Utopía
Más vale tarde que nunca, establece el dicho popular y José Rafael Ojeda, titular de la Secretaría de Marina, lo practicó para corregir un desafortunado juicio expresado durante la mañanera del 21 de mayo, y que el presidente Andrés Manuel dejó pasar, cuando afirmó el almirante secretario:
“Tenemos que cerrar bien el círculo porque si no se nos van (los sujetos de las organizaciones criminales que actúan en los puertos). Hay muchos casos que hasta pena nos dan que actúen de esa manera, parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial y tenemos que cerrar bien ese círculo para poder llevar a cabo la detención”.
La generalización hecha por el marino Ojeda Durán no ayuda a entender y debatir sobre el problema que padece el Judicial desde hace muchas décadas. También es comprensible que los que actúan en el terreno de los hechos frente al crimen organizado, ya como actores directos o dirigentes, no sientan lo duro sino lo tupido de una larga batalla en la que grupos de las autoridades son aliados o parte de las bandas delincuenciales. Tampoco es para generalizar con los tres niveles del Ejecutivo y ponerlos en el mismo saco de la connivencia con criminales.
Mas el fondo del asunto es otro, y es preciso subrayarlo porque es la segunda ocasión que Ojeda se toma atribuciones políticas que la ley de leyes no le permiten, salvo las que tengan “exacta conexión con la disciplina militar”. La milicia y sus altos mandos no tienen derecho a deliberar en la plaza pública.
Las fuerzas armadas cuentan con un civil como comandante supremo, el presidente de México, y es con él, a través de él como pueden hacer sus observaciones sobre la marcha del país.
Es de suma importancia y al parecer sin precedente que el almirante corrija en público, casi tres meses después: “Quiero dejar en claro que mis declaraciones hace algunos días en las que dije que parece ser que tenemos el enemigo en casa, quiero ofrecer una disculpa pública, a quien se lo merezca, porque hay buenos jueces, hay buenos ministerios públicos, hay buena justicia social (sic), pero también tenemos ciertos problemas dentro de ese ramo. Por eso me atrevo a ofrecer una disculpa pública a quien se lo merezca, porque creo que es necesario para que nos entendamos, porque creo que es necesario que, a través de esta plática que vamos a tener logremos entendernos mutuamente y, sobre todo, logremos aterrizar lo que andamos buscando, que es la justicia para todos nuestros conciudadanos”. Y lo dijo frente al presidente de la Suprema Corte, Arturo Saldívar que puntualizó que “tenemos funciones y responsabilidades distintas, pero no contrapuestas. Mediante el diálogo constructivo y la confianza que hemos venido consolidando, no solo a nivel institucional, sino personal, nos va a permitir, no tengo duda de ello, avanzar hacia un país más justo, más libre, en paz y en concordia”.
Bien por el titular de Marina, pero será mejor aún si procesa que entre sus funciones no existe la de opinar en la plaza pública. Y todavía mejor si la disculpa al Poder Judicial forma parte del nuevo clima, sin antecedente, de la aceptación de errores cometidos al expedir un decreto en materia de salud y sustituirlo por otro bajo la observación de las autoridades de Salud, como informó AMLO el martes 17. E incluso el desencuentro entre el presidente y Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, resuelto en forma pública y democrática.
Sin duda, padecemos una “dictadura plebiscitaria” porque no le llena los bolsillos a Enrique y Leo Krauze.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.