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Francisco Toledo

El artista Francisco Toledo, siempre presente en Oaxaca

+ En el aniversario de su natalicio el 17 de julio, esta ciudad celebra a Francisco Toledo (1940-2019), el gran artista de proyección internacional, creador de espacios culturales, promotor, activista y defensor del patrimonio y de causas sociales.

Por Ernestina Gaitán Cruz

Oaxaca de Juárez, Oax.- En el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), fue inaugurada una muestra de sus bocetos y en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), los productos finales de esos esbozos, plasmados en papalotes, mosaicos, telas, calcetines, vasijas, joyería, anafres, cuadros, camisas, vestidos, rejas, portadas de cuadernos.

La exposición Toledo Ve en el CaSa, en San Agustín Etla, fue curada por el mismo artista, desde que se presentó por primera vez en 2019, en el Museo Nacional de Arte Popular en la Ciudad de México y en la Casa de México en Madrid, pero nunca estuvo tan completa como la inaugurada en Oaxaca. 

Asimismo, en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), se abrió una exposición de fotografías tomadas al artista, en diferentes momentos. Y se ofreció imprimir una obra: un chango y un pez, en playeras. Así cada persona que asistió, con una o dos prendas, se llevó impreso un Toledo para lucirlo por las calles.

El homenaje se dio en los centros culturales que creó, en el marco del aniversario de su natalicio. El 17 de julio del 2024 hubiera cumplido 84 años, pero falleció en 2019. Sin embargo, sigue presente en los espacios que fundó y en la exhibición de su obra en sitios públicos como el Jardín Etnobotánico, la Biblioteca Infantil, el Centro Cultural San Pablo y la Biblioteca Juan de Córdova, entre otros.

También fundó la Casa de la Cultura de Juchitán y la Revista Guchachi’ Reza (Iguana Rajada); el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (+), la Biblioteca para Invidentes Jorge Luis Borges y el Taller Arte Papel Vista Hermosa. Impulsó la creación del Jardín Etnobotánico, ubicado en el Complejo Cultural Santo Domingo, el Patronato Pro Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Oaxaca (+) y la Biblioteca Francisco de Burgoa.

Entre sus reconocimientos figuran el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el Área de Bellas Artes (1988), Premio Anual Federico Sescosse de la UNESCO, Príncipe Claus y Premio Right Livelihood, en 2005, el Nobel Alternativo, por su dedicación a la protección y mejora de la herencia, ambiente y vida de la comunidad de Oaxaca, entre otros, es reconocido en México y en el mundo.

Su legado artístico es reconocido a nivel internacional. Sin embargo, no dejó escuela. Impulsó la creatividad de jóvenes y de creadores al acercar el arte en diversos espacios, fundar escuelas y otorgar becas. Su promoción de la cultura se esparció en las comunidades de Oaxaca, incluyendo la población afro mexicana, dijo su gran amigo, su gran hermano, Sergio Hernández, el último sobreviviente de la Escuela (Oaxaqueña) de Pintura.

“Yo   tengo   mi   propia   teoría   de   esto. Oaxaca, después   de   Rodolfo   Morales, Francisco Toledo y Rufino Tamayo y tantos pintores que ha habido en Oaxaca desde Miguel Cabrera (pintor novohispano), obviamente hoy ha cambiado la forma de ver el arte. La tecnología y la inteligencia artificial han modificado toda una conducta de acercarse al arte”.

Un acercamiento al maestro Francisco Toledo

La exposición en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) es una obra muy variada desde recortes de papel, las maderas, ceras, esculturas. “Era muy prolífico, además de su tema social”, comentó Sergio Hernández (Huajuapan de León, Oaxaca, 1957), pintor, grabador, escultor y ceramista, cuyas obras forman parte del Museo de Arte Moderno de la ciudad de México, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, el San Antonio Museum of Art y el Museum Würth Künzelau de Alemania.

En entrevista, recordó su amistad, el hermanazgo, sus convivencias con café y con mezcal y el que lo haya invitado a trabajar en Oaxaca. “Lo conocí en Paris. Me llamó por teléfono y me dijo ahorita que me hacen caso, lo quiero invitar a Oaxaca a hacer cosas. Eso fue en 1981- 82”, agregó el Premio Internacional René Portocarrero en 2014 en La Habana, Cuba y quien en 2006 obtuvo la Cruz Oficial de la Orden de Isabel la Católica.

A su vez, Sara López Ellitsgaard, hija del maestro Francisco Toledo y presidenta de la Asociación civil Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, platicó que, en 2018, el maestro cuidó la exposición Toledo Ve. “Estaba muy emocionado porque era la primera vez que se presentaba su obra en conjunto”.

El trabajo cotidiano del pintor Francisco Toledo

Respecto a su manera de trabajar, su rutina del día, su vida cotidiana, se le cuestionó. ¿Tenía una hora para empezar a trabajar? ¿Cómo era su día? ¿A qué hora desayunaba? O se iba al mercado, porque alguna vez lo vimos así

“No, no sabría decir, así como sí, pues era alguien que se levantaba muy temprano y era alguien muy trabajador y yo creo que no hubo un solo día en el que no trabajara, definitivamente sí, comentó Sara López Ellitsgaard.

