OAXACA, OAX., junio 9.- Tres personas muertas, un lesionado y miles de pesos en daños, fue el saldo que dejó el choque de un vehículo compacto contra una pipa de Pemex.
Los hechos sucedieron a las 05:00 horas de ayer cuando los trabajadores de la empresa “Puertas Finas Monte Albán”, Miguel Ángel Reyes Galán, de 36 años de edad con domicilio en Independencia 31 de Cuajimalpa estado de Morelos; Antonio Flores Jiménez, de 44 años con domicilio en Coyoacán número 17 de la colonia Playas del sur de Puebla; José Luis Calderón, de 33 años y otra persona que quedó registrada como “N”N”, se dirigían a Tlacolula de Matamoros, después de terminar una parranda a bordo de su vehículo Chevy con placas del Distrito Federal.
Al circular sin precaución, en exceso de velocidad y en completo estado de ebriedad sobre la carretera 190 Oaxaca-Istmo, el conductor dormitó y provocó que siguiera la marcha de su vehículo, chocando más adelante con una pipa cargada de gasolina que se encontraba estacionada frente a la planta de Pemex.
Por el fuerte impacto, el chofer y el copiloto quedaran prensados al igual que otro de sus compañeros que estaba en la parte de atrás, mientras que el cuarto hombre quedó con lesiones de consideración.
El conductor de la pipa al escuchar el golpe bajo a ver qué es lo que había sucedido, por lo que al percatarse de que los hombres estaban prensados, pidió el auxilio correspondiente.
Al lugar arribaron la ambulancia, paramédicos de la Cruz Roja, bomberos y rescatistas de ATR, quienes auxiliaron a José Luis Calderón, ya que era el único que se encontraba con vida, sin embargo, presentaba lesiones graves, por lo que fue trasladado a la clínica de Coplamar de Tlacolula en donde quedó internado.
Mientras que los rescatistas al ver que los tres hombres que viajaban con Luis Calderón estaban muertos, dieron parte al Ministerio Público para iniciar el rescate de los tres cuerpos sin vida, acompañado por peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Luego de ser rescatados los cuerpos que se hallaban entre las láminas de los fierros retorcidos, ordenaron el traslado de éstos al anfiteatro del panteón de Tlacolula de Matamoros para la necropsia de ley, en lo que sus familias reclaman legamente dichos cuerpos para darles cristiana sepultura.