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Al estilo Judas, ató un cable de luz a su cuello y se colgó del techo de su casa

OAXACA, OAX., abril 17.- A sus 72 años de edad, don Román Garnica Torres decidió quitarse la vida la tarde de este Jueves Santo y como Judas, ató un cable de luz a una viga del techo de su cuarto y el otro extremo lo anudó alrededor de su cuello y se dejó caer.

Vivía en la calle Álvaro Obregón número 125 de la Colonia Guadalupe Victoria, pero no dejó recado póstumo, por lo que se desconocen las causas que lo orillaron a tomar esta decisión.

Su esposa, Evelia Cruz Gómez, cinco años menor que él, lo encontró tendido, ya sin vida, le puso en la cabecera una veladora con envase de plástico rojo, y ahora llora su partida.

Cansado por los años, la tarde de este jueves don Román se encerró en su cuarto, tomó una silla de madera y se sentó en el centro.

Respiró hondo y dejó salir el aire despacio. Se quitó la gorra de beisbolista, blanca con una línea negra en la viscera, que cubría su frente amplia y los cabellos totalmente canos y la colgó en el respaldo. Su decisión estaba tomada. Lentamente se desabrochó y luego se quitó la camisa. Vio el cable de luz que pendía de la viga y bajaba sobre la pared, libre; tomó el extremo con una mano y en la otra la silla y caminó hacia la esquina del cuarto, junto al castillo de concreto, donde subió al mueble y enrolló la cuerda a su cuello.

Bajó los brazos en posición de firmes y sin tomar aire se tiró decidido al vacío. Un ruido seco confirmó que se había roto la tráquea, al tiempo que el cable de luz se trozaba por el tirón recibido y el cuerpo, inerte, quedaba tendido en el piso. Se había estrangulado.

Evelia Cruz Gómez, de 67 años de edad, escuchó el golpe y pensó que su esposo se había caído, pero al entrar al cuarto lo vio tendido en el piso con el cable de luz anudado al cuello.

Trató de reanimarlo y no pudo, por lo que pidió auxilio a sus vecinos y éstos a los paramédicos que llegaron a revisar los signos vitales, pero el anciano ya había dejado de existir.

Entre sollozos, la mujer dijo no saber por qué Román Garnica Torres tomó la determinación de quitarse la vida, si no tenían ningún problema. No sé por qué lo hizo, insistía.

Un Agente del Ministerio Público que llegó al lugar tomó conocimiento del suicidio y autorizó el levantamiento del cadáver para trasladarlo al Anfiteatro de la Ciudad, a fin de practicarle la necropsia de ley.

 

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