OAXACA, OAX., enero 14.- Eran alrededor de las 2:30 de la madrugada del pasado domingo 4 de septiembre de 2011, en Santiago Mitlatongo, poblado ubicado a unos 120 kilómetros al oeste de la ciudad de Oaxaca, los cerca de mil habitantes dormían plácidamente en sus hogares, cuando un fuerte estruendo, seguido de una sacudida de tierra despertó a la mayoría de los pobladores.
A la mañana siguiente, con los primeros rayos de luz, observaron lo que los desprendimientos de rocas del cerro Peña Colorada, ubicado a menos de un kilómetro de la zona, habían provocado en sus hogares.
Casas y calles agrietadas, techos deslizados más de 15 centímetros, hundimientos en las escuelas, en la iglesia, la clínica de salud, en el mercado, así como en el edificio municipal y en un auditorio en construcción.
Los deslizamientos de tierra continuaron y la lluvia no cesaba; poco a poco, a esa parte de la Mixteca oaxaqueña se la iba tragando la tierra. En situación similar se encontraba la comunidad vecina de Santa Cruz Mitlatongo, donde habitaban alrededor de 600 personas.
Fue el 12 de septiembre de ese mismo año, cuando las autoridades municipales y la asamblea comunitaria tomaron la decisión más difícil, la cual consistía en abandonar su pueblo, abandonar sus hogares, aquellos que habían logrado levantar con trabajo y esfuerzo, construidas por aquellos que un día fueron a trabajar a California y quisieron recordar su estancia en aquellas tierras edificando sus casas de manera similar.
Es en la Loma del Águila donde se asentaron los albergues temporales para que pudieran vivir los habitantes de santa Cruz Mitlatongo, mientras se lleva a cabo la construcción de la nueva comunidad en el paraje denominado Lomas del Cacalote y es ahí también, donde se reconstruyó la cocina comunitaria, instalada meses antes del desastre natural por el DIF estatal.
Macrina Castro Castro, mientras cocina para dar de comer a todos sus vecinos, dice: “Desde 2011 comenzó a trabajar aquí la cocina y desde que nosotros salimos del pueblo donde estábamos, en el pueblo donde todo se fue, donde la tierra se hundió, en Santa Cruz Mitlatongo, decidimos traerla aquí”. “Perdimos todo, y de aquí se alimentan todas las familias de Santa Cruz, porque nos quedamos sin nada, sin terreno, sin casa, todo perdimos, no tenemos de dónde comer, las tierras de siembre y todo se perdió”, relata Macrina con rostro afligido.
Ella sigue guisando sus frijoles, puesto que son mil 262 los vecinos que actualmente se benefician de la cocina comunitaria, las mujeres se turnan para preparar los desayunos y las comidas, para que niños, niñas, mujeres, hombres y ancianos puedan alimentarse.
Macrina añade: “… la cocina nos mantiene a todos, si no estuviera aquí, ni siquiera comeríamos, no tendríamos nada que llevarnos a la boca”. Y es que son muchas las comunidades del estado de Oaxaca, que como Santiago y Santa Cruz Mitlatongo, se han visto beneficiadas con las cocinas comunitarias.
En tres años han sido instaladas 2 mil 346 cocinas, alimentando a 217 mil 220 personas, destacando la población más vulnerable como son los infantes, personas mayores, madres y mujeres embarazadas y personas vulnerables.
Pero en este caso no es tan solo un logro del DIF estatal, encargado de la instalación de las cocinas y el suministro de los insumos de las mismas, si no de todas aquellas mujeres que día con día llevan a cabo la noble labor de cocinar las dos comidas diarias que se ofrecen en cada una de las cocinas comunitarias del estado.
Un proceso, laborioso que llevan a cabo con entusiasmo y alegría para lograr que los índices de desnutrición existentes en el estado vayan disminuyendo paulatinamente, ofreciendo comida de calidad, nutritiva y basada en una rigurosa dieta enfocada a los diferentes sectores que se benefician de la comida que ofrece estas cocinas, como son los niños, niñas, mujeres, ancianos y gente con discapacidad.
Arroz, frijoles, soya, leche, harina y avena son los ingredientes básicos de la dieta de las 2 mil 346 cocinas existentes en el estado, donde también se lleva un estricto control de talla y peso de las personas que ahí se alimentan, para poder llevar a cabo un estudio personal de cada uno de ellos.
Éste es un proyecto llevado a cabo por el DIF estatal y todas aquellas comunidades necesitadas del estado, son las mujeres las que se comprometen a ordenar y clasificar las cajas de comida que llegan bimestralmente a sus pequeños almacenes, para después cocinar los productos, sin perder la esencia de la comida tradicional de las diferentes regiones del estado.
LAS CIFRAS:
2,346 Cocinas comunitarias instaladas en el Estado de Oaxaca.
395 Municipios del Estado cuentan con Cocina Comunitaria.
217,220 Personas se han visto beneficiadas por las Cocinas Comunitarias.
85 Millones de desayunos y comidas calientes se brindaron en el año 2013 en todo el estado.