Morena busca hacer la hazaña: quedarse con la Alcaldía de la capital mexicana, considerado el segundo cargo de elección popular más importante del país. Tendrá que enfrentar a un partido (y a sus posibles aliados), el PRD, que lleva desde 1997 sin perder una elección aquí, pero que sufre la peor crisis de su historia: sus líderes fundadores lo han abandonado, y todas las encuestas lo mandan a una segunda y hasta una tercera posición en donde antes fue su feudo.
CIUDAD DE MÉXICO, agosto 24.- El partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) decidió esta tarde-noche que la candidatura a la Alcaldía de la Ciudad de México, el segundo puesto de elección popular más importante en el país, es para Claudia Sheinbaum.
Se quedan en el camino Martí Batres y Ricardo Monreal.
Sheinbaum podría ser la primera mujer Alcalde de la capital mexicana.
Se trata de una elección clave para el país y, por tanto, una candidatura que generó una gran expectación. Morena, que surgió en 2011 como una asociación civil a iniciativa del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, busca arrebatarle el poder al Partido de la Revolución Democrática (PRD), que ha gobernado la capital desde 1997, año en el que por primera vez los habitantes del entonces Distrito federal pudieron elegir en las urnas a su Jefe de Gobierno.
Cuauhtémoc Cárdenas fue el primer Jefe de Gobierno electo. Luego le siguió Andrés Manuel López Obrador, posteriormente Marcelo Ebrard Casaubón y luego Miguel Ángel Mancera. Ninguno de los tres primeros sigue en el PRD; Mancera nunca se afilió.
Hoy el PRD busca hacer una alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) y otras fuerzas políticas por la conformación de un frente opositor que les permita enfrentar a Morena a nivel nacional y, sobre todo, en la Ciudad de México, en donde todas las encuestas dicen que podría no sólo perder, sino pasar hasta a tercera fuerza.
Ya en su primera competencia electoral en la capital del país, Morena arrebató la hegemonía perredista y se alzó con 5 delegaciones de las 14 en juego: Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan, Azcapotzalco y Cuauhtémoc, además de 22 de 66 diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Morena, según las encuestas, se encamina a quedarse con el relevo de Miguel Ángel Mancera Espinosa. El PRD ha sido señalado en estos años como un partido político corrupto, ligado al Presidente Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Morena a venido captando distintos líderes del PRD. Se espera que esa sangría continúe.
Sin embargo, el partido liderado por López Obrador no ha logrado concretar alguna Gubernatura. El año pasado se tuvo que conformar con un tercer lugar en Veracruz y este aún pelea en tribunales y en las calles la controvertida elección en el Estado de México, ambos estados estratégicos por la cantidad de recursos económicos y de votos para la elección de 2018.
En la última encuesta, dada a conocer ayer por El Financiero, Ricardo Monreal Ávila encabezaba con el 32 por ciento las preferencias electorales para ser el candidato. Claudia Sheinbaum obtenía el 29 por ciento, Martí Batres, el 24 por ciento, y Mario Delgado, 15 por ciento. Comparados con la encuesta anterior realizada por el mismo medio en el mes de julio, Sheinbaum creció 11 puntos porcentuales, mientras que Monreal subió 1, Batres se quedó en el mismo nivel y Delgado bajó 12 puntos.
El proceso interno de Morena ha sido criticado por sus opositores, especialmente por el PRD, que ya presentó una queja y una denuncia ante el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) por supuestos actos anticipados de campaña.
Monreal ha sido criticado por el presunto uso de bots en redes sociales para apuntalar su campaña. También se cuestiona su cercanía con el Gobierno de Miguel Ángel Mancera y con el priista Adrián Rubalcava, un Diputado local que ha sido ligado al crimen organizado en la ciudad y fue hallado culpable del ataque a medios de comunicación por una investigación realizada por la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).
Sheinbaum, delegada de Tlalpan, llegó a esta elección señalada como la favorita de Andrés Manuel López Obrador.
En junio pasado, en una entrevista concedida a SinEmbargo, Ricardo Monreal dijo estar lista para la contienda interna de Morena, la cual, reconoció, sería más difícil que el proceso electoral.
El Jefe Delegacional de la Cuauhtémoc reiteró su lealtad con Morena y con López Obrador, y resaltó que “sin favoritismo” y “reglas claras” va a ganar “a la buena” tanto la candidatura interna como las elecciones en 2018.
En su momento, Batres Guadarrama dijo a este medio estar listo para la contienda electoral de 2018.
“Conozco la ciudad, conozco sus problemas, he trabajado en ella desde hace muchos años, desde adolescente participo políticamente. Lo he hecho siempre en la Ciudad de México, he participado en grandes movimientos que han transformado a esta capital”, expresó el líder de Morena en la capital.
Martí Batres, quien se muestra como un férreo crítico de la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa, es licenciado en Derecho por la UNAM, ha sido Diputado local (1997 a 2000) y federal (2000 a 2003), subsecretario de Gobierno (2003 y 2005) con Andrés Manuel López Obrador y Secretario de Desarrollo Social (2006-2011) en la administración de Marcelo Ebrard Casaubón.
En tanto, la Delegada de Tlalpan confió a este medio que López Obrador no le tiene favoritismo, lo que podría darle una ventaja en el proceso interno del partido.
“[AMLO] va a ser respetuoso de los estatutos y de lo que decida la encuesta”, señaló.
De acuerdo con una encuesta de Mitofsky dada a conocer el pasado 9 de agosto, la mayoría de los capitalinos dijo que preferiría que una mujer gobernada la Ciudad de México, y el 29.3 por ciento eligió a Claudia Sheinbaum.
La historia política de Claudia Sheinbaum Pardo no se entiende sin Andrés Manuel López Obrador. Fue del año 2000- 2006 cuando se desempeñó como Secretaria de Medio Ambiente del entonces Gobierno del Distrito Federal con el político tabasqueño a la cabeza. En este lapso fue la responsable de dos de las obras más polémicas y a la vez simbólicas de esa administración: el llamado Segundo Piso del Periférico y el Metrobús.