OAXACA, OAX., noviembre 11.— Los pueblos chocholtecos (Runixa Ngiigua; “Los que Hablan el Idioma”) no sólo pierden su lengua materna y tradiciones, sino que también se están quedando solos y sin música.
Y “es muy difícil y complicado tratar de conservar y recuperar” lo que aún queda, expone el músico chocholteco César Hernández, creador del cuarteto acústico Rru Tanue (“Los que Tocan”).
Mucha gente ni siquiera sabe que el pueblo chocholteca es oaxaqueño. Cuando Rru Tanue ensayaba para el toquín reciente que ofreció en La Nueva Babel y el concierto en el Centro Académico y Cultural San Pablo, muchos les preguntaban que dónde eran.
Ellos respondían que chocholtecos. “Sí, pero de dónde. Ah, bueno, de una parte de la Mixteca oaxaqueña cuyos pobladores se fusionaron con los toltecas que llegaron después que se extinguió Tula”.
Herederos del “Flechador del Sol” y de Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, pues, son los chocholtecos.
Los Runixa Ngiigua ocupan 13 municipios del distrito de Coixtlahuaca y cuatro de Teposcolula. De acuerdo con el INEGI, alrededor de 800 chocholtecos hablan su lengua madre. La microrregión es de tierra muy árida y, por lo mismo, de migración.
César Hernández nació en Santa María Nativitas. Desde niño fue inmigrante. Sus padres, oriundos de la agencia San Pedro Buenavista, eran (son) maestros y por lo mismo recorrieron toda la Mixteca dando clases.
“Conocí infinidad de comunidades. El distrito de Nochixtlán, por ejemplo, pueblos como Tilantongo —cuna de la cultura mixteca—. Convivíamos con los pobladores. Así aprendí a valorar todo: la música, la comida, la diferencia de un lugar a otro”.
—¿Cuál es la propuesta de Rru Tanue?
—La principal es dar a conocer a los Runixa Ngiigua, porque mucha gente no sabe de su existencia; la otra, que se sepa que los pueblos indígenas podemos hacer arte, que tenemos mente abierta, que no nos encerramos en ese purismo de que si a la música tradicional le agregamos una nota extra, está mal.
Rru Tanue “propone un sonido diferente, simplemente por el hecho de fusionar jazz y música tradicional. Aunque lo del jazz constituye sólo una etiqueta, pues lo que retomamos de él es la improvisación, en cada tema la hay”.
El creador de Rru Tanue estudió en la Escuela de Bellas Artes de la UABJO y después estuvo un año en la Escuela Superior de Música, en el área de jazz. Pero, para él, los que de verdad le ayudaron a conocer del género y de formas de ver y pensar el mundo han sido músicos como Miguel Samperio, Pere Soto y Eddie Barba.
En cierto momento recibió una beca del PECDA gracias a un proyecto que lo obligaba a componer temas. Fue entonces que se dio cuenta no sólo que se quería dedicar a eso, sino que necesitaba tocar sus piezas. Formó así el cuarteto Rru Tanue a la manera de la tradición mixteca-chocholteca —es decir, con base en guitarra y violín—, con músicos que conoció en la ciudad de Oaxaca.
En el toquín de La Nueva Babel y el concierto en San Pablo —donde interpretaron temas de César Hernández como “Cerro de la Campana”, “Eterna inocencia” y “Suite ngiigua”— estuvieron, además de aquél y Ricardo Chávez con las guitarras, Ángel García con el violín y Roberto Clemente con un tololoche o contrabajo yucateco que se usa también en la Mixteca.
—Dicen que la Mixteca es tierra de músicos… aunque quizá ya no.
—Los chocholtecos se confunden mucho con los mixtecos. Las influencias son las mismas y uno se da cuenta de eso cuando escucha música de Tilantongo, Apoala o Santiago Ihuitlán Plumas. En la región Runixa Ngiigua hay ya sólo dos o tres personas que tocan violín o guitarra de forma tradicional y existen algunos músicos de las nuevas generaciones que están tratando de conservar eso.
“Cuando se fusionaron los pueblos que ya existían en la Mixteca con los que llegaron de Tula crearon una cultura muy rica, pero desafortunadamente se está perdiendo: desde el idioma hasta las tradiciones. Porque es una región muy árida, las personas buscan mejores condiciones de vida y salen a estudiar, a trabajar o a aprender fuera, y las comunidades se van despoblando, se están quedando solas”.
Por situaciones como ésta es que dice César Hernández que resulta “muy difícil y complicado tratar de conservar y recuperar” lo que va quedando. Por su parte, él traducirá al ngiigua los temas de su autoría. También buscará contacto con funcionarios de cultura para que se acerquen a la región chocholteca, “porque la verdad no se ha hecho mucho ahí”.