MÉXICO, D.F., junio 30.- El director croata Vinko Bresan aborda de manera respetuosa, pero crítica, temas socialmente sensibles, como religión, el control de la natalidad, los anticonceptivos e incluso la pedofilia y el clero, en su más reciente filme Los niños del cura (2013), el cual se convirtió en el segundo título más taquillero de la historia de Croacia. Esta tragicomedia, con un ligero toque de tristeza y melancolía, se incluye dentro de la programación del 34 Foro Internacional de la Cineteca Nacional.
El drama goza de una equilibrada mezcla de humor y tragedia, que va de la risa a las lágrimas y de la esperanza a la desesperación en casi la totalidad del metraje. El protagonista, el joven padre católico Fabijan, caracterizado por Krešimir Mikić, llega a una pequeña isla a orillas del mar Adriático para pronto sustituir al viejo Don Jakov (Zdenko Botic), próximo a retirarse.
Sin embargo, el protagonista debe enfrentarse a la popularidad del anciano padre tan querido por el pueblo, ya que ha