+ Define a la mujer como “verdadera discípula del Señor” porque vivió el amor de esposa y después el amor de madre
OAXACA, OAX, mayo 20.- Cualidades de la reciente mujer beatificada, Concepción Cabrera de Armida, fueron resaltadas por el Arzobispo de Antequera Oaxaca, en la homilía de ayer domingo, durante la misa del medio día en el templo de La Catedral metropolitana.
En el altar principal del templo se exhibía una fotografía de la mujer señalada por el Arzobispo, Pedro Vásquez Villalobos, como verdadera discípula del Señor que vivió el amor de esposa, y después la llamó a vivir el amor de madre.
Antes, dijo: hoy en nuestro Oaxaca, tenemos la imagen de una mujer que supo entender y encarnar el amor, señaló el Arzobispo que respondió a Dios en la maternidad y comenzó a invitar a personas a vivir el amor de Dios; es modelo de respuesta—dijo—al mandato divino de amarnos y amar a nuestros semejantes.
Mas adelante preguntó ¿Cómo andamos en el amor? afirmando que el modelo de amor es Jesucristo, no es el hermano, ni el maestro, ni el catequista, ni el sacerdote, nadie es modelo de nadie.
En el amor todos tenemos un modelo que es Jesucristo; tenemos que hacer creíble que somos sus discípulos. En el amor no puede ser creíble que soy discípulo del Señor por saber y conocer la biblia de principio a fin, tampoco por conocer el evangelio completito.
Dijo el jerarca de la iglesia católica en Oaxaca, demuestra que eres discípulo de Cristo, en la vivencia del amor.
Siguió mencionando que Conchita fundó una congregación religiosa sin ser religiosa, era esposa y madre como usted, dijo a las mujeres asistentes a la misa dominical de las 12 horas en el templo principal de la ciudad de Oaxaca de Juárez, la Catedral.
Pidió el Arzobispo Pedro que la beata Conchita interceda para que podamos alimentar nuestra espiritualidad, además que la Santísima Virgen María, modelo de mujer y de madre, nos conceda esa gracia para ser hijos de Dios y grandes discípulos de su hijo Jesucristo.
Afirmó que entre nosotros caminan muchos santos, conozco varios que me llaman la atención, hay momentos en que nos los encontramos y en lugar de gozar el encuentro, nos burlamos de ellos, los despreciamos, no somos capaces de mirar a una persona santa, finalizó.