdo allá en lejanos tiempos, la forma como la gente recibía la llegada de alguno de esos fenómenos, caminando por las calles con baldes y láminas y tocando en forma escandalosa y permanente como si diera la bienvenida o la alerta del temor.
Muchos libros tocan esos temas. Está el libro del afgano Khaled Hosseini Cometas en el cielo (Editorial Salamandra 2004) sobre la desgracia de un niño de ese país y para recordar al astro rey desde luego uno de los poemas más bellos de Octavio Paz: Piedra de sol.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.
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