+ El caso de Nuevo León le pegó duro a los partidos políticos. No daban crédito
De pronto Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, es un mal gobernador de Nuevo León: Pésimo, inaguantable, absurdo, tonto, incapaz, hablantín, reprobable… y más que le endilgan por ahí.
Es probable que no sea un buen gobernador, eso se verá pronto y lo decidirán los neoloneses… pero, sin duda, esto tiene que ver, también, con la campaña de los partidos políticos ‘legalmente registrados’ en contra de las candidaturas independientes.
Estos partidos políticos que ven amenazada su hegemonía política, prerrogativas, poder y gloria, han decidido que ‘las candidaturas independientes son dañinas, que transforman el espíritu democrático de los mexicanos y que se nutre de advenedizos, incapaces, ambiciosos de poder y sin historia política’.
En la Reforma Política aprobada en abril de 2012 se dio acceso a la figura de ‘candidatos independientes’, pero no fue sino hasta las elecciones de 2015 cuando los partidos políticos ‘legalmente registrados’ se dieron cuenta del ‘peligro’ que representaba para ellos, como institutos políticos, que personajes nacionales o locales decidieran contender sin su membrete para cargos de elección popular…
Entre los requisitos para acceder a una candidatura independiente (2015) estaban el constituir una asociación civil, abrir una cuenta bancaria y registrarse ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Tras lograr el registro como aspirante a candidato, los interesados deberían reunir el apoyo de 3% del total de la ciudadanía inscrita en el padrón de la localidad que buscan ganar. Cumplido el plazo, los postulantes obtendrían su candidatura y competirían en las elecciones con los abanderados de partidos y coaliciones.
Fue entonces cuando se presentaron 509 aspirantes a candidatos independientes en total, entre diputados federales, locales, gobernadores y presidentes municipales, aunque nada más 21 cumplieron con los requisitos; seis ganaron, entre ellos Jaime Rodríguez Calderón la gubernatura de Nuevo León y Pedro Kumamoto como diputado local en Jalisco…
El caso de Nuevo León le pegó duro a los partidos políticos. No daban crédito. No era posible que un candidato les comiera el mandado en un estado de la República tan importante como éste y tan recogido en la tradición priísta… Así que en adelante tendrían que tomar cartas en el asunto…
Y las comenzaron a tomar de inmediato a través de los congresos locales y a través de los institutos electorales estatales y ahora el Instituto Nacional Electoral (INE) ‘que habrían de vigilar el cumplimiento de la ley’, se dice.
Para empezar, los partidos políticos ‘legalmente registrados’, a través de autoridades locales comenzaron a endurecer los requisitos para el registro de candidatos independientes y a aumentar las exigencias, del tal forma que si antes tendrían que presentar un porcentaje determinado de firmas con credencial de elector, éste se ha incrementado de forma indistinta, además de que si antes el requisito era, por ejemplo, entregar este listado en 60 días, ahora se les exige que lo entreguen en treinta días…, que no hayan participado en un proceso electoral previo… y más que se acumulen…
El caso de Quintana Roo, por ejemplo, es extremadamente intimidante: Los candidatos a cargos de elección popular por la vía de candidatos independientes deben contar con por lo menos el 3% de la lista nominal y, sobre todo, que un día determinado antes de conseguir el registro, deberán acudir al Instituto Electoral local con todos los firmantes, en vivo y a todo color… Ni más, ni menos.
Así que aterrorizados los partidos políticos por el cumplimiento legal de que ‘todo ciudadano mexicano puede votar y ser votado para puestos de elección popular’ argumentan que la regla establece que para ello existen el sistema de partidos políticos como instituciones de la democracia…
Y aun con todas las piedras que van dejando en el camino los partidos políticos y trabas y chanchullos, para las elecciones de este año en 13 estados de la República presentaron carta de intención para ser candidatos independientes, 32 para gobernador; 281 para alcaldes; 241 para diputados; 5 para síndicos y 7 para presidentes de comunidad bajo el régimen de usos y costumbres. De estos 566 sólo 483 podrán participar.
¿Por qué quieren ser candidatos independientes? Existe una gran diversidad de razones para que un ciudadano decida no buscar el apoyo de algún partido político mexicano; la primera de ellas es que no se encuentran identificados con ninguno de ellos y llevan sus programas y diseño de gobierno de forma autónoma o bajo reglas que no caben en las de los institutos políticos.
Algunos otros candidatos saben que no podrán competir con lo que decidan los partidos políticos y van por su propia cuenta. Otros han sido desahuciados de esos mismos partidos políticos y por lo tanto buscan su propia alternativa.
Pero sobre todo van confiados en que fuera del régimen de partidos políticos en México, la ley les otorga el derecho a votar y ser votados, a pesar de los avatares que les imponen.
Durante muchos años los mexicanos hemos estado cautivos de estos mismos partidos políticos ‘legalmente registrados’ y de sus personajes encumbrados y recargados en lo institucional para perder debilitar a las instituciones.
Una de ellas, precisamente, el sistema de partidos. Por tanto, si han llegado al punto del hartazgo social, bueno será que los mexicanos conozcan otras opciones que si perfilen su voluntad democrática. ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?
*Es periodista y editor, originario del Estado de Oaxaca. Ha sido editorialista en UnomásUno, La Jornada, El Financiero y más. Fue coordinador de opinión de El Financiero y director de Opinión de El Universal. Fue editor en la UNESCO y de Le Monde Diplomatique. Ha coordinado obras como: “Planes en la nación mexicana”, con El Colegio de México y “Pensar a David Ibarra”, el más reciente.
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