Diario Ejecutivo
Durante todo el periodo neoliberal el aumento de actividad en el Popocatépetl estuvo asociado a algunos problemas que enfrentaba la economía nacional. Curiosamente Don Goyo está ahora en una fase intensa, pero no se auguran desastres financieros.
Cada vez que el Popocatépetl (Don Goyo) aumenta su actividad pareciera querer explicar algo o protestar. Por eso algunos dicen que está enojado. Lo curioso es que en mucho ha alertado sobre problemas económicos. Desde 1994 y durante todo el periodo neoliberal, sus exhalaciones tuvieron que ver con movimientos financieros, con devaluaciones o con periodos de turbulencia económica
Este domingo la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, informó que el semáforo de alerta del volcán Popocatépetl pasó de amarillo fase dos a fase tres, lo que implica estar más alertas, pero no representa un riesgo para la población, ni significa efectuar evacuación.
En conferencia de prensa explicó que desde septiembre de 2022 a la fecha se han registrado 575 explosiones, de las cuales 398 han sido menores y solo el uno por ciento, es decir tres, fueron potencialmente peligrosas.
La funcionaria dijo que no habrá evacuaciones en las poblaciones aledañas, pero sí se tienen 25 albergues preventivos “No existe ningún riesgo para la población en este momento, pero en un radio de 12 kilómetros no debe haber turismo, alpinismo, ni presencia de seres humanos”, señaló Óscar Zepeda Ramos, director general de Protección Civil.
Lo que sí es un hecho es que habitantes Puebla, Tlaxcala, Morelos, Estado de México y Ciudad de México han tenido que sufrir por las explosiones y emanaciones de Don Goyo, que van desde la acumulación de ceniza hasta afectaciones de vuelos en varios aeropuertos.
Vale la pena retomar un poco de historia: después de que durante 70 años el volcán Popocatépetl se mantuvo tranquilo, el 21 de diciembre de 1994 reinició su actividad y comenzó a eructar. De su panza salieron toneladas de ceniza que llegaron hasta la capital se la República.
Un día antes, el 20 de diciembre, por la noche, el secretario de Hacienda, Jaime Serra Puche, anunciaba, tras reunión con los sectores que conformaban el famoso Pacto, un ajuste de 15.28 por ciento en el peso, con lo que el valor del dólar se situaba en un techo de 4.0016 pesos. Los salarios mínimos aumentaron 10 por ciento.
El mismo día 21, mientras Don Goyo emanaba gases y el ejército de movilizaba hacia Chiapas para hacer frente al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el dólar se cotizaba ya en cinco pesos, con pérdidas cambiaras por cuatro mil 500 millones de dólares.
En 1995 se registró en los mercados financieros lo que se llamó “efecto tequila”, México tuvo que pedir ayuda internacional para salir de la grave crisis económica y Don Goyo tuvo actividad fluctuante con frecuentes exhalaciones de ceniza, pero nada de gravedad.
A partir de marzo de 1996, y hasta abril de 2003 se emplazaron 27 domos de lava en el interior del cráter de Don Goyo. Desde mayo de 2003 hasta aproximadamente junio de 2005 la actividad del Popocatépetl se redujo marcadamente, pero a partir de julio de 2005 se reinició la actividad de emplazamiento y destrucción de domos, habiéndose emplazado en ese periodo otros 10 domos.
En 2013, unos días antes de que se aprobara la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, el Popocatépetl recuperó su actividad y registró algunas de las erupciones más impresionantes de la historia. Ese año lanzó material incandescente sobre la ladera noreste y los semáforos de alerta se encendieron. De hecho los semáforos se ubicaron en la fase tres, como lo que se activó este domingo.
Posteriormente, en 2016, el Popocatépetl lanzó fumarolas de hasta seis kilómetros y se encendió el semáforo de alerta amarilla en fase dos, que significa que continuaría la actividad explosiva de escala baja a intermedia, que habrá lluvias de ceniza leves a moderadas en poblaciones cercanas y que existía la posibilidad de flujos piroclásticos y flujos de lodo de corto alcance.
Esas fumarolas marcaron el inicio de una desaceleración económica que se presentó en 2016 y mientras que Don Goyo retomaba su actividad volcánica, el peso tuvo varias recaídas, por lo que el dólar se llegó a cotizar en más de 22 unidades. La vez anterior que había tenido exhalaciones, en agosto de ese año, el peso tuvo uno de sus mayores golpes, pues rompió la barrera de 19 unidades por dólar.
De hecho, cuando emitía fumarolas de hasta casi 10 kilómetros, el peso mexicano dejó de ser utilizado en los mercados internacionales y perdió fuerza como moneda internacional.
Ahora, la situación es diferente, el peso se encuentra en uno de los mejores niveles de la historia, sin haberse devaluado en el sexenio y la economía está en crecimiento, como se dará a conocer esta semana por parte del INEGI.
¿Entonces por qué está enojado Don Goyo? ¿Se habrá hartado de que le pongan piedras en el camino a los cambios que propone el actual gobierno? ¿Estará molesto por la forma en que uno de los tres poderes (el Judicial) quiere imponerse sobre los otros dos?
El hecho es que, parece ser, ahora si se equivocó y no habrá desastre económico.
Dice el filósofo del metro: Don Goyo hace erupción, la oposición arroja lava verde por la boca.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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