Libros de ayer y hoy
Aunque es una supraestructura que se aplica y e interpreta a destajo, el derecho resuma muy a su pesar, el humanismo que desprendieron en él grandes juristas y pensadores que muy a despecho de los depredadores ahí sigue. Las abrumadoras pruebas que tiene el imperio vecino para habérsela jugado en un juicio tan aparatoso como el de Genaro García Luna, lo conceptúa según algunos en el juicio del siglo al menos en este momento para México. Pero que sorpresa se llevarían esos juzgadores si supieran que semanas antes, en nuestro país se había dirimido y se dirime, uno de los juicios más altisonantes, bajos y destructivos para una persona, que solo es acusada de plagiar una tesis.
La furia más terrible exhibió y exhibe aún, el odio a una persona que concentra para sus destructores la simpatía del que realmente odian, el gobierno actual, pero sirvió y sirve para exhibir en esos que tomaron la palabra y el ataque, el verdadero misogismo que anida en machos que se la dan de inteligentes y sabihondos. Eso me parece a mí lo más peligroso. El odio que es auténtico hacia una mujer que representa un género y a la que contradictoriamente, esas que van a saquear y destruyen, las llamadas feministas digo, ni siquiera esbozaron una palabra de defensa.
El apoyo de ellas a las mujeres está sujeto a la política y para algunas el regreso al presupuesto del que disfrutaron por años. Mientras millones de dólares están en juego en el caso de Genaro García Luna, y no sabemos cuántas víctimas generó y el presunto plagio de una tesis causa grandes escándalos, eso demuestra que no es la disparidad lo que nos provoca extrañeza, sino la verdadera esencia de un sector que por esa razón es peligroso. Son ellos, como los que ayudaron a Hitler a construir los hornos crematorios ¿Y de García Luna qué han dicho? La mayoría de ellos nada o superficialidades.
A la ministra Esquivel no le pusieron jurado ni abogado defensor
Para juzgar a la ministra Yasmín Esquivel Mossa, no fue nombrado un jurado, ni se acercó un defensor solidario a darle una mano. La gran mayoría de los medios desplegó desde un principio información acusatoria. Parecíamos estar frente a la peor delincuente. Una especie de personaje de Nathaniel Hawhtorne, con le letra escarlata en el pecho o en la frente. Una mujer expuesta al público para que todos tiraran la piedra.
Las fotos que pululan de García Luna no le llegan al número a las reproducidas de la ministra ni las muchas opiniones que se han vertido sobre ella. Fue un chivo expiatorio femenino de la derecha, aunque han estado metidos algunos que no se consideran como tales. Agresores que todavía quieren instalar la cruz.
A García Luna lógicamente lo defiende el que lo sostuvo más tiempo directamente en su gobierno Felipe Calderón Hinojosa que tuvo que haber conocido sus negocios. Esos que hacen análisis de medios deberían de hacer un trabajo comparativo en la información sobre Yasmín y el ex secretario de seguridad, hasta la fecha. Aumentará la de él porque el juicio es largo. Pero un buen analista puede deslindar en el primer caso la existencia de un juicio que nunca se dio, porque la mujer fue condenada desde el principio. Tampoco hubo testigos de descargo aunque los muchos que acudieron a verter la acusación sobre la mujer, pueden tener la misma huella oscura que ostentan los testigos en contra de García Luna.
Ofensiva orquestada contra una mujer y se defiende a delincuentes
La premio Pulitzer Susan Faludi expresa muy bien, desde luego desde 1992, lo que pasó en torno a la ministra, porque eso ha sucedido miles y miles de veces. Sostiene que en “La verdadera ofensiva contra las mujeres de manera orquestada en los medios de difusión, de manera solapada e insidiosa”, han participado todos los sectores distorsionando la imagen de la mujer a través del bombardeo publicitario. Parten, añade, de historias moralizantes, con estadísticas fraguadas o irrelevantes.
Su libro La guerra contra las mujeres (Editorial Planeta 1992) tiene 446 páginas, pero es accesible de leer. Son 14 los capítulos, pero uno de ellos, el número 9 parece referirse a lo que pasó en México con la ministra: La política del resentimiento. La guerra contra las mujeres de la Nueva Derecha. Y desde entonces, señala, ha estado la mujer expuesta, como ahora estamos viendo la campaña contra Yasmín, casi siempre de extracto misógino, de señalamiento de acusación no comprobada, destruida socialmente.
El rector de la UNAM Enrique Graue quiso aparecer generoso y anunció que se permitiría que la ministra pudiera defenderse como si eso no fuera un derecho consagrado por nuestras leyes. Pero por lo pronto ya la están convocando. El libro de Faludi tiene como subtítulo: La reacción encubierta de los hombres frente a la mujer moderna. Y se exhibe en el escándalo acusatorio contra la ministra, mientras la defensa de García Luna se hace a través del silencio.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.
Las opiniones expresadas por los columnistas en sus artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden no representar la postura o línea editorial de PressLibre. Sin embargo, como medio periodístico respetamos su derecho a la libertad de expresión.