OAXACA, OAX., junio 10.- Con el rostro molesto, la mirada perdida y las manos esposadas, Jeremías García García tomaba asiento y enseguida buscaba otro lugar para acomodarse, mientras cuatro elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) lo custodiaban en la puerta del penal de Santa María Ixcotel, a unos pasos de quedar internado nuevamente.

Con la mente vagando, sólo observaba la puerta que en minutos podría abrirse para que otra vez entrara a pasar sus siguientes años encerrado, de repente, su mirada se fijaba en la calle y en las personas que salían por la pluma por donde hace veinte días había salido al obtener su libertad a través de un amparo.

Fueron diecisiete años los que vivió encerrado en el penal, luego que estuviera prófugo en los Estados Unidos de América (EUA), sin embargo, al ser detenido por la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL), fue extraditado y entregado a la autoridad oaxaqueña, el cual lo buscaba por su participación en el homicidio de dos menores, a quienes el pasado mes de mayo de 1993 les dieron muerte al ser secuestrados.

Los hechos sucedieron antes del mediodía de ayer, cuando Jeremías García García fue citado por el Juez quinto de lo penal en los juzgados centrales de Santa María Ixcotel, con la finalidad de realizar las diligencias correspondientes, pues contaban con una orden de reaprehensión en su contra por los delitos de homicidio calificado y privación ilegal de la libertad, en agravio de dos menores hermanos, cuyos nombres respondían a Edgar y Álvaro Díaz Sánchez, quedando internado de nueva cuenta en el penal de Ixcotel, en donde paso 17 años encerrado, quedando libre únicamente veinte días al conseguir un aparo.

Los hechos sucedieron el pasado 18 de mayo de 1993, cuando los dos hermanos Edgar y Álvaro Díaz Sánchez salieron de la escuela con dirección a su domicilio que se localiza en la calle de la Primera Privada de Huertos las Flores del Fraccionamiento Trinidad de las Huertas, donde fueron secuestrados a manos de los abogados Jeremías García García y Noé Vásquez Vale.

Los sujetos al tener en su poder a los dos menores, los escondieron en un domicilio cercano al de ellos, las horas transcurrieron y sus padres Álvaro Díaz Altamirano y Guadalupe Sánchez Santiago empezaron a preocuparse porque no llegaban.

Los buscaron en la escuela y las maquinitas de la calle, pero no fue posible dar con su paradero, horas después el padre de los niños recibió una llamada de una persona desconocida, mencionándole que tenía a sus dos pequeños hijos y que quería la cantidad de 300 millones de pesos para que los pudieran recuperar sanos y salvos.

Ante ello, los padres empezaron a juntar el dinero que les pedían los plagiarios con ayuda de familiares y amigos, quienes juntos reunieron la cantidad exigida. El hombre con la esperanza de ver a sus hijos con vida, tomo el maletín de dinero y se dirigió al parque El Llano, lugar en donde se había quedado de ver con los secuestradores para pagar el rescate.

Sin embargo, recibió otra llamada telefónica en la que le comunicaban la aparición de una bolsa de plástico con el cuerpo de dos menores en el paraje conocido como “Las Mergas”, el cual se localiza a un costado de la carretera 190 Oaxaca-Istmo, ante ello, el hombre se dirigió al lugar del hallazgo en donde le notificaron que se trataba de los dos cuerpos de sus hijos.

El hombre destrozado de dolor fue a reclamar legalmente los cuerpos sin vida y en estado de putrefacción de sus hijos ante el Ministerio Público para darles cristiana sepultura, pidiendo a las autoridades que castigarán a los responsable del doble homicidio y secuestro.

Al realizar los elementos de la policía judicial las primeras diligencias correspondientes, lograron dar con el paradero del abogado Noé Vásquez Vale, quien confirmó haber secuestrado a los menores, sin dar a conocer quién era su cómplice, perdiendo la vida horas después.

En tanto, Jeremías García García se fue a los Estados Unidos donde cambió de personalidad y estuvo prófugo durante cuatro años, no obstante, el tres de enero de 1997 fue detenido por la INTERPOL, el cual dio con su paradero y enseguida fue trasladado a la ciudad de Oaxaca para dejarlo a la disposición del juez quinto de lo penal.

Al transcurrir el proceso en su contra, Jeremías paso 17 años en prisión por su presunta participación en el secuestro y muerte de los dos menores, siendo el ocho de septiembre de 1998 cuando el juez quinto de lo penal lo sentenció a 38 años de prisión por cada homicidio, más otros años por el delito de privación ilegal de la libertad, quedado sentenciado a 104 años de prisión.

Por la sentencia condenatoria impuesta a Jeremías García García, sus abogados interpusieron el recurso de apelación ante los magistrados de la tercera sala penal del Tribunal Superior de Justicia, quienes confirmaron una sentencia máxima de cuarenta años de prisión.

Pese a ello, el pleno del Tribunal Colegiado en materia penal y administrativa del décimo tercer circuito, en el amparo directo número 327/13, ordenó la reposición del procedimiento al ser requerido por el Juez quinto de lo penal, ejecutando con ello la orden de reaprehensión en contra de Jeremías García García, quedando de nueva cuenta internado en el penal.