¿Cómo era el maestro en el trabajo? ¿Muy exigente, concentrado, trabajaba con música o a solas? ¿cómo era?

Bueno, pasaba a ver (el trabajo) y en la tarde otra vez, en el Taller de Producción del CaSa. Era interesante porque él ya quería ver algo. Porque todo el tiempo estaba en ello. La reja que está en el agua, de los alacranes, es un buen ejemplo. Hay alrededor de 80 a 100 bocetos sobre esa reja. Entonces una vez que estaba concentrado en un tema, pues todo el tiempo todo, todo giraba alrededor de eso y podían ser 5,000, 10.000 bocetos, porque le emocionaba mucho, comentó Hazam Jara Chávez, diseñador gráfico en el Departamento de diseño del CaSa y actual director del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.

“Era hacer miles de pruebas y errores y revisar y volver a hacer y aprender de la técnica. Yo creo que también algo muy importante del maestro, es que no era como. “Ah, pues es que yo quiero que se haga así, sino sabía escuchar y aprender de los diseñadores, de los artesanos, porque todo tiene una limitante”.

“Tú ves los mosaicos, hay limitantes de las líneas, del grosor de la línea, de los colores que puedes utilizar, de las texturas que se pueden generar y uno tiene que aprender todo eso, porque por algo es un oficio y una técnica heredada. Uno tiene que aprender de eso y también es muy interesante.

Creo que es el diálogo, el que puedes hacer un dibujo, pero a la hora de digitalizarlo, de pasarlo a un cartel empiezas a ver cuáles son las limitantes. Las líneas se van a ver diferentes al imprimir, no va a salir ese color porque pues no existe o el lápiz casi no se ve cuando se pasa. Aquí puede haber errores y es muy interesante ver los procesos creativos de alguien”.

Los dibujos, los bocetos, todo está hecho sobre los papeles que había a la mano. No es como que empezaba a trabajar a una hora. Realmente trabajaba constantemente y como es bien sabido, también participaba en muchas acciones sociales, en pláticas en el IAGO, en foros de discusión y eso también quitaba una buena parte de su día. No tenía un horario establecido y era una persona muy privada y recatado de su forma de trabajar. Esa es la razón por la que mostramos lo que podemos, dijo su hija Sara López Ellitsgaard.

¿El maestro Toledo dejó escuela?

Dejó instituciones, el IAGO, el Centro Fotográfico. Dejó el CaSa, dejó personas y en la cultura. Son instituciones sólidas que están trabajando sobre los proyectos que tuvo y con la misma misión. Hay toda una estructura que dejó y una manera de hacerlo a través de instituciones. Y en la muestra del CaSa, vemos a un artista muy complejo abarca una gran variedad de temática, muchos matices, agregó Sara López.

“El mejor homenaje, el mejor recuerdo que podemos hacer es que sus instituciones estén aquí, que las visitemos, que usemos los espacios, que tomemos los talleres, vayamos a las bibliotecas. Él lo creó para los oaxaqueños, para los mexicanos para que vinieran a aprender, a formarse. El acervo, por ejemplo, toda la obra que tiene, es una oportunidad para que vean arte de otros lados, para que vean otras técnicas, conozcan las posibilidades que hay en el mundo. Yo creo que esto es realmente lo mejor que podemos pedir, el que estos espacios estén llenos de vida”.

Presencia cotidiana en la Ciudad de Oaxaca

En las mañanas se le veía caminar por el centro de la Ciudad de Oaxaca y en los centros culturales que fundó. Era una figura cotidiana reconocida. Lo saludaban, le tomaban una fotografía o le solicitaban una junto a él. O decían “ahí va Toledo”. “Vengo aquí, al IAGO, tomo un café, platico, veo. Siempre vengo a dar la vuelta y hoy compré también huitlacoche para las quesadillas, dice al mostrar la bolsa que contiene el hongo comestible mexicano y así se despide”.

Falleció el 5 de septiembre de 2019.

“En esta madrugada silenciosa Oaxaca llora por Francisco Benjamín López Toledo. Lloran en San Agustín Etla, en Juchitán, en Ciudad Ixtepec, donde la casa en la que nació fue demolida después de los temblores. Ahí quedó enterrado su ombligo, en una propiedad en litigio legal.

Lloran en todo el Istmo de Tehuantepec, donde bebió la materia prima de sus sueños, donde vio a las mujeres bañarse en el río con los pechos desnudos, los colores y los animales fantásticos que poblaron su universo, las iguanas, las tortugas, los sapos de sexos erectos, donde conoció el erotismo como una metáfora de la muerte y los colores de la tierra, el polvo de viejos lodos, de hombres olvidados por la memoria de los pueblos”.

Ernestina Gaitán Cruz

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Reportera, articulista y free lance en La Jornada, Notimex, El Nacional, El Día Latinoamericano, Revistas FEM y Mira; Noticias de Oaxaca y Tiempo de Oaxaca. También llegó a colaborar en los Gobiernos de Guerrero y de Oaxaca.

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