El 11 de diciembre de 1972, hace exactamente 45 años, los astronautas estadounidenses Eugene A. Cernan, Harrison H. Schmitt y Ronald E. Evans, de la misión Apolo 17, se convirtieron en los últimos en pisar la Luna, al parecer, hasta ahora.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó el mismo día pero de este 2017 una Directiva de Política Espacial que ordena a la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de su país (NASA) regresar al satélite natural de nuestro planeta, así como alcanzar un nuevo destino: Marte.
Sin embargo, aún se desconocen los detalles sobre fechas o presupuestos para estas misiones.
El documento insta a la agencia espacial a volver a llevar ciudadanos estadounidenses a la Luna para una “exploración y utilización a largo plazo”, así como a perseguir la “exploración humana” del planeta rojo y el resto del sistema solar.
“No solo plantaremos nuestra bandera y dejaremos nuestra huella, sino que estableceremos las bases para una eventual misión a Marte y, quizá, algún día, a muchos más mundos más allá”, dijo al respecto el presidente en la Casa Blanca, donde firmó la Directiva.
La misma agrega, sin entrar en detalles, que Estados Unidos colaborará con otros países, así como con el sector privado, para alcanzar estos objetivos, y que “desarrollará la tecnología y medios” que sean necesarios.