OAXACA, OAX., febrero 28.− “Creo que el vocabulario del mezcal es el que se habla” en las comunidades productoras, “porque al final, nosotros somos distribuidores” y lo que “tenemos que hacer es aprender de la gente que lo produce”, asienta León Lory Langle, responsable de la recién inaugurada mezcalería “Toba” (Pino Suárez 304, Centro Histórico).
El comentario de León Lory, quien salió de la mezcalaría Los Amantes para armar su propio proyecto, es su respuesta a si se ve como un “mezcasiarca”, según la acepción del mezcabulario de Ulises Torrentera, autor de “Mezcalaria/ Cultura del mezcal” (Farolito Ediciones).
−Ni Torrentera utiliza ya su mezcabulario− bromea en serio León Lory.
−Si Ulises Torrentera, de la mezcalería In Situ (Morelos 511, Centro), es el “dios del mezcal”, ¿tú eres uno de sus sacerdotes?
−No, no. Yo soy un bebedor activo. Además, no tomo nada más mezcal, sino, de hecho, todo tipo de licor. Si bien mi pasión por aquél, el mezcal, nació por influencia del maestro Guillermo Olguín, él me enseñó y me abrió las puertas para que poco a poco fuera conociendo la cultura de esa bebida, de manera tal que creo que ahorita ya tengo mi propio punto de vista al respecto: aunque no soy un experto ni creo que llegue a serlo.
El proyecto Toba, explica León Lory, es un “espacio tanto para los maestros mezcaleros como para quienes quieren disfrutar de un buen mezcal: el punto central consiste en tratar de posibilitar el contacto directo entre ambos”.
Detrás de Toba hay un socio, un maestro mezcalero, quien es el que tenía “esas ganas de contar con un espacio como Toba: “para qué, para que, siendo un negocio, podamos seguir apoyando a las comunidades productoras”.
Los productores están en sus “comunidades enfrentando sus necesidades y haciendo su magia… y los bebedores van a poder venir aquí a encontrarlos, a platicar con ellos”.
—El productor Luis Méndez, de Sola de Vega, dice que al rato va a haber una mezcalería en cada esquina.
—Me daría mucho gusto, y ya se tardó Luis Méndez en hacer la suya. Él es uno de los grandes impulsores del mezcal tradicional, uno de mis invitados principales y de mis grandes maestros.
En su vitrina, Toba incluye mezcales de San Vicente Coatlán, Ejutla de Crespo; San Miguel Suchiltepec, Yautepec, el de la mezcalera Sósima Olivera, en específico; de Sola de Vega; y “no nada más artesanales, son bienvenidos todos”.
—¿Incluidos los de 36 grados?
—No tengo ningún problema. Para mí, cualquier bebida espirituosa que esté dentro del rango aceptado, es mezcal. Algunas personas lo prefieren más alto o más bajo. Finalmente, también se trata de mercadotecnia, una manera de introducirse al mercado: bienvenidos todos, yo no tengo ningún conflicto al respecto.
Ahora, “la tecnología no está peleada con lo artesanal, sobre todo si aquella ayuda a que tu producto sea de mayor calidad y le saques un poquito más de provecho, pero lo que no resulta aceptable es una industria que genere cinco mil litros de mezcal al día”.
Porque de forma desafortunada, “se están explotando plantas silvestres, no cultivables, y eso va a provocar que terminemos en el monocultivo, en la destilación de solamente agave espadín”.