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Tere Gil Portada 2022

Gambusinos, recovecos de las grandes mineras

Libros de ayer y hoy

Los gambusinos, sector menospreciado, han salvado en muchos casos la actividad minera.  Formales e informales, los trabajadores mineros viven la misma vulnerabilidad y las ganonas son siempre las grandes compañías mineras.

Ahora que están destapando el pozo profundo de la minería mexicana y se exhiben las grandes fortunas y acaparamientos de empresarios mexicanos y extranjeros, es importante no olvidar a los que tachan de ser inexistentes: los gambusinos.

Gambusinos de Sonora / Foto: Infobae

Considerados ilegales y que estén presentes en todas las minas del país donde aparecen siempre, se les ve que laboran a la par que los trabajadores organizados pero pese a ello, los llaman ladrones de minas. Son miles en el país los que se mueven en ese extracto informal de las minas, a veces en trabajos que no realizan los reconocidos y en muladares de desecho de cuyos resultados, se alimentan las mineras.

No los reconocen, pero gracias a ellos pueden realizarse trabajos más peligrosos o menospreciados, que hacen posible la conducción normal de una mina. Investigadores de la minería señalan que muchos trabajadores que quedan sin sustento cuando se cierra la mina, pueden sobrevivir gracias al gambusinaje.

La RAE desconoce el término gambusino pero tiene centenares de años

Los gambusinos son parte esencial de las minas y han existido desde hace tiempo. Ya los pioneros que llegaron a Estados Unidos ejercían ese oficio en minerales del país. La Real Academia Española tilda ese nombre como un mexicanismo y lo considera extraído de la palabra gamusino, que se usa en España, Portugal y Cuba.

Este es un término que sirve para dar bromas a los ingenuos y representa a un personaje imaginario que se utiliza para engañar a la gente. Una especie de chupacabras. Si fuera inexistente tal como califican las mineras al gambusino por no tener definición legal, podría haber cierta aproximación en el significado y el parecido. 

Museo de las Rocas y los Minerales de Zacatecas

Pero en el caso del gambusino, pese a lo dicho por las mineras, su existencia está plenamente confirmada en el país. La presencia de dos tipos de trabajadores mineros solo se diferencia por un salario fijo que en muchos casos no se da, si se observan las huelgas o cierres permanentes de empresas mineras. La vulnerabilidad, además, es la misma, si se cuentan los muchos accidentes de los sindicalizados y los tratos inhumanos hacia éstos, pese a ser reconocidos.

Gambusinos utilizan recursos que son del pueblo: Investigadora

Financiado por CONACYT, la investigadora Inés Cortés Campos realizó un estudio sobre la minería informal (Economías Subterráneas, Minería Informal de México, 2009), en el que toca primordialmente el caso de los gambusinos.

Investigadora Inés Cortés Campos

Miembro de El Colegio de Michoacán, la estudiosa señala que parte de la justificación de los gambusinos para realizar un trabajo que es considerado ilegal además de riesgoso, es el hecho de que creen en la Constitución, la que sostiene que los recursos naturales son del pueblo.

En el desarrollo de esa investigación, recalca en varias ocasiones que ese trabajo indirecto suele salvar a muchas empresas. Es un soporte productivo, muchas veces de alto riesgo, sobre todo cuando son en zonas peligrosas o en minerales de desecho.

A lo largo de las décadas, dice, esa actividad ha sido muy perseguida y no entra en los esquemas de defensa. En algunas regiones, los gambusinos trabajan en riachuelos y canales lavando los residuos minerales para sacar el efectivo y entregarlo a las empresas responsables. En México se realiza desde la época de la colonia.

Bajé a una mina en los brazos de mi padre, un gambusino

Debo de haber tenido año y medio cuando comprendí el valor de los mineros y gambusinos en la explotación de minas. Mi padre Enrique Gil Moreno fue gambusino por un tiempo. Cernía el oro de la mina La Colorada, a un lado de la cual nací, en Sonora y lo vendía a los mismos empresarios mineros casi siempre extranjeros.

Un día, para que conociera la mina por dentro, me tomó en sus brazos y bajé con él. Todo estaba oscuro y solo recuerdo a muchas personas con pequeñas lámparas en la frente, que aplaudían mi llegada. Desde entonces el recuerdo se asoma lejano en sonrisas y alegrías de mineros y a un padre feliz con una niña en brazos.

Por eso espero que los mineros de Coahuila puedan ser salvados y su sonrisa relumbre como la vi en otros, en aquel lejano día. Y ahora un poco de Gutierre de Cetina que atribuye al minero metafórico, una gran sabiduría:

Cuando oro bajo y de grosera mina
suele hallar tal vez minero experto,
si con otro metal sale cubierto,
al fuego lo consagra y lo destina.
Allá se purifica, allá se afina,
ahí descubre su valor más cierto;
el fuego lo quilata y determina.

Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.

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