La Suave Patria
- Es el objetivo del empresario José Trinidad Gaytán.
- No solamente se elabora en los Valles Centrales.
- Su marca registrada es el Mezcal del Tío Ro.
- El palenque de su propiedad es el mejor.
Aunque se considera que el maguey para hacer un buen mezcal de Jalapa del Marqués nace sólo a 600 metros sobre el nivel del mar, el empresario y productor José trinidad Gaytán lo siembra a 160 metros.
“Batallamos con el calor y el viento –dice el especialista en economía agrícola- lo que provoca u resequedad, pero en tres años hemos logrado avanzar y en dos años más tendremos una gran producción”.
Esto demuestra que la zona siempre ha sido apta, sólo que al ser un cultivo de largo aliento no le quieren invertir en el cuidado, explica.
El especialista considera que lo único que limita a muchos productores zapotecos es pensar que sólo en la zona de los Valles Centrales se puede elaborar mezcal, y no en el Istmo; y quienes se atreven y se quedan sólo en el cultivo, pero no le entran a destilación y a la comercialización.
Por ello, este mezcalero comenzó en 2013 con esta odisea: producir y maquilar desde el Istmo, lo cual logró y por tanto es el único en tener la cadena completa de producción en la región.
A pocos minutos de Jalapa del Marqués, en El Coyul, a orillas de la carretera federal, José Trinidad tiene su palenque que conformó con diez personas más en la Sociedad de Producción En esta zona también tiene sembrados sus magueyes, con los cuales logra producir al año hasta dos mil litros de esta bebida, a través de su marca Mezcal del Tío Ro, en honor a su padre don Rodrigo.
La sociedad de José Trinidad es la única en toda la zona que cultiva y destila el mezcal de manera artesanal, y en periodos de un mes, envasa, etiqueta y vende sus productos en los destinos turísticos más importantes del país, compitiendo a internacionalmente.
Esto le ha valido reconocimientos como la medalla de plata en el Concurso Mundial de Destilados Spirits Selection que se lleva a cabo en Bruselas, Bélgica.
La Tejabana mide dos y media hectáreas y hay cerca de cinco mil matas de maguey de entre dos y tres años.
Esa es precisamente la diferencia de la propuesta de José Trinidad: la venta directa, pues aunque en toda la zona alta de Yautepec, Nejapa y el Istmo muchos de los productores cultivan, venden el maguey a las casas mezcaleras.
Otras llevan su línea de producción hasta la destilación, pero luego venden el producto a los acaparadores de los Valles, ellos juntan todo y lo envasan o lo comercian a granel.
“Desafortunadamente, la mayoría en esta zona a lo mucho llegan a la destilación y ya no le invierten a la creación de una marca, y las ganancias están allí.
“Pero a los paisanos ya no les alcanza para invertir o no quieren, porque al nacional es un riesgo y mucho trabajo, no sólo de paciencia, en esperar años de cultivos, sino lograr un producto de calidad”, resalta.
La crisis sanitaria por Covid-19 sorprendió a la Sociedad de Agroindustrias del Marqués con buena salud, a diferencia de otros mezcaleros, pues ya contaban con una buena estructura de venta en línea que ayudó a colocar la producción lograda en febrero.
Y aunque las ventas bajaron por el cierre de los destinos turísticos y la nueva producción paró, la reserva se coloca en restaurantes en Cancún, Quintana Roo; la ciudad de Oaxaca; Guadalajara, Jalisco; San Miguel Allende, Guanajuato, entre otros La chef Isis Martínez considera que los sabores de la zona deben aprovecharse y mostrarse en nuevos platillos; pero para José Trinidad el mezcal no se limita a la bebida, sino que puede estar ligado directamente a la gastronomía local.
Como la tostada de mojarra de la presa, utiliza el Mezcal del Tío Ro, así como para acompañar la focaccia con una copa de esta bebida, en vez de vino, y la chef del restaurante El Camino, considera que en el Istmo existe una gran variedad de sabores, tan versátiles y aromáticos como el buen mezcal istmeño que hemos conocido.
Luis Alberto Adrián García Aguirre
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en donde estudió dos licenciaturas: Periodismo y Comunicación Colectiva (1968-72) y Relaciones Internacionales (1973-77). De 1995 a 2002, colaboró con Reporteros Sin Fronteras (RSF) de París y el Comité de Protección a Periodistas (CPJ) de Nueva York. En los años 2000 y 2015, obtuvo el Premio Nacional de Periodismo.
Colaborador desde el 5 de febrero de 2020.