Perspectiva Social
La participación de las mujeres en los diferentes niveles de gobierno es relativamente reciente, lo cual devino por la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres para participar en los diversos espacios laborales y profesionales. En ese contexto también los espacios de toma de decisiones fueron particularmente importantes en la discusión de la igualdad; sin embargo, pese a que las mujeres pudieron votar a partir del año de 1955, no se tuvo acceso a cargos de representatividad, de elección popular o de toma decisiones en el sector político, ya que sólo se limitó la participación de las mujeres a la posibilidad de votar para reafirmar su reconocimiento como ciudadanas.
Es importante mencionar, que la participación de las mujeres en la vida política de nuestro país tiene su historia asentada en la lucha que han emprendido las mismas mujeres, ya que, apenas en 1992 en la “Cumbre europea Mujeres en el poder” se denunció el déficit democrático acerca de que 50% de la población no participa directamente en los procesos de toma de decisiones. Derivado de la declaratoria que se emitió en el plano internacional, en México en 1993 se realizó la primera modificación al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), en la que se recomienda la promoción de las mujeres en la vida política del país, a través de su postulación a cargos de elección popular; no obstante como se nota en el texto, sólo se recomienda que no es lo mismo que obligue.
Nueve años después, en el año 2002 por primera vez se niega el registro de las candidaturas propietarias de más de 70% para un solo género, en el año 2008 se establece la exigencia de que debe procurarse la paridad o bien al menos 40% de candidaturas de un mismo género; y doce años después de lo anterior, en el año 2014 con una reforma constitucional se estableció la obligatoriedad en la integración de las candidaturas con el 50% de hombres y 50% de mujeres para la postulación a legislaciones federales y locales.
En el año 2018 por primera vez en la historia de las cámaras se observó un Congreso casi paritario, ya que 48.2% de la integración de la Cámara de Diputados son mujeres y en el Senado 50.8% son mujeres alcanzaron.
Finalmente es hasta el año 2019 que se realiza una reforma constitucional en la que se establece la paridad en los tres poderes del Estado, en los tres órdenes de gobierno, en los organismos autónomos, en las candidaturas de los partidos políticos a cargos de elección popular, así como en la elección de representantes ante los ayuntamientos en los municipios con población indígena. Esto último es un cambio radical en comparación con los años anteriores.
Por supuesto, la lucha de las mujeres no ha cesado por lo que, constantemente se hacía mención sobre las dificultades que una mujer tenía que enfrentar para demandar espacios de naturaleza política, por ello surgió la discusión sobre el concepto de paridad de género, que se refiere a la participación de las mujeres en la vida democrática de México, en sus diversas instituciones, en condiciones de igualdad con respecto a los hombres, por tanto, este concepto se volvió un principio constitucional.
Por lo que a partir del año 2014 como se comentó antes es cuando se comienzan a trazar algunos cambios importantes; sin embargo, es hasta el año 2019 cuando se da un cambio radical de carácter de reforma constitucional en la que obliga a tener paridad en las diferentes instancias institucionales para que las mujeres también se vean representadas en el poder legislativo, ejecutivo y en las instituciones autónomos en los que se toman decisiones en México. Es decir, es hasta el actual siglo XXI cuando se reconoce la necesidad de que las mujeres se sientan representadas en las diferentes instancias institucionales de gobierno.
En este sentido cabe destacar que en el actual sexenio que está por concluir (2018-2024), se cuenta con la participación de 8 mujeres como secretarias de Estado del total de 19 Secretarías que existen. En la Secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján; en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra; en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez; en la Secretaría de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes; en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores González; en la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro Sánchez; en la Secretaría de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya y en la Secretaría de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero. Destacan también en la Tesorería de la Federación, Elvira Concheiro Bórquez y la consejera jurídica del Ejecutivo Federal, María Estela Ríos González
Todas las mujeres que se enuncian como secretarias, destacan por su preparación profesional; todas con destacada trayectoria profesional, política o como funcionarias públicas. Es decir, si bien, es un gran logro la presencia de mujeres en espacios de toma de decisiones, también debe destacarse que todas ellas cuentan con la preparación suficiente para desempeñar sus cargos.
Para muchas personas puede parecer un detalle sin importancia; sin embargo, cuando se realiza el recuento de la participación de las mujeres en cargos públicos, en niveles de gobierno y en cargos de elección popular es cuando se puede hacer una valoración más acertada, pues es apenas en el año 2014 cuando se comienzan a realizar algunos cambios y es apenas en el año 2019 cuando realmente se ve un cambio radical, obligando a tener paridad de género en diversas instancias.
Cabe hacer mención que el hecho de que existan mujeres en cargos públicos, en cargos de elección popular en los diferentes niveles de gobierno y en el poder legislativo, no significa que la violencia política en razón de género se haya eliminado, así como tampoco asegura que se eliminen los ejercicios de poder masculinizados.
Por lo mismo, es importante que las mujeres y la sociedad en general mantengamos la reflexión sobre nuestro quehacer como ciudadanía, ya que en cada acto, en cada diálogo, se pueden reproducir las prácticas de siempre o bien, se pueden producir nuevas formas del ejercicio de poder, en colectivo, en participación amplia y de carácter femenino.
Karina Sánchez Juárez
Doctora en Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, con especialidad en Estudios Rurales, Desarrollo y Política. Profesora-Investigadora de tiempo completo del IISUABJO e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Actual Directora de “Cuadernos del Sur”, Revista de Ciencias Sociales.
Colaboradora desde el 21 de febrero de 2019.
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