OAXACA, OAX., marzo 20.− El miedo a las manifestaciones artísticas alternativas de los jóvenes por parte del gobierno “es una sintomatología de que el país está al borde del caos”, afirma el músico y poeta Óscar Tanat.
“Y el gobierno lo sabe”, recalca en entrevista para www.e-oaxaca.mx Desde hace años, Óscar Tanat se ha caracterizado por representar la escena oscura en Oaxaca, la de los dark, los metaleros, los electro, los gothic. Exactamente aquellos del festival mal habido del “Hell and Heaven” del Estado de México.
Una escena oscura que, toda proporción correspondiente, se repite en Oaxaca. Son jóvenes, explica Tanat, que nacieron para divertirse y pensar: una generación pensante que no está dispuesta a que los manipulen con lo que se consume en las televisoras comerciales.
−¿Cómo está la escena oscura en Oaxaca?
−Es relativamente mediana, correspondiente, en proporción, con el Distrito Federal. Hay bastantes bandas de metal, no faltan los electro cristianos, que estaban o están allá entre San Juanito y San Martín Mexicapan. Hay dark, gothic, electro, rockabilly, punk, uno que otro proyecto experimental que siempre trata de alimentar la escena.
“A mí me encanta divertirme”, aclara Óscar Tanat, quien fue entrevistado allá en La Nueva Babel, cuando tocó con la Bande-Son Imaginaire, esa cueva alternativa, “y lo hago a través del arte: video, música, poesía. Yo nada más vine a eso: a divertirme”, reafirma.
−Y precisamente hablando de divertirse, acaba de haber una afrenta a los jóvenes con lo de la prohibición del festival “Hell and Heaven”, que se iba a realizar en el Estado de México− se le plantea.
−Es evidente que ahí hubo cuestiones de poder, de intereses, de negocios. Pudo haber desorganización, pero no como para cancelar un festival de esa magnitud.
“Siento como un retroceso. Yo ni siquiera viví el Woodstock mexicano, cuando se sufrió esa época priista… Como que hay un retroceso total en tiempos aparentemente muy modernos”.
Se percibe una prohibición a la “expresión juvenil, a la de la congregación, a la de una generación que convive con otras generaciones”.
Se dijo: “que se haga gratis el festival en el Zócalo. Mancera no quiso. Y eso es muy sospechoso: no permitir que un grupo de jóvenes se congreguen, y sobre todo si son los que están en el mundo alternativo, los que no se dejan manipular por lo que se consume masivamente en la televisión comercial.
“Ese miedo a lo alternativo, ese miedo a la congregación, por parte del gobierno, es una sintomatología de que el país está al borde del caos”.