Utopía
Acostumbrado como está el presidente Andrés Manuel a llamarle al pan, pan, y al vino, vino, negó desde Ciudad Juárez, Chihuahua (18-II), que su gobierno enfrente amenazas golpistas como en otras latitudes, sino una guerra sucia, a partir de estrategias mediáticas protagonizadas por grupos de intereses creados.
Si bien es debatible el concepto porque en realidad no existen las guerras limpias, pues incluso los golpes blandos de Paraguay y Brasil estuvieron sellados por procesos legislativos y mediáticos que no mostraron el menor indicio de limpieza y sí el montaje de procesos judiciales asquerosos, como los que padeció el expresidente Lula para inhabilitarlo como candidato presidencial frente al ultraderechista Jair Bolsonaro, quien finalmente logró su propósito presidencial, irrepetible por cierto.
Estrategias mediáticas que compañeros de López Obrador le sugieren: “ya no sigas hablando de los medios, dale la vuelta a la página”. Y él reflexiona: “No, no, no, es que es un asunto peligroso”, como lo muestran las semanas recientes tras el “descubrimiento” de un supuestos conflicto de interés y corruptelas en el contrato de arrendamiento acordado del 16 de agosto de 2019 al 31 de julio de 2020, por Carolyn Adams, la esposa de José Ramón López Beltrán, en 1003 Oakshire In, Conroe, Texas, suburbio de Houston. Vea este enlace: https://www.jornada.com.mx/2022/02/20/politica/005n1pol
Los integrantes de la elite dorada del periodismo, beneficiarios de los 36 años del PRIAN, deben saber que cuando menos desde 2006, en el arranque del “gobierno legítimo de México”, la dirigencia ya tenía bien documentados los ingresos de las estrellas del oligopolio mediático, como aseguró entonces a Utopía un subsecretario “legítimo”. Así que nada de que Hacienda entregó las facturas de los ingresos del héroe del movimiento virtual “Todos somos Loret”. No faltó el cándido que aseguró en redes sociales “Llenamos virtualmente el Zócalo”.
Fue al día siguiente, el 19, en Ramos Arizpe, Coahuila, durante la ceremonia conmemorativa del 109 aniversario de la fundación del Ejército, donde AMLO redondeó su idea sobre el golpe de Estado, tema que ponía muy nerviosos a los círculos priistas del salinismo cuando desde el Frente Democrático Nacional se planteaba en 1988.
En la visión presidencial, en tiempos de transformación, además del apoyo fundamental del pueblo, “hemos contado con la lealtad de las fuerzas armadas”. Sin la participación responsable de las secretarías de Defensa y de Marina, no tendríamos los mismos resultados en seguridad, en desarrollo y en bienestar”. (Cierto, aunque no pocos analistas y oenegeneros lo presentan como sinónimo de militarización). Porque “a diferencia de otros ejércitos, el nuestro surgió para oponerse al golpe de Estado que culminó con el asesinato del presidente (Francisco I.) Madero…”
El hecho es que sin la lealtad real, no discursiva de las fuerzas armadas, y el apoyo ciudadano, “en primer lugar del pueblo”, la 4T no hubiera transitado sus primeros tres años porque “los conservadores corruptos ya nos habrían derrotado o habríamos tenido que rectificar y someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos como eran antes los gobernantes: en floreros o en títeres de los que se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y político en nuestro país”.
Los exhortos golpistas al Ejército de parte de Gilberto Lozano (Frena) y Beatriz Pagés Rebollar no tienen nada de gratuitos, pero son llamadas a misa.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.