LIBROS DE AYER Y HOY
Códice Ténoch, el libro del dramaturgo Luis Mario Moncada, sale a la luz pública en el momento en que se anuncian cambios en la gran Ciudad de México ( Tenochtitlan), cuna de una de las grandes culturas de la humanidad.
Tras la aprobación de la reforma política, una nueva ciudad surgirá en breve y sucede como en la época prehispánica cuando las ambiciones de los señores y príncipes que poblaban el Valle intrigaban la forma y los métodos -algunos violentos-, para quedarse con el botín.
Códice Ténoch retrotrae en la dramaturgia lo que está sucediendo en este momento cuando pueden darse sorpresas entre los contendientes -Morena. PRD, PRI y PAN- y resultar extraído algún corazón.
La obra que hermanó a dos importantes compañías de teatro en 2012, la Compañía Nacional de Teatro (CNT) y la Royal Shakespeare Company (RSC), aparece, como sostiene el director de la CNT y prologuista del libro, Luis de Tavira, “como fruto de una admirable confabulación, nacida de esa amistad que surge del encuentro de las culturas y que ilumina poderosamente la convergencia de las identidades…”.
La cultura prehispánica y la inglesa, ligadas a partir de la interpretación de las grandes obras de William Shakespeare, a nuestros orígenes y “En ello reside tal vez -dice Tavira-, el más valioso hallazgo de Luis Mario Moncada que compone la trilogía del Códice Ténoch a la luz de una sorprendente interlocución dramática con la visión trágica de Shakespeare…”.
Tradicionalmente se ha hablado del encuentro de culturas entre la nuestra y la española, pero el accionar humano ante el poder es universal y las similitudes entre los comportamientos que vio el dramaturgo de Avón y lo que sucedía en el entorno del Valle, antes de la fundación de la ciudad azteca no difieren en las intrigas, traiciones, venganzas y amoríos .
Los grandes señores y príncipes de Texcoco, Azcapotzalco, Tacuba y Tlatelolco planeando la destrucción de sus enemigos, son muy similares a algunos que aparecen en Rey Juan, Enrique IV y Ricardo III obras del bardo inglés.
Originalmente una trilogía, Códice Ténoch fue adaptada para darle operatividad a la representación en Stratford-upon-Avón, en el homenaje universal a Shakespeare, con motivo de las olimpiadas de 2012.
En su implantación intervinieron multitud de creadores, de dos compañías que reúnen alrededor de 600 personas, algunas de importante curriculum internacional , como la directora para Latinoamérica Roxana Silbert, el escenógrafo Jorge Ballina y la diseñadora Eloise Kazan, quien recreó el vestuario de la época prehispánica con una exactitud decantada.
En el prólogo, Luis Mario cuenta los avatares que se vivieron en la adaptación de la obra, los obstáculos legales que intentó poner una productora y que fueron desestimados en tribunales, la dificultad de los nombres aztecas para los actores ingleses, la participación de seis miembros de la CNT para la representación en inglés, con el corolario de la representación en el Cervantino de ese año.
En la ciudad de México se representó en el Teatro de la ciudad y meses después, ya en español, en el teatro de la CNT, en Coyoacán. Como una alusión que se comprende, la obra se representó en Inglaterra con el nombre de Un soldado en cada hijo (A soldier in every son) porque al decir del autor, es evidente el antecedente violento que nos persigue y que se observa en el México actual.
Libro singular mezcla el drama con la comedia y trasmina el humor alburero que degustaban nuestros ancestros no ausente ese lenguaje de una gran poesía.
Nos pone al corriente, además, de una historia que es nuestra y que ante las invasiones y la transculturación, vamos olvidando. Su contenido promete representaciones futuras, mientras en su lectura se actualizan los personajes que pueblan la memoria y que son partes de nuestro pasado: Ixtlixóchitl, Nezahualcóyotl, Tezozomoc, Chimalpopoca, Ítzcoatl, Moctezuma, entre muchos.
Luis Mario Moncada, autor de más de una veintena de obras –Opción Múltiple, Alicia detrás de las pantallas, Exhivisión, El motel de los destinos cruzados, entre otras-, recalca que al relacionar aquella violencia con la época actual, se pone el acento en la fatalidad del carácter, como forjador del destino.
Y en un toque final de humor, los personajes, que como en la época moderna llegan al asesinato para conservar sus prebendas, se reconcilian -no con Pactos por México- sino extrayendo un joven y fresco corazón, que los unifica.
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