Libros de ayer y hoy
Lo que va de ayer y hoy, de aquella enseñanza pública y gratuita que se gestó en el siglo X1X. Ahora leemos que estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), inventaron un cohete que fue premiado por el IPN, en el acto del Centro de Desarrollo Espacial de esa institución. A la par que medios nos indican que académicos mexicanos de la UNAM fueron premiados por promover la computación cuántica en la conferencia anual Educación en Ciencia e Ingeniería Cuántica, en Montreal Canadá. Dos ejemplos de tres instituciones académicas de enseñanza pública y gratuita, de las 178 que tiene el país.
Los orígenes de ese tipo de enseñanza gratuita, se remontan al siglo XIX y fue consolidada por Benito Juárez, pero hay otros personajes que contribuyeron a ese sistema. Ciento noventa años hubiera cumplido el 13 de noviembre el gran Ignacio Manuel Altamirano, uno de los promotores de la enseñanza laica y gratuita, que consolidó el Benemérito y que fue recogida por nuestra actual Constitución en el artículo tercero.
Estudios básicos hasta secundaria y con universidad gratuita
Dicha mención constitucional es la base que se extiende a un sistema público y gratuito que arriba hasta los estudios secundarios como básicos. Y en su gratuidad se amplía hasta el sistema universitario de instituciones públicas y otros sistemas educativos que tienen la misma calidad.
En este momento en el país se aplica ese tipo de enseñanza a más de 35 millones de los tres niveles de educación. Juárez, Altamirano y otros grandes próceres e intelectuales, no vivieron en van. En esa época de grandes personajes, Altamirano estuvo cerca del poeta Manuel M. Flores y aplaudió la intervención en las cámaras de Francisco Zarco e Ignacio Ramírez El Nigromante.
Altamirano, el de la navidad en las montañas, también era poeta
La historia que nos ha llegado de los grandes personajes que vivieron en el siglo XIX, algunos extendida su vida hasta el siglo XX, reflejan los fundamentos de lo que se fue dando en la enseñanza en México y la participación de gente que no era única en esos méritos sino que aparte de escritores, poetas y periodistas, muchos eran teóricos de las enseñanza, como fue el caso de Altamirano que además de sentar las bases para la enseñanza laica y gratuita, fundó el Liceo de Puebla y la Escuela Normal de los profesores de México. Su literatura se extiende a novela, poesía, crónica y ensayo.
Personajes que transitaban por todo el conocimiento mexicano
Altamirano nació en Tixtla Guerrero en 1834 y murió en 1893, en San Remo Italia, cuando desempeñaba un cargo diplomático de México. Dejó varias obras, muchas de poesía, pero las más destacadas son El Zarco, Clemencia y La navidad en las montañas.
Esta última obra es considerada clásica y expresa la postura cercana a los pueblos que tenía el poeta, ya que se desenvuelve en una zona montañosa entre un profesor y un militar que se unen a las luchas de los pueblerinos. Uno de esos personajes existió porque en las ediciones de la novela, se da el lugar de Europa de donde provenía. Aquí unos versos del romanticismo, del maestro guerrerense, La salida del sol:
Ya brotan del sol naciente
los primeros resplandores,
dorando las altas cimas,
de los encumbrados montes.
Las neblinas de los valles
hacia las alturas corren
y de las ramas se cuelgan
o en las cañadas se esconden.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.
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