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El Manto Sagrado o Sábana Santa de Turín: Más allá de la fe, ¿qué dice la ciencia?

MÉXICO, D.F., abril 15.- El Manto Sagrado o Sábana Santa de Turín es una reliquia presuntamente usada durante la sepultura de Jesús. La sábana de lino de 4.20 por 1.10 metros contiene una imagen que parece ser el rostro de una persona, algunos creen que se trata de la impresión frontal y dorsal del cuerpo de Jesús tras su muerte.

Este pedazo de tela es la evidencia más estudiada sobre un “milagro” en toda la historia.

El estudio de esta reliquia es complicado debido a su imprecisa procedencia, pues sólo existe una breve mención del Sudario de Oviedo –la manta que cubrió el rostro de Jesús- y la sepultura de Jesús en el Nuevo Testamento, según documenta National Geographic.

LO MENCIONA LA BIBLIA

En el Libro de Mateo, capítulo 27 versículos 57 a 59, se explica que cuando José de Arimatea obtuvo el cuerpo de Jesús de manos de Poncio Pilato “lo envolvió en una sábana limpia y lo puso de nuevo en su sepulcro”.

De acuerdo con los custodios de la reliquia, el relato histórico más antiguo sobre su existencia se remonta a 1353, cuando el caballero francés Geoffroy de Charny colocó el Manto en una iglesia que construyó en la región de Champagne, Francia. Luego de eso pasó por varias manos y lo último que se conoce es que fue casi destruido por un incendio en 1532 antes de llegar a su último destino a la Catedral de San Juan Bautista en 1578, en Turín, Italia.

LA PRIMERA INVESTIGACIÓN

National Geographic retoma el libro de Mark Oxley “El reto del Manto: Historia, Ciencia y la Sábana Santa de Turín” y dice que no fue hasta 1898 cuando un fotógrafo amateur de nombre Secondo Pia logró captar imágenes del Manto en la que se aclararon algunos detalles sobre el misterio. Oxley escribió en su libro: Manchas de sangre y heridas pueden verse claramente en él.

LE ECHARON LEÑA AL FUEGO

Sin embargo, los descubrimientos de Pia no fueron bien recibidos por algunos no creyentes quienes criticaron el estudio. “No hay métodos químicos o físicos conocidos que hayan creado la imagen… Podemos concluir por el momento que la imagen de la Sábana es la de un hombre azotado y crucificado”.

Estos cuestionamientos sólo lograron incrementar el interés en esta reliquia. Entre 1931 y 1973 se realizaron fotografías bajo condiciones más exigentes, pero fue en 1969 cuando un arzobispo de Turín permitió que un grupo de científicos examinaran el pedazo de tela.

El equipo STURP (Proyecto de Investigación de la Sábana Santa) sometió al sudario a pruebas de rayos X, fluorescencia y químicas durante 120 horas; en la investigación se concluyó que no contiene pigmentos, colorantes, pinturas u otras pruebas de fraude.
“No hay métodos químicos o físicos conocidos que hayan creado la imagen… Podemos concluir por el momento que la imagen de la Sábana es la de un hombre azotado y crucificado”.

NO ES UNA FALSIFICACIÓN

En 2011 medios de todo el mundo dieron a conocer los resultados de una investigación de cinco años: la principal reliquia cristiana no es una falsificación medieval.

Científicos de la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Estable de Italia, encargados por el Vaticano de investigar la tela, afirman en su informe final que “el Sudario se remonta al siglo I después del Nacimiento de Cristo, es decir, no es medieval. Y se comprobó la total ausencia de pigmentos, o sea, no fue hecho por la mano del hombre. Todos los fragmentos que hemos hallado son de origen orgánico, en este caso sangre”.

 

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