OAXACA, OAX., abril 28.- Un autobús del transporte urbano de pasajeros de San Antonio de la Cal, de la empresa ATMEO, atropelló y mató la mañana del sábado pasado a una anciana que cruzaba la carretera federal 175 Oaxaca-Puerto Ángel, a la altura del puente del Río Salado.
A sus 80 años de edad, doña Vicenta Morales García, intentó cruzar la carretera cargando su canasta con pepitas y pistaches para la vendimia, pero el chofer del camión número 06 con placas 066-HV del Estado de Oaxaca, Carlos Alberto Ambrosio Rodríguez, de 25 años de edad, asegura que no la vio y pasó sobre ella.
–“La viejita se me atravesó, de verdad, no la vi”, argumentaba el conductor tras el accidente, y fue detenido por los pasajeros del autobús que conducía, así como por automovilistas y personas que se acercaron al lugar de los hechos.
Doña Vicenta había salido de su casa en la Privada de Unión número 106 de la Colonia Buenos Aires, perteneciente a San Antonio de la Cal, como lo hacía todos los días, con su canasta llena de pepitas y pistaches.
Caminó sobre la calle del Panteón, en la tercera sección de San Antonio de la Cal, donde tenía sus clientes que le compraron algo, y así llegó a la esquina del puente del Rio Salado para cruzar la carretera federal 175.
Con pasos lentos, la vista cansada y el peso de la canasta, la mujer octogenaria no percibió la velocidad y la falta de precaución con que Carlos Alberto Ambrosio Rodríguez conducía el camión del servicio urbano de pasajeros de la empresa ATMEO.
El joven chofer pasó casi volando el tope que está en la esquina del libramiento y el puente de San Antonio de la Cal. Ni siquiera escuchó cuando una pasajera, al ver a la anciana que cruzaba la vía, gritó: “¡Cuidado. Vas a atropellar a la señora!”.
La mujer quedó tirada en medio de la carretera y su canasta de semillas al lado con los productos regados. Uno de sus zapatos se le salió.
Metros adelante, el conductor del camión detuvo su marcha y bajó a ver qué había pasado, pero la octogenaria ya estaba muerta, según confirmaron poco después paramédicos del heroico cuerpo de Bomberos.
Carlos Alberto Ambrosio Rodríguez fue entregado a elementos de la policía, quienes lo pusieron a disposición del Agente del Ministerio Público.
En breve entrevista, el chofer refirió que inició como “chalán” del servicio urbano de pasajeros a los 13 años de edad.
Un conocido le permitió subir a un camión y ser su “machetero”. Colgado del estribo, gritaba en las paradas la ruta de la unidad y poco a poco el gusto por el volante le fue llamando la atención.
Dijo que años después su amigo le enseñó “el arte de la chafireteada” hasta que sus “habilidades” le permitieron conducir un camión.
El estudio nunca le interesó. El dinero que recibía como ayudante hizo que finalmente terminara como conductor de una unidad del transporte urbano, pero su carrera sólo llegó a los 25 años de edad, porque ahora le suspenderán la licencia para manejar y deberá pagar con cárcel el asesinato de la mujer de 80 años.