Utopía
La espléndida muestra de una limitada capacidad de convocatoria, organización y acarreo de los dirigentes de la autodenominada marea rosa (“¡El INE no se toca!” y la Suprema Corte tampoco), el domingo 11 en las calles aledañas al Instituto Nacional Electoral, después de que el Consejo General les negó el acceso al exterior de sus instalaciones, resultó un servicio involuntario para los que desde la Cuarta Transformación en el Congreso, los debates, las calles y los medios promueven hacerse de la mayoría legislativa calificada que les permitirá reformar la Constitución para que jueces, magistrados y ministros sean producto de la voluntad ciudadana; así como del paquete de más de 20 iniciativas que implica reformar la ley de leyes.
Los números, en este caso, dicen más que mil palabras. Los medios de desinformación, que actúan como parte, tuvieron limitadas posibilidades de ayudar a los dirigentes de las 13 organizaciones civiles, encabezadas por el Frente Cívico Nacional –de los vivales Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando Belaunzarán–, la menguada y errática oposición, y se limitaron a registrar en promedio 6 mil asistentes.
Y en las 17 ciudades de igual número de estados el promedio de los participantes fue de 100 ciudadanos, de acuerdo con cálculos de corresponsales de La Jornada, es decir, 10 mil manifestantes en el mejor de los casos en todo el país. Y parte de ellos acudieron a denunciar “el fraude electoral” porque dieron testimonio en redes sociales de que vieron “costales con boletas a favor de Xóchitl Gálvez”. Y justo la señora que se presentaba como parte de la “verdadera izquierda”, confesó voluntariamente al micrófono que la noche del domingo 2, al momento de declararse “triunfadores” no contaban con cifras de ningún tipo. El grito de “traidora” fue la respuesta de algunos seguidores.
Justo con esa misma frivolidad llevada al extremo, procedió la exitosa empresaria que usa la política como plataforma para exitosos negocios privados, y presentó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación recursos jurídicos que el lunes 12 obtuvieron respuesta oficial unánime y declaró infundados los juicios de nulidad de la elección presidencial interpuestos por los partidos de oposición, e improcedente el recurso de Gálvez; por tanto, determinó que el triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo es “totalmente legítimo” y será presidenta de México.
En el conocido como “juicio madre” fueron “desestimados” todos los argumentos de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y el ahora extinto De la Revolución Democrática por dos razones básicas: las pruebas presentadas no sólo son insuficientes sino subjetivas, genéricas, falsas, vagas, incoherentes y especulativas, por mencionar algunos de los calificativos del proyecto aprobado, sino porque en la contienda del 2 de junio la diferencia entre el primer y segundo lugares fue de 19.4 millones de votos, en una jornada con 61% de participación ciudadana. Los impugnadores presentaron como pruebas de sus denuncias mil 400 ligas de internet que dirigían, en su mayoría, a materiales periodísticos, por lo que los juzgadores no concedieron nada a la oposición.
Es una tragicomedia que cuando el país y sus instituciones más necesitan de oposiciones propositivas, capaces de armar programas alternativos derivados de la realidad existente y no de la burbuja en la que parasitan desde julio de 2018, para articular una fuerza social y política que los convierta en realidad.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
Las opiniones expresadas por los columnistas en sus artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden no representar la postura o línea editorial de PressLibre. Sin embargo, como medio periodístico respetamos su derecho a la libertad de expresión.
