+ La maestra Lilí Porras falleció de una afección cardiaca el 25 de junio de 2021. Las personas que forman el Comedor que lleva su nombre, recuerdan con emoción, el ejemplo de Lilí, una persona que además del alimento, prodigó compañía, consuelo, abrazos y sonrisas a quienes se le acercaron.
Oaxaca de Juárez, Oax.- A tres años de su fallecimiento, recordamos a la educadora Lilí Porras, por su labor con los necesitados. Durante 10 años, encabezó un equipo de personas voluntarias para ofrecer un desayuno caliente, nutritivo y sustancioso, a indigentes de esta ciudad. El propósito fue que iniciaran su trajinar por estas calles, con el estómago lleno y el corazón contento.
Su ejemplo dejó escuela entre quienes la acompañaron a servir los desayunos, todos los días a las 8:00 horas. Les mostró cómo ser más humanos, a mirar con compasión, a no voltear la mirada ante la realidad cruel para quienes viven en las calles. Enseñó a mirarlos de frente, a abrazarlos mediante el alimento, pero también con el trato digno, humano, que se merecen.
Así, encabezados por Doris, Carmen y Miguel, un grupo de personas voluntarias continúan su labor con el Comedor Lilí. Lo hacen para honrar su ejemplo de vida y porque están conscientes de la misión de dar de comer al necesitado. De ofrecer ese primer alimento del día, con el cual, las personas en situación de calle, pueden iniciar con ánimo, sus andares diarios.
El Comedor Lilí funciona desde noviembre de 2010. En sus inicios tuvo como sede, atrios de iglesias. Durante la pandemia de 2020, fue cerrado y de julio de 2022 a la fecha, en un estacionamiento ubicado en la calle de Hidalgo, 306. Continúa con la misma misión de ofrecer el desayuno a indigentes y también a migrantes que pasan por la ciudad.
Funciona por el trabajo, aporte económico y en especie de un grupo homogéneo de la sociedad civil, sin interés de lucro, político, religioso ni partidista. Actualmente lo integran 190 personas, entre quienes forman los equipos y un día a la semana ofrecen el desayuno; las angelitas, quienes brindan apoyo a todos los equipos, y benefactores, quienes entregan recursos económicos o en especie.
Cuando inició el Comedor Lilí, se atendió a vendedores ambulantes de todo tipo de artículos, a recolectores de desechos, franeleros, discapacitados, a quienes piden limosna. También hay quienes pasan a desayunar para ir a desempeñarse como boleros, lava trastes, cuidadores de coches, entre otros. En su mayoría son hombres de 30 a 70 años de edad, aproximadamente.
De manera reciente, a este grupo de comensales se sumó población migrante, quienes acuden en familias en las cuales sobresalen niñas y niños de uno a 12 años. Y para todos ellos, mexicanos y extranjeros, el equipo del Comedor Lilí, también ha reunido, para entregarles, ropa, zapatos, mochilas, cobijas y juguetes, entre otros.
La labor iniciada por la maestra Lilí Porras (5 de octubre de 1926 – 25 de junio de 2021, Oaxaca), se honra todos los días cuando se sirven los desayunos. En los primeros tiempos, bajo su supervisión, se servía un promedio de 60 desayunos al día. Así de 2010 a 2020, se sirvieron 268 mil 800 platillos.
Del 2 de julio del 2022 a la fecha, se sirven hasta 90 en un día. Así, de 2022 a 2024 se han servido 48 mil 60. En total, de 2010 al 2024, en el Comedor Lilí se han servido 316 mil 860 desayunos.
Estos platillos llevan café, chocolate, atoles, aguas de sabor, gelatinas, yogures, panes, tortillas y frutas. Asimismo, el guisado fuerte elaborado con pollo, carne de res, pierna de cerdo; huevos revueltos con salchichas, con chorizo; tortitas de papa, de espinacas, salsa de queso, de chicharrón; entomatadas, enmoladas, enfrijoladas, arroz, frijoles, sopas con pollo, tostadas, tamales, entre otros.
Ante la llegada de niñas y niños con sus familias de migrantes, se han agregado al menú, galletas, leches en cartones pequeños, flanes y, elaborado por una voluntaria, se entrega Sampa, unas bolitas de alimento altamente energético que se usa en tiempos de crisis alimentaria y que puede ayudar a combatir la necesidad o hambruna. Así lo pueden llevar para el camino, dadas sus condiciones de caminantes del mundo.
La maestra Lilí, asistió todos los días del año, durante 10 años, antes de las 8:00, para supervisar la labor, coordinar el servicio, solucionar los inconvenientes cuando se pensó que el alimento no alcanzaría y también gestionó para que le permitieran dar el servicio en los atrios de las iglesias.
El trabajo se pausó en 2020, ante el COVID. La maestra Lilí se negaba a cerrar porque le preocupaba que la población de unas 60 personas que asistían al día, entre ellos muchos adultos mayores, se quedaran sin quizá el único alimento del día. Sin embargo, la emergencia sanitaria la obligó. Con pesar se despidió en momentos emotivos y sus comensales partieron con tristeza, sin imaginar que sería la última vez que verían a su benefactora.
La maestra Lilí y sus enseñanzas a tres años de su muerte
La maestra Lilí falleció de una afección cardiaca el 25 de junio de 2021. Y las personas que forman el Comedor que lleva su nombre, recuerdan con emoción, el ejemplo de Lilí, una persona que además del alimento, prodigó compañía, consuelo, abrazos y sonrisas a quienes se le acercaron. Esas acciones han tratado de ofrecer a los comensales.
“Con ella aprendimos de primera mano a intentar ser mejores personas y servir al prójimo”. “Ojalá podamos trascender esta vida como ella, dejando huella. Ojalá seamos dignos de portar un angelito (un prendedor que se le coloca a cada persona que se acerca al Comedor y adquiere con ello un compromiso) en señal de nuestras acciones que como ella decía: los dadores son ángeles en la tierra” que están para servir”.
“Sirvamos con gusto, miremos a los ojos, dirijámonos a ellos por sus nombres. Tratémoslos con la dignidad que merecen todos los seres humanos y nunca desde arriba, así nos enseñó la maestra Lilí”.
En el Comedor Lilí se recibe a quien acuda por un alimento. Y también se acepta la participación de quien desee ser benefactor, para que acuda personalmente para servir a la población en situación de calle de esta ciudad. A veces, quien gana más es quien sirve. En todo caso, ellos salen con el corazón lleno y el corazón contento, se lo llevan los voluntarios.
Ernestina Gaitán Cruz
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Reportera, articulista y free lance en La Jornada, Notimex, El Nacional, El Día Latinoamericano, Revistas FEM y Mira; Noticias de Oaxaca y Tiempo de Oaxaca. También llegó a colaborar en los Gobiernos de Guerrero y de Oaxaca.