Diario Ejecutivo
Millones de mexicanos saben que al menos dos de sus expresidentes, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, viven en España y obtuvieron la residencia en ese país gracias a lo que se conoce como Golden Visa (visa de oro), que se otorga después de que cualquier ciudadano extranjero invierte al menos medio millón de euros en un negocio o adquiere una vivienda con valor superior a un millón de euros.
Pero lo que la mayoría de los mexicanos desconoce es que muchos connacionales actualmente viven en Estados Unidos al haber invertido menos dinero (500 mil dólares en proyectos de infraestructura) y cuentan ahora con la residencia estadounidense, a través de la famosa “Green Card”.
El programa para que extranjeros obtengan la residencia estadounidense a través de convertirse en inversionistas es anterior al similar español (adoptado por los exmandatarios mexicanos), pues nació en 1990 y se le conoce como EB-5.
Este proyecto permite en Estados Unidos a ciudadanos extranjeros adquirir la Residencia Permanente siempre y cuando participen como inversionistas en proyectos de infraestructura aprobados por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
Quizá la especialista que más conoce de este programa es Claudia Rea, una abogada asociada del despacho David Hirson & Partners, LLP, quien representa a individuos, familias y clientes corporativos en diversas industrias con objetivos migratorios.
Entrevistada vía telefónica, luego de que hace unos días estuvo en México, la abogada considera que miles de mexicanos podrían aprovechar este proyecto para obtener la residencia en el vecino país del norte.
Sin embargo, asegura, el programa es desconocido por muchos de quienes podrían ser los beneficiarios, como empresarios, científicos, académicos y hasta agricultores. “Lamentablemente no conocen las bondades del EB-5”, señala.
Una de las ventajas de este programa, añade la especialista, es que se trata de un esquema apoyado por los Poderes Ejecutivos y Legislativo y de Estados Unidos, por lo que está más allá de cualquier duda que pudieran tener los inversionistas que desean participar en él.
De hecho, todas las operaciones que se hagan bajo este programa están garantizadas hasta el año 2027, aunque la Green Card es permanente y está alejada de cualquier cambió en la política.
-¿Existe la posibilidad de que este programa sea “echado para atrás” de llegar Donald Trump a la Casa Blanca?
-Es muy difícil que se revierta porque se trata de un programa muy consolidado, que tiene ya muchos años en operación. Incluso puede considerarse que está más allá de los vaivenes políticos.
Una de las ventajas de este programa es que el dinero que invierten quienes deciden participar en él se les regresa después de que se han concluido las obras de infraestructura que fueron financiadas a través de este esquema. De hecho el dinero tiene un retorno rápido.
Incluso, comenta la abogada Claudia Rea –quien cuenta con licencia para practicar la abogacía en México y Estados Unidos- hay ya muchas personas que se iniciaron como inversionistas para obtener la residencia en Estados Unidos y ahora, ya como residentes estadounidenses, son promotores de obras de infraestructura bajo este esquema.
-¿Y cómo se aseguran, por ejemplo, de que no se utilice dinero ilegal en este proyecto, por ejemplo para que narcotraficantes obtengan la residencia estadounidense?
-Todas las operaciones que se hacen mediante el programa EB-5 son especialmente supervisadas para evitar acciones como el lavado de dinero. Por sus propias características, el programa es sumamente vigilado por las autoridades financieras estadounidenses.
Si bien, como se menciona en párrafos anteriores, muchos mexicanos obtuvieron la Green Card estadounidense con inversión de 500 mil dólares, ahora la cifra ha crecido hasta 800 mil dólares. “Aun así es una magnífica oportunidad para muchos mexicanos que desean obtener la residencia en Estados Unidos, pero que cuentan con los suficientes medios para financiar una operación inmobiliaria estratégica en el interior de la Unión Americana”, dice.
Algunos de los beneficios específicos que otorga este programa a las familias mexicanas participantes, además de obtener la Residencia Permanente para ellos y sus hijos menores de 21 años, es que a los hijos se les permite vivir, estudiar y trabajar en Estados Unidos. Los padres pueden buscar empleo o desarrollar sus propios negocios.
En este sentido vale la pena señalar que, de acuerdo con una información de Los Ángeles Times, los casi cinco millones de empresas latinas en Estados Unidos contribuyen cada año más de 800 mil millones de dólares a la economía, según un informe divulgado por tres grupos de legisladores en el Congreso. Del vecino país del norte.
Paralelamente, hace unos días, una investigación independiente dio a conocer que los trabajadores inmigrantes indocumentados en Estados Unidos pagaron 96 mil 700 millones de dólares en impuestos en 2022. “Mostró un estudio divulgado en plena campaña electoral, en la que la inmigración es uno de los asuntos más polémicos”, explicó un despacho de la agencia estadounidense AP.
Lamentablemente, según Rea, uno de los problemas para que los mexicanos se conviertan en residentes estadounidenses a través del Programa EB-5, es que lo desconocen. Por eso es importante crear consciencia entre muchos connacionales -la abogada es mexicana totalmente y tiene estudios en nuestro país, en Europa y en Estados Unidos- de que pueden ser beneficiarios de este programa.
Por eso, añade, quienes más han utilizado este esquema son personas de China y la India y en América Latina, de Brasil, pero los mexicanos están muy debajo, a pesar de que somos el país más cercano, geográficamente, a Estados Unidos.
La importancia del programa es que los dos principales poderes estadounidenses, lo consideran necesario para el futuro de Estados Unidos, fuera de las coyunturas electorales,
Dice el filósofo del metro: ibifaiv se traduce en american way of life.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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