Análisis Político
No hay palabras que describan la indignación por la muerte a tiros de 19 niños y 2 adultos en un centro educativo de Uvalde-Texas. Este episodio que ha sido noticia en las últimas semanas, lamentablemente se suma a la estadística de casos similares, según Education Week en lo que va del año 2022 ha habido más de 27 tiroteos en escuelas de EE. UU. y más de 119 en el año 2018.
Para tener una idea del panorama del descontrol en la tenencia de armas, según Gun Violence Archive, estos son los tiroteos masivos que se han registrado en los últimos años 2014 (272), 2015 (336), 2016 (382), 2017 (348), 2018 (336), 2019 (417), 2020 (611), 2021 (693) y en mayo 2022 (212).
Algunos de estos hechos que lamentablemente podemos recordar son, la masacre de 33 personas en la Universidad Tecnológica de Virginia en 2007, de 49 en la discoteca Pulse de Orlando (2016); en 2017, 26 asesinados en la Primera Iglesia Bautista Sutherland Springs en Texas, 58 en la masacre de Las Vegas y 500 personas heridas en el Festival Anual de Música Country Route 91; 12 asesinadas en el Borderline Bar & Grill en Thousand Oaks en 2018 y 18 víctimas mortales de un tiroteo en un supermercado en Buffalo en 2022.
Y según el Centro de Defensa y Seguridad Nacional de la Escuela Naval, antes de la reciente masacre de Uvalde este mismo año hubo 27 personas muertas y 98 heridas debido a tiroteos ocurridos en terrenos escolares en el país.
No sé si todo esto les parece gracioso a los republicanos. Para mí es indignante que en un país tan desarrollado como EE. UU., sigan ocurriendo estas masacres y que el Partido Republicano se oponga a una nueva regulación del uso de las armas en nuestro territorio. Parece que hay legisladores que no se deben a los ciudadanos que los eligieron, sino a las compañías de armas que les financian las campañas.
Ninguno de los asesinos responsables de las muertes de inocentes estaba defendiéndose de un agresor, o protegiendo su libertad o defendiéndose de un gobierno opresor. Eran homicidas o personas desquiciadas que tenían algo en común: libre acceso al armamento con el cual ejecutaron sus acciones.
Son mandatos constitucionales, proteger a los ciudadanos y defender la segunda enmienda sin tener que arriesgar la vida de inocentes que no representan una amenaza para nadie como los niños de la Escuela Primaria Robb de Uvalde-Texas. ¿Cuántos niños tienen que morir en Estados Unidos para que se apoye una legislación que manteniendo los derechos de la segunda enmienda y el espíritu de nuestros padres fundadores cree las condiciones para ordenar la tenencia de armas? Sin orden no puede existir la libertad.
Me alegra ver que en las últimas semanas se firmó un proyecto de ley para buscar disminuir las masacres en Estados Unidos de Norteamérica. Sin embargo, no podemos desistir hasta que tengamos un chequeo nacional de antecedentes penales para aquellos que compran armas en los Estados Unidos. Debemos seguir trabajando hasta que las armas de asalto también sean eliminadas de nuestras calles.
Estados Unidos de Norteamérica es el único país desarrollado donde se repite el tipo de masacre que se ha controlado en otros lugares sin oponerse a la libertad de las personas a la tenencia de armas. Por ejemplo, en Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia tras la ocurrencia de tiroteos masivos se implementaron acciones para regular el uso de armas gracias a lo cual se ha erradicado o disminuido drásticamente la violencia homicida masiva, además de reducirse los homicidios y suicidios con armas de fuego.
En abril de 2022, el Gobierno del presidente Joe Biden preparó un paquete de normas para elevar el control de las armas de fuego en Estados Unidos de Norteamérica incluyendo las de elaboración casera (conocidas como «armas fantasma»), que deberán someterse a la misma regulación que las de fabricación industrial. Pero a esta iniciativa se oponen quienes argumentan que se trata de un abuso de poder (a pesar de que ni siquiera representará una disminución relevante del ingreso de la industria armamentística, actualmente de 300 mil millones de dólares).
“Pasé mi carrera como senador y vicepresidente trabajando para aprobar leyes de armas con sentido común. No podemos evitar todas las tragedias y no lo haremos, pero sabemos que las leyes funcionan y tienen un efecto positivo. Cuando aprobamos la prohibición de las armas de asalto, los tiroteos masivos disminuyeron. Cuando la ley caducó los tiroteos masivos se triplicaron”.
Joe Biden
¿El gobierno de los EE. UU. debe cruzarse de brazos y dejar que personas no aptas tengan en sus manos las armas para asesinar a los niños en sus escuelas?
José Aristimuño
Estratega Político, Empresario, Conferencista y Fundador de la Consultora Now Strategies. Ha destacado en los medios de comunicación más importantes de EEUU, como una de las principales voces en Marketing Político. Su importante participación en el análisis crítico sobre los problemas que afectan a los latinos en los Estados Unidos de América, lo han hecho merecedor de un lugar en los 40 Jóvenes más importantes en el ámbito Político Americano.
Colaborador desde el 13 de mayo de 2022.
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