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Tere Gil Portada

Fraudes multimillonarios en cárceles, privilegios y teóricos sin validez

Libros de ayer y hoy

El problema de las cárceles exhibe la ineficacia y saqueo privados y lo estéril de un conocimiento que no resuelve.

Enemigo de la 4T, el penalista Sergio García Ramírez, en alguna época secretario del PRI y uno de los hombres orquesta de los gobiernos príistas, fue de los que hicieron un homenaje a Luis Echeverría (LEA) al cumplir éste sus cien años.

García Ramírez fue de los más favorecidos por el sexenio de LEA y otros, que no escatimaron el apoyo para convertirlo en uno de esos funcionarios que, como Porfirio Muñoz Ledo, ocuparon varias secretarias y puestos diversos muy diferentes a sus disciplinas.

La currícula del abogado García Ramírez es muy amplia, con 60 libros y la ocupación de las más diversas oficinas locales, federales e internacionales. Fue presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la que estuvo varios años desde simple juez hasta el más alto cargo.

Si uno se mete a la larga lista de sus puestos, procurador federal, capitalino, director de penal en Edomex, del Palacio de Lecumberri, investigador, maestro, miembro de la Junta de gobierno de la UNAM, etcétera, etcétera, es un personaje a los 84 años.

Y uno se pregunta, no sin cierta ironía, ¿Para qué sirven o cómo pueden influir personajes de ese tipo a que cambie el sistema penitenciario mexicano y qué papel jugaron cuando el docto, entre comillas, Felipe Calderón, decidió crear penales oficial-privados para dar cabida a amigos y conocidos? Lo que ha generado esa decisión, es una pérdida para el erario de 270 mil millones de pesos.

Sistema de cárceles abrumador por lo caro y poco convincente

La denuncia de presas de Santa Martha Acatitla de que solo a Rosario Robles y a Mónica García Villegas, la directora del colegio en el que murieron 26 personas en el sismo de 2017, les hicieron la prueba del Covid y a las demás no, lanza un alerta sobre los privilegios que tienen algunas reclusas a las que se busca favorecer en sus contagios, en tanto que las otras ni siquiera son valoradas.

Es un penal el de la CDMX en donde se ha tratado de aplicar sistemas más justos, ¿cómo estarán los demás penales, esos dispendiosos y caros que, 8 de ellos, fueron construidos en la época de Felipe Calderón? 

Dos estudiosas del sistema, Elena Azzola investigadora y Saskia Nuño de Rivera, directora del organismo Reinserta, le declararon al diario español El país, semanas atrás, las inconveniencias de los penales mexicanos, caros, poco convincentes en su readaptación y las formas de construcción inusuales para la conveniencia, al grado de que el femenil de Morelos fue construido en 105 hectáreas, gran superficie, fuera del contexto de un penal.

Las construcciones contratadas por Calderón con empresas privadas y revaluadas por Enrique Peña Nieto en Morelos, Durango, Oaxaca, Coahuila, Chiapas, Guanajuato, Sonora y Michoacán, tienen en capilla a 17 funcionarios para que respondan del enorme dispendio que queda como deuda para el pueblo de México.

Un dato fuera de toda lógica es lo que se gastaba por preso, 3 mil 819 diarios, casi lo que se ganaría en un salario mínimo de un mes.

¿Han servido las normas mínimas para sentenciados?

EL sistema penal ha cambiado en México desde que Luis Echeverría lanzó en su sexenio en mayo de 1971, las Normas Mínimas para Readaptación Social de Sentenciados (Centro de Documentación, información y Análisis de la Cámara de Diputados. Nuevo texto 2009) sobre las que daba sesudas opiniones el abogado Sergio García Ramírez.

La euforia que causó aquella novedad en normas que se aplicaban desde la Secretaría de Gobernación en donde acunaba sueños Mario Moya Palencia, se sumaba a cambios arquetípicos como la desaparición de El Palacio negro de Lecumberri para convertirlo en Archivo de la nación y la búsqueda de aplicación en los violadores de la ley, un sistema humanitario, fue cediendo con el tiempo ante los intereses económicos.

La prueba son los penales en los estados mencionados que hicieron millonarias a muchas empresas. A partir del delito se diversificó el ámbito de la ganancia. Mientras, se creaba el Instituto Nacional de Ciencias Penales donde también estuvo García Ramírez y se asomaba el rostro de un nuevo sistema para juzgar.

En fechas recientes, el actual gobierno ha tratado de sistematizar ese humanismo tan escaso en aquellos tiempos, liberando con cargas mínimas a pequeños infractores y a personas de la tercera edad. La duda que causó la inoperancia inmediata de la ciencia en el caso del coronavirus, se extiende al uso del conocimiento y la acumulación de datos en personajes, que a la postre no le sirven al pueblo que los paga.

Personajes, además como el señor García Ramírez, que en retahíla y sin resolver nada de su oficio, critica los esfuerzos que hace este gobierno por sacar al país de su crisis.  El conocimiento sin utilidad no sirve, ha quedado claro.

Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.

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