+ A más de seis décadas de su descubrimiento, la zona arqueológica de Zaachila es escasamente visitada. Sus habitantes no recuerdan a sus antepasados, refiere en entrevista el arqueólogo Robert Markens del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en Oaxaca.
Oaxaca de Juárez, Oax.- A más de seis décadas de su descubrimiento, la zona arqueológica de Zaachila es escasamente visitada, aunque de manera tradicional, el último lunes de julio en El cerrito, honran a la Diosa del Maíz Tierno, Pitao Ko Shuub con la fiesta Laanii Roo Xten Daan Zaallil.
El festejo recuerda a la reina encontrada en las tumbas del sitio, sentada sobre el cerro sagrado, un hueco lleno de agua, maíz, frijol y animales cazados. “Era una montaña de sustento que contenía los recursos del medio ambiente y los reyes eran los defensores de todas las riquezas y abundancia”, dijo en entrevista el arqueólogo Robert Markens del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en Oaxaca.
Fuera de ello, los habitantes de Zaachila no recuerdan a sus antepasados. “Ahí están las tumbas de los señores principales de uno de los centros más poderosos del Valle de Oaxaca. Por nuestra civilización tan práctica, tan económica, no hay mucho interés en la historia ni en las prácticas anteriores. Hay una gran brecha que se abrió con la llegada de los españoles”, agregó.
“El sitio está relegado a una curiosidad. No es tan relevante este modelo de creencias, aunque sí para quienes valoran la historia, las raíces, las culturas originarias. Es parte de la herencia si queremos reconocerla, pero el carácter de nuestra vida está cada vez más regida por una industria de mercadotecnia que nos convence de la importancia de lo nuevo que apunta hacia lo efímero”.
En este sentido, refirió la relación que tenían los antepasados con sus muertos. Esa práctica religiosa prehispánica de convivir con ellos cuando la tumba familiar estuvo en las casas y los rituales eran diarios. Entonces los familiares los tomaban como intermediarios y les solicitaban favores, lo cual ya no es tal. Los muertos fueron alejados en los panteones y se perdió esa comunicación, dijo.
“Entonces, menos hay esa veneración a los reyes y reinas de esos tiempos de (la grandeza de) Zaachila, no interesa ahora. Está transformada, en el sentido de que ya no hay reyes deificados; eso dejó de ser, agregó en entrevista el doctor Robert Markens, especialista en arqueología de Oaxaca y Mesoamérica.
Zaachila y sus hallazgos
Y sin embargo el sitio arqueológico es relevante porque muestra la grandeza de una de las últimas civilizaciones mixteco- zapotecas habitadas a la llegada de los españoles. Y en las primeras exploraciones de 1962, hechas por el arqueólogo Roberto Gallego Ruiz y su equipo, cuando descubrieron las tumbas de los señores 5 Flor y 9 Flor, según el nombre calendárico, encontraron entierros humanos, objetos de cerámica, oro, piedras preciosas, joyas; similar a lo encontrado en la Tumba 7 de Monte Albán, dijo Robert Markens.
Esos hallazgos fueron llevados al Museo Nacional de Antropología y en el sitio, se conservan en bajo relieves y en estuco, figuras de los señores 5 Flor y 9 Flor, de Pitao Pezelao, el “señor del inframundo”, la cabeza de un jaguar, un búho, un ser con caparazón de tortuga, tocado de lagarto Su posición es horizontal como si volara o estuviera nadando.
Estos seres eran los nahuales de los señores encontrados en la zona arqueológica. Esta propiedad (privilegio) era sólo de los reyes. El jaguar y la serpiente de fuego, por ejemplo, no vemos otros disfrazados en su arte como la serpiente de fuego. Era una distinción de las clases gobernantes, así legitimaron su acceso al poder, explicó el estudioso del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
(Esa distinción), no era gratis, (los reyes) eran los defensores del pueblo. Entonces a cambio de ser, de ocupar estos cargos altos dieron algo. Eso fue en parte la defensa del pueblo y otras accione más. Eran su protector, el ser sagrado. Si cumplieron sus nahuales, no sé el resultado, pero muchos eran derrotados, muchos reyes y hay conquistadores, hay perdedores también, probablemente fueron sacrificados, explicó el doctor Robert Markens.
Las elecciones del pasado
Ahora es diferente (la manera) como se concibe el poder. Es una lección que puede pasar a los gobernantes de hoy si fracasan. En tiempos prehispánicos eran los responsables del bienestar del pueblo. Creo que en el momento antes del florecimiento de Zaachila, por ejemplo, hubo una sequía abrumante, total, que Monte Alban se colapsó y en la mente zapoteca seguramente los gobernantes no estaban en el favor de los dioses, por eso no llegaron las lluvias y los campesinos no podían cultivar los terrenos (fue) un fracaso.
Pero no solo fue abandonado Monte Alban, sino muchos otros pueblos circundantes como Cuilapan, como Lambityeco, Macuilxóchitl, el Cerro de la Campana en Suchilquitongo, muchos otros sitios. Ocurrió una crisis que puso en duda la legitimidad de la clase gobernante, porque se abandonaron todos estos pueblos y de la noche a la mañana, también desapareció el lenguaje visual del poder político.
Por ejemplo, desapareció el sistema jeroglífico de la escultura zapoteca, ya no fabricaron estos tipos de urnas, ya no pintaron las tumbas de reyes con pintura mural, y se abandonaron los centros urbanos. Es decir, que hubo un colapso del lenguaje visual, el soporte de la organización social jerarquizada con los reyes encima.
Siempre los reyes tienen sus pertenencias, sus objetos que garantizan que unan su oficio, su posición social, todo esto acabó no sólo en Monte Albán, sino entonces eran todos los gobernantes (que) estaban fracasando tal vez por esta sequía, señaló quien fuera director del proyecto arqueológico “Excavaciones en Macuilxóchitl, Valle de Oaxaca”.
“Entonces ya no tuvieron confianza en la clase de lideres a través del valle de Oaxaca. Está pasando ahora con el agua. ¿Qué va a hacer Sheinbaum para surtir agua a los capitalinos? ¿qué va a checar? ¿a la industria agrícola, de riego? ¿Va a monitorear más (de) cerca el uso de agua? No hay solución a estos problemas ni aquí en Oaxaca”.
Ernestina Gaitán Cruz
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Reportera, articulista y free lance en La Jornada, Notimex, El Nacional, El Día Latinoamericano, Revistas FEM y Mira; Noticias de Oaxaca y Tiempo de Oaxaca. También llegó a colaborar en los Gobiernos de Guerrero y de Oaxaca.