EXTRAVÍOS DE GOBIERNO
Los partidos políticos respondiendo a sus estatutos, al calendario electoral y a las leyes estatales y federales en la materia están definiendo a sus candidatos para gobernador en Oaxaca, en las próximas semanas se harán para diputados locales y luego para presidentes municipales.
En todos los casos y desde siempre hemos atestiguado un enganchamiento electoral, algunos con campañas adelantadas, otros con puestos públicos que no hacen más que trabajar para dar el salto a otro puesto, pero siempre cautivando el voto.
Un amigo que nos dejó hace poco decía que son acciones de pre-gobierno necesario como muestras adelantadas de gobierno para alcanzar el poder.
Actores de las diferentes estructuras políticas, de los diferentes partidos, su actuar político es más o menos similar, entregando cemento, cobijas, láminas, fertilizantes, despensas, juguetes y alguna que otra gestión.
Pocos son quienes van educando, concientizando o informando sobre la situación del país o la de generar verdaderas propuestas y programas de gobierno participativo que den solución a los grandes problemas que vive nuestra sociedad, la gente pareciera que se conforma con una gorra, una playera o globos promocionales.
Hemos pasado de las demandas colectivas donde importaba la comunidad, la colonia, el municipio, la región a demandas individuales, ni siquiera demandas ciudadanas, sino de meras bicocas que se transfieren en esta temporada y se potencian al máximo por las redes políticas ya existentes.
Esos nodos sociopolíticos que se activan en la mayoría de los casos únicamente en temporada electoral; dichos nodos son los liderazgos u operadores políticos locales, en varios casos caciques locales que tienen sus propios mecanismos de control o corporativismo, ya sea desde sus partidos, grupos, asociaciones, fundaciones, redes juveniles o movimientos de mujeres y ahora de moda con las revistas rosa, todas se activan y reproducen socialmente una pobre conducta política ante nuestra incipiente democracia.
Los precandidatos y cuando ya candidatos firmarán compromisos ante colectivos, grupos o ante notario, empeñando la palabra, se harán promesas sin importar que estos sean o no alcanzables y realizables; se tejerán con todos los actores posibles, sean estos afines y firmes o aquellos “chaqueteros” como se les conoce coloquialmente, en algunos casos los potenciales votantes les refregarán en la cara compromisos antes incumplidos, entonces se pedirá una prueba de pre-gobierno –sobre todo aquellos que ostentan un cargo en estos momentos y que pretenden otro–, pedirán una gestión inmediata antes de las elecciones o el ya conocido 50 y 50, una parte antes de las elecciones y la otra inmediatamente posterior, misma que estará sujeta a la votación alcanzada, pero que no necesariamente será un bien colectivo, sino individual y sujeto a la infraestructura rural o urbana.
Los mexicanos vivimos de promesas y de la buena voluntad de los políticos. Llega uno, pasa otro y el que sigue y una buena parte de la sociedad sigue creyendo, entonces se genera el fenómeno electoral, que los políticos esperan, logran sembrar la esperanza a pesar del incumplimiento o la hipocresía en muchos casos.
Por ejemplo, se disfrazan con la ropa típica de cada región, aunque sientan fobia de su gente, aumentará el bombardeo de información por radio, TV, las redes sociales, de medios impresos y de audio, dirigido en la psique de la gente de manera que genere una creencia de que ahora sí, llego el momento de los cambios profundos y solución a los problemas ancestrales, a pesar que a la mayoría se les conoce que cuando la sociedad les dio su oportunidad, no hicieron lo que debían con la ciudadanía, sino que ahorros con recursos públicos para el salto a otro cargo, donde llegado el momento lo repartan donde haga falta.
Este fenómeno ha encarecido el voto por un lado y, por otro, genera una cancha desigual para los participantes, pero a los individuos les importa esa falsa acción de pre-gobierno o enganchamiento electoral.
En eso nos hemos quedado como sociedad. Quienes tienen “buenos líderes” les permea algo, pero quienes todavía lidian con esos seudolíderes al escalafón de caciques locales, es peor aún pues sólo lucran con la gente, son meros mercaderes de la política.
Otra estrategia de enganchamiento que utilizan es movilizar a la gente, pero no sólo para ir a un mitin, sino de sección electoral, de centros urbanos a municipios rurales para mover el padrón electoral, ello obviamente pasa por los distritos locales del INE e implica viáticos y probablemente un pago a quienes aceptan cambiar temporalmente su domicilio.
Todo lo anterior como causal genera extravíos de gobierno, donde llegado al poder no importa un plan de gobierno o de atención ciudadana, mucho menos los servicios indispensables, sino justificar los recursos o “mochar” la mayor cantidad posible de las gestiones, quedar bien consigo mismo y con el grupo que los llevo al poder, en otros donde por ignorancia y falta de visión construyen muchas canchas de basquetbol cuando sólo requiere de una, o por no saber qué hacer con los recursos demuelen palacios y construyen otro, casuchas que se justifican como casas de salud, pero sin un botiquín de primeros auxilios, ni siquiera una enfermera o lo peor justificar obras ya existentes.
El extravío de gobierno es cuando lejos se quedan las demandas ciudadanas, colectivas y comunitarias, lejos de los cambios que exige la sociedad.
Es verdad que puede haber obstáculos como los poderes fácticos, la oposición política fuera o dentro del gobierno; lo peligroso de esto es que se han convertido en modos de acción política en nuestro estado y el país, donde pregona la mentira, la hipocresía, la corrupción y donde el dinero corrompe todo.
*Mtro. Josafat López Cruz, Jefe del Departamento de Acompañamiento a la Educación Normal en la Unidad de Formación Continua de la Dirección de Evaluación del IEEPO.
