CIUDAD DE MÉXICO, octubre 5 de 2020.- El empoderamiento femenino y lésbico con sus bemoles, matizado con encuentros y desencuentros. Búsqueda, aceptación, decepción. En ocasiones, descubrimiento y atrevimiento. La sororidad y el amor filial, incestuoso. Intriga, castración metafórica de los hombres. La labor angelical de las enfermeras. Estos son algunos de los temas que aborda Ratched, nueva serie producida por Netflix.
Los fanáticos del programa American Horror Story no podrán defraudarse con esta nueva creación de Ryan Murphy. Sin duda, Murphy conoce a su monstruo. Ubicada en los años 40, Ratched presenta personajes complejos, oscuros y siniestros. Siempre salpicados con detalles que los hacen más complejos aún. Los intros de la serie son ilustrados con imágenes de gente conectada por medio de un hilo rojo. Como proponen las teorías de las hermanas Wachowski, en sus infortunados proyectos Cloud Atlas (2012) y Sense8 (2015), estamos conectados con otros a través de un hilo rojo. Así lo plantea también Ratched.
La serie de Murphy es una precuela de Atrapado sin salida (Milos Forman, 1975), película basada en una novela y protagonizada por Jack Nicholson y Danny de Vito. En este nuevo producto, Murphy retoma el personaje de la enfermera Mildred Ratched y su origen. La sangre y violencia descaradas son parte de su estética desde la apertura del primer episodio.
Con historias y subhistorias retorcidas, un hospital psiquiátrico como principal escenario, ambientes oscuros contrastados con cuadros sacados de revistas de moda de la época, en general el trabajo merece el aprecio del espectador. La fotografía es impecable y aunque se podría dedicar tiempo a hablar sobre cada aspecto de la producción, cabe destacar la espléndida banda sonora que no tiene desperdicio: desde pistas de Glenn Miller, hasta de Philip Glass.
Quizá la carga gráfica y emocional de la serie no sea para todo el público. Todos los personajes demuestran uno o más de los pecados capitales. Los colores y las transiciones de los escenarios a ambientes o escenas monocromas están diciendo algo. A la enfermera Ratched se le confieren virados a verde. Al doctor Hanover se le identifica más con virados a rojo. El desarrollo visual es más cercano a la novela gráfica y se acompaña de una brillante dirección escénica y de cámaras. Algunas secuencias son editadas a manera de un ballet, con una coreografía precisa y aprovechando recursos del cómic, como la pantalla dividida y transiciones al estilo Hitchcock.
Sarah Paulson interpreta a la protagonista. Su personaje es muy complejo y quizás maquiavélico, calculador. No queda claro cuándo es manipuladora y cuándo es realmente humana y empática. Mildred tiene una curva dramática que transita por la sororidad y el autodescubrimiento, y lleva estos temas un paso más allá. Recuerda una plática con una cantante de ópera que le habla de su personalidad lesbiana que quiere salir mientras la jala y desgarra desde dentro. En un principio, Mildred se opone a estas “aberraciones” del ser humano. Poco a poco se dan atisbos de su pasado y de la historia con su hermano. Sus recuerdos la confunden y a la audiencia aun más, por lo que el periplo de Ratched resulta complejo. Mildred estudia, atiende y trata enfermedades mentales de acuerdo con los conocimientos de la época, pero su propia personalidad encarna sus perversiones.
En la secuencia casi biográfica del teatro guiñol, Ratched nos recuerda que la comedia es, en ocasiones, la desgracia de alguien más. En esta escena, Mildred se quiebra por las risas de niños y adultos que presencian su tragedia personal plasmada en la obra. Tal vez es en este instante cuando algo se rompe en su interior y se gesta una nueva Mildred. En un momento de confrontación, su amante Gwendolyn Briggs la describe muy bien: “te mientes a ti misma, te has mentido tanto que ya no sabes lo que es la verdad”.
Otro personaje que cobra relevancia en la segunda mitad de la serie es la afroamericana Dominique y sus múltiples personalidades, que muestran cómo un pequeño ser, un pajarillo desamparado, puede convertirse de pronto y sin aviso en una terrible bestia. Cómo puede llegar a personificar el temor de los demás, incluso de quienes le acompañan y buscan su bien. Las acciones de este personaje responden a lo imprevisible de la psique humana, de la parte insondable del ser humano.
Sharon Stone da vida a otro gran personaje: una acaudalada madre en busca de venganza. Todas sus partes son excelentes, aunque destaca el sutil éxtasis que siente cuando por fin obtiene la cabeza que quiere cortar.
Sin duda, Ratched es una excelente serie y de lo mejor que podemos encontrar en streaming. No sólo se aleja de referencias directas de otros productos de Netflix, sino que consigue su propia atmósfera y estilo. Aun así, tiene aromas cercanos a Hitchcock, Lynch e incluso Jodorowsky. Algunas propuestas de arte y diseño remiten a Wes Anderson y a “El Chivo” Lubezki con Alfonso Cuarón. Pero las reflexiones que deja sobre temas como los procesos de la mente humana, las lealtades, las relaciones de poder, de familia, de hermanos y las relaciones entre mujeres, se mueven en un acertado planteamiento de historia y personajes. Se agradece que estos temas son tratados con sutileza y excelentemente justificados en la trama. La historia de los personajes cierra muy bien para una primera temporada y coloca elegantemente un atisbo de lo que será la segunda. Ratched deja la expectativa muy alta para futuras entregas de Netflix.
Ratched. Serie de Netflix. Primera temporada. Ocho episodios. 2020 (Segunda temporada por estrenar).
Tomado de la agencia EMEEQUIS: https://m-x.com.mx/analisis/el-lesbianismo-como-enfermedad-mental-ratched-pone-tema-en-netflix-?utm_source=Whatsapp&utm_medium=analisis&utm_campaign=lesbianismo