Diario Ejecutivo
Psicosis Americana es un libro escrito por Bret Easton Ellis poco después de uno de los principales auges de los mercados financieros, que más tarde se convirtió en un filme dirigido por Mary Harron. Confieso que me gustó más el texto que la versión fílmica, aunque en los dos casos se trata de una trama imperdible porque, puede asegurarse, nunca pasará de moda.
El personaje principal de la obra, Patrick Bateman, es un exitoso operador de mercados de Wall Street, que -como se ha sido descrito el filmes como Wall Street, El Lobo de Wall Street, La Gran Apuesta o series televisivas como Billions o capítulos de El Juego de los Audaces- que cuenta con dinero suficiente para darse el lujo de asistir a los mejores lugares de Nueva York.
Al igual que en los filmes y las series, Bateman llega a la cúspide los grandes edificios financieros, a través de operaciones no siempre ortodoxas y hasta haciendo trampas que le dejan suficiente dinero para gastarlo a manos llenas en sus ratos libres.
Desde luego, en sus fiestas abundan las drogas como la cocaína y las bebidas más caras de cualquier parte del mundo. También las mujeres hermosas que se dejan seducir por el poder del dinero y también participan en las orgías organizadas por los operadores de Wall Street.
Es una especie de víctima del consumismo que ya nada de lo que consume lo satisface.
El caso es que el personaje de Psicosis Americana -narrada en primera persona- se aburre de las fiestas, de la cocaína, de las bebidas y hasta de las mujeres y se convierte en asesino. Puede considerársele un asesino serial porque sus víctimas son varias y hasta se apropia de un departamento para acumular los cadáveres.
Incluso -casi como lo narra magistralmente Mario Vargas Llosa en su novela la Tía Julio y el Escribidor cuando describe la locura del periodista Pedro Camacho- Bateman comienza a perder el sentido de la realidad y empieza a escuchar temas de violencia y homicidios, cuando habla con sus compañeros sobre acciones y operaciones bursátiles.
En esa confusión entre su realidad como operador financiero y su realidad como asesino, supuestamente confiesa sus delitos a su abogado. Pero realmente no lo hace y la novela cierra con una frase muy sintomática: “Esta confesión no ha significado nada”. Es decir que queda impune.
Wikipedia da dos notas interesantes sobre la obra: una que cuando iba a publicarse la novela por primera vez fue censurada durante varios. La otra es que según el crítico literario Jeffrey W. Hunter, American Psycho es en gran medida una crítica de los “aspectos superficiales y viciosos del capitalismo”. Los personajes están predominantemente preocupados por la ganancia material y las apariencias superficiales, rasgos indicativos de un mundo posmoderno en el que la “superficie” reina suprema. Esto lleva a Patrick Bateman a actuar como si “todo fuera una mercancía, incluidas las personas”, una actitud que es aún más evidente en la desenfrenada cosificación y brutalización de las mujeres que ocurre en la novela. Este distanciamiento le permite a Bateman racionalizar sus acciones, en una escena en la que canibaliza a una víctima, Bateman comenta “aunque esporádicamente penetra cuán inaceptable es algo de lo que estoy haciendo en realidad, solo me recuerdo a mí mismo que esta cosa, esta chica, esta carne, no es nada…”.
Una reseña del filme señala que “Patrick Bateman (Christian Bale) es un ejemplo claro del yuppie neoyorquino y su vida no parece excitarlo demasiado hasta que descubre su gusto por la sangre. Entonces, todo cambia: Patrick se convierte en un asesino en serie y nadie sospecha de él debido a su estatus social”.
Pero toda esta introducción sobre Psicosis Americana es para hacer una pregunta muy concreta ¿Quiénes manejan los hilos de los mercados financieros? No son desde luego los inversionistas, como lo refieren casi todos los días los medios, sino los operadores que reciben órdenes de los inversionistas.
¿Y Quiénes son estos operadores? Por ejemplo la Bolsa de Nueva York tiene mil 400 socios, de los que dependen unos 10 mil operadores. En México, la suma de todos los operadores no supera los mil, muchos de ellos acérrimos (por lo ácidos) y fanáticos opositores al actual Gobierno.
Por eso, a nivel mundial son capaces de ocasionar una turbulencia como la que se registró entre viernes y lunes, por supuestas “aversión al riesgo”, “peligro de que Estados Unidos caiga en recesión” o simplemente “nerviosismo”. Muchas de estas preocupaciones pueden estar totalmente fuera de la realidad, como lo estaba Bateman.
¿Cuántos de los operadores del mundo tendrán síntomas como los del personaje central de Psicosis Americana? Personalmente conocí a algunos. Uno de ellos incluso fue apodado “el viudo Negro” porque presuntamente había heredado fortunas de algunas mujeres.
Dice el filósofo del metro: Nada corrompe más que el dinero fácil.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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