Utopía
El ministro presidente de la Suprema Corte y del Consejo de la Judicatura Federal exhibió, acaso como nadie antes, la subordinación del Poder Judicial a las imposiciones del presidente Felipe Calderón al bloquear el proyecto de resolución que formuló Arturo Saldívar sobre el incendio de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, en el que murieron (5-VI-09), 49 niños y hubo un centenar de heridos.
Saldívar Lelo de Larrea denunció –nunca es tarde para hacerlo–, que en 2012 el conocido como presidente ilegítimo porque se encaramó en el poder tras “robarse la Presidencia de la República” y por ello desató (12-XII-06) la guerra contra el narcotráfico para legitimarse, misma que alteró sustancialmente a México, que “mandó tomar la Corte y coaccionar por el caso ABC”, para proteger a su esposa Margarita Zavala, a la prima hermana de ésta, Marcia Matilde Altagracia, así como a funcionarios como el director del Seguro Social, Juan Molinar Horcasitas, hombre clave para el “triunfo electoral” de Calderón, junto a su “muy adorado” Juan Camilo Mouriño.
La gravísima denuncia fue formulada en el tono reposado de Saldívar, pero con palabras claridosas, durante la presentación de su libro 10 años de derechos: autobiografía jurisprudencial (editorial Tirant lo Blanch, https://bit.ly/3vdFnGH), el martes 22 en la Escuela Federal de Formación Judicial: “Hoy puedo dar fe de una operación de Estado para proteger a la familia de la esposa del presidente, para proteger a los altos funcionarios públicos de ese gobierno, que hoy viene a hablar de estado de derecho y de autonomía, y de no sé cuántas cosas, sin ninguna autoridad moral para decirlo, porque yo puedo dar fe de que eso es una hipocresía, porque no fue ese el comportamiento”.
Por supuesto que el exjefe de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública y preso en Estados Unidos por narcotráfico a favor del Cártel de Sinaloa, permanece calladito y no porque se vea más bonito, sino debido a que el misil lanzado por don Arturo lo dejó sin habla por conveniencia propia y Margarita Zavala, prima de Marcia, se ausentó de sus obligaciones como diputada para operar desde sus cuentas en redes sociales, y el solidario marido reenvía los mensajes, mientras que Mariana Gómez del Campo, la sobrina política del expresidente y biológica de Margara –como la rebautizó Teresa Gil–, realizó en San Lázaro una apasionada y lacayuna defensa de Zavala, olvidando que es representante popular, aunque por la vía plurinominal, y no diputada familiar.
Para mayor ilustración de la valiente denuncia, el ministro presidente planteó que en 2010, a partir del 14 de junio, Calderón Hinojosa hizo que sus funcionarios prácticamente tomaran la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para presionar en el caso de la guardería ABC, consiguiendo que dos de sus ministros terminaran leyendo ante el pleno, como si fueran suyos, los posicionamientos que les envió la Secretaría de Gobernación, encabezada por Fernando Gómez-Montt, quien jura: “No soy recadero”. Eran eso y más con el dipsómano como presidente.
Cuentan que el secretario de la Defensa Guillermo Galván Galván se ausentó de las reuniones en Los Pinos para jugar domino y echar trago, cuando dejó de asistir le preguntaron la razón y la respuesta fue: “No me gusta que me pendejeen y el señor presidente lo hace cuando está borracho”, lo que sucedía a diario. Pero abundaban los justificadores que arguyeron que el británico Winston Churchill ingería una botella de güisqui cada día. ¡Genuflexos!
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.