El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el viernes 17 de enero, en su conferencia de prensa matutina, una propuesta descabellada para resolver un problema público, el problema en que se ha convertido el Avión Presidencial: propuso rifarlo.
Con sólo quinientos pesos cualquier persona, en posibilidad de adquirir un boleto del sorteo, podría llevar a su casa un Boeing 787, con un precio original de 218 millones de dólares, una locura.
Me atrevería a pensar que rifar el avión José María Morelos y Pavón, aunque resulte un disparate, es el anuncio más importante del presidente de la República en lo que va de su sexenio.
Es el anuncio más importante, entre otras razones, porque acaparó la atención pública de los medios de comunicación nacionales e internacionales y se convirtió en el principal tema de conversación de todos los mexicanos y mexicanas, o de su mayoría, sin distinción de filias y fobias al Peje.
En algo logró unir AMLO a los habitantes del país: en soñar, reírse e imaginar lo posible-imposible.
La revista “Letras Libres”, que dirige Enrique Krauze, uno de los principales críticos del Presidente, lanzó una convocatoria para un Concurso de cuento “de ficción a ficción”, cuyos trabajos, se precisa en las bases, deberán iniciar invariablemente: “Cuando despertó, descubrió que había ganado el avión presidencial”.
La convocatoria no es ninguna broma. Es una iniciativa formal de la empresa editorial, convencida del potencial creativo de las y los mexicanos cuando de soñar se trata.
Hubo quienes inmediatamente tomaron la palabra al Presidente y prestos se pusieron a sus órdenes para movilizar a las fuerzas vivas de Morena, a fin de vender cachitos de la Lotería Nacional.
No faltó quien tomó a broma y con sentido del humor su iniciativa, incluso, dentro de su propio gabinete. Los críticos de siempre fueron condescendientes y aunque lo tiraron a loco, no dejaron de celebrar con sentido del humor la puntada.
El presidente López Obrador, con esta iniciativa, tocó un tejido muy sensible en la sociedad mexicana: la imaginación.
Su forma de gobernar al estilo de “a qué le tiras cuando sueñas mexicano”, es muy probable que no resuelva los principales problemas del país: la violencia, la pobreza, la impunidad y la corrupción, pero está dando al pueblo de México algo que ningún presidente había dado y que es muy importante para la salud mental: entretenimiento.
Esta es quizá la principal enseñanza de estos días.
*Director de Radio Universidad de Oaxaca (UABJO).