La Suave Patria
- Historia y arqueología en San Juan, capital olmeca.
- Entrada majestuosa por la Calzada de los Muertos.
- Dos museos de sitio y Feria Regional de la Obsidiana.
- En sus cercanías, el templo de San Francisco Javier.
- En otro extremo, Valle de Bravo y Villa del Carbón.
San Juan Teotihuacán, antigua capital de los olmecas, es uno de los pueblos más visitados porque aquí se encuentra la zona arqueológica de Teotihuacán, Patrimonio Cultural de la Humanidad, ciudad elegida por los dioses para crear el centro del universo.
Al llegar, se abre imponente la Calzada de los Muertos, anqueada por los diversos conjuntos de construcciones. En un extremo, la Pirámide de la Luna y, en el otro, el Templo de Quetzalcóatl.
Teotihuacán tiene dos museos: el de sitio, con piezas fantásticas, y el de Pintura Mural. En marzo es la Feria Regional de la Obsidiana, que se festeja con platillos típicos de esta zona son la barbacoa, mixiotes de carnero, codorniz entre otros platillos que tienen como complemento principal al nopal, uno de los ingredientes mexicanos más nutritivos.
Tepotzotlán tiene sus principales atractivos está el Museo Nacional del Virreinato, dentro del antiguo colegio jesuita de San Francisco Tepotzotlán, cuyo interior resguarda la colección de arte novohispano más importante de México. Pinturas, esculturas, grabados, dibujos y frescos hacen referencia al culto religioso en la Nueva España.
También tenemos en sus entornos la arquitectura churrigueresca del templo de San Francisco Javier, que forma parte del antiguo colegio jesuita. No se deje de asistir a sus pastorelas Navideñas ni a los antiguos “Arcos del Sitio”, un acueducto construido por frailes jesuitas.
De Valle de Bravo dicen que su presa es todo un clásico, así como sus deportes de aventura, y un paseo debe incluir la puesta de sol desde la presa, que recomendamos admirarla durante un recorrido en lancha o kayak; el Templo de Santa María Ahuacatlán y su Cristo Negro, considerado milagroso.
Lo mejor, en conjunto, son los esquites con camarón y los elotes asados al carbón que venden en la plaza principal; un vuelo en parapente para una fotografía panorámica del pueblo; un paseo al bosque, en cuatrimoto o bici de montaña; las exposiciones artísticas de la Casa de la Cultura; y una escapada rápida a las cascadas Velo de Novia y Río del Molino.
Avándaro, es el pueblo vecino que se localiza a solo unos minutos de Valle de Bravo, y si se buscan actividades extremas, en el Cerro de La Cruz hay el vuelo en parapente o ala delta en compañía de un instructor.
Entre los atractivos naturales de la zona está la cascada Velo de Novia un parque donde se podrá hacer de comer en sus bancas y conectar con la naturaleza.
En la Reserva Estatal Monte Alto se puede escuchar el murmullo de arroyos subterráneos y ser partícipe del avistamiento de mariposas monarcas. También hay bici de montaña y una de campamento.
Villa del Carbón, quien visita este Pueblo Mágico es porque está dispuesto a convivir directamente con la naturaleza. La primera parada es Presa del Llano: hay tirolesas, paseos en lancha y senderos para conocer la flora y la fauna local. También te recomendamos hacer un recorrido a caballo.
La segunda parada es en la Presa Taxhimay; debajo de sus aguas se encuentran las ruinas del antiguo pueblo de San Luis de las Eras que fue inundado a propósito en los años treinta para dar paso a la construcción de la presa.
El pueblo es conocido por sus artesanías de cuero y por la producción de rompope, dulce como la vida regalada que ofrecen los Pueblos Mágicos del Estado de México.
Luis Alberto Adrián García Aguirre
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en donde estudió dos licenciaturas: Periodismo y Comunicación Colectiva (1968-72) y Relaciones Internacionales (1973-77). De 1995 a 2002, colaboró con Reporteros Sin Fronteras (RSF) de París y el Comité de Protección a Periodistas (CPJ) de Nueva York. En los años 2000 y 2015, obtuvo el Premio Nacional de Periodismo.
Colaborador desde el 5 de febrero de 2020.