Diario Ejecutivo
Si se toman en cuenta los resultados electorales podría pensarse que la famosa polarización no existe en nuestro país, pues más allá de los dos proyectos de nación que prevalecen en el país, hay otros elementos que permiten afirmar que en el país hay más de dos fuerzas en disputa y que polarizar es un verbo que se conjuga en las redes sociales, os medios de comunicación y en una fábrica de papel sanitario.
Primero que nada vale la pena tratar de explicar ¿qué diablos es la mentada polarización? Al respecto la Fundación para el Español Urgente (Fundeu) eligió el término como la palabra del año en 2023. En 2016 decidió analizar el populismo y determinó que podría usarse en dos vertientes: la negativa (que le dan los neoliberales) y la positiva que es “gobernar para el pueblo” como lo dijo el propio Barak Obama a Enrique Peña Nieto. Un año después seleccionó a “aporofobia” y sentenció que era correcto utilizar el vocablo para referirse al “odio a los pobres”.
Ahora, con polarización, tras explicar cómo ha variado semánticamente desde que apareció en el diccionario en 1884, aunque se trata de un término relativamente nuevo en su actual acepción, determinó lo siguiente:
“Tanto el verbo polarizar como el correspondiente sustantivo polarización son válidos para expresar la idea de división en dos bloques, posiciones u opiniones enfrentadas. En los medios de comunicación se pueden encontrar ejemplos como «Las imágenes falsas generadas por IA amenazan con polarizar la sociedad», «La polarización política ha influido en un cambio de posición de los partidos tradicionales» o «Así se han polarizado las redes sociales». Según el diccionario académico, polarizar es ‘orientar en dos direcciones contrapuestas’. En el Diccionario esencial se ofrece el siguiente ejemplo: La guerra polarizó la sociedad. En los últimos años, se ha extendido el uso de este verbo también para aludir a situaciones en las que hay dos opiniones o actitudes muy definidas y distanciadas (como los polos geográficos, magnéticos y eléctricos), en ocasiones con las ideas implícitas de crispación y confrontación. Dado que se trata de una extensión semántica justificada y asentada, ejemplos como los anteriores se pueden considerar correctos”.
Es decir que en términos generales sí es válido utilizar la palabra polarización para referirse a “la idea de división en dos bloques, posiciones u opiniones enfrentadas”.
En México, desde el punto de vista ideológico sí parece haber una politización, como lo muestran todos los días en las redes sociales, en las que la mayoría de los mensajes que se observan parecen dividirse en dos grandes bloques: quienes están a favor de la Cuarta Transformación y quienes están en contra.
En lo que se refiere a la política partidista existieron en las elecciones dos bloques contrarios y con posiciones encontradas, pero no representaron el total, sino que hubo un tercero que en principio no obedecía a los mismos intereses que esos dos. Los datos así lo muestran: el bloque por la cuarta transformación obtuvo 59.70 por ciento lo voto, el bloque anti cuarta transformación logró 25. 44 por ciento y el otro candidato registró 10.52 por ciento. Estos datos indicarían que sí existe polarización pero no es total.
Si se analiza ya el cuatro total de la sociedad la polarización queda todavía más alejada de la realidad, pues el abstencionismo (alejado supuestamente de esa polarización) ganó nuevamente las elecciones al representar al 39 por ciento del total del padrón electoral, la Cuarta Transformación obtuvo el 37 por ciento, la alianza contra la 4T solo 17 por ciento de los posibles votantes y Movimiento Ciudadano alrededor de siete por ciento. Los números fueron ajustados para dar el 100 por ciento, por lo que hay variaciones de décimas de punto en cada caso.
Si se toman en cuenta todas estas lecturas, puede afirmarse que la polarización solo existe en la narrativa de las redes sociales y de los medios de comunicación, pues aparte de los dos bloques en disputa hay otros que pueden resultar mayoritarios si se observan con cuidado.
De hecho es interesante que políticamente hay una minoría (Morena y sus aliados) y dos minorías (una integrada por el PRI-PAN y PRD) y otra por Movimiento Ciudadano. Incluso la mayoría es de tal manera contundente que, de acuerdo con las encuestas de El Financiero y El País (ambos en contra de la Cuarta Transformación) en todos los estratos sociales el voto fue mayoritario para Claudia Sheinbaum y de once profesiones o estratos profesionales sólo en uno, el de los patrones, Xóchitl Gálvez obtuvo mayoría, de 41 por ciento, sobre 39 por ciento de la abanderada de la Alianza Sigamos Haciendo Historia. Incluso en algunos estratos y profesiones la votación por Jorge Álvarez Máynez fue superior a la representante del PRI-PAN-PRD.
Con todos estos datos se puede demostrar que el único personaje que buscaba la polarización total del país fue Claudio X. González, quien lanzó a todas sus hordas afines a hacer campañas para que Álvarez Máynez declinara en favor de Xóchitl Gálvez, pero no sí hubieran ganado.
Dice el filósofo del metro: polarizar es un verbo que conjuga una fábrica de papel sanitario.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
Las opiniones expresadas por los columnistas en sus artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden no representar la postura o línea editorial de PressLibre. Sin embargo, como medio periodístico respetamos su derecho a la libertad de expresión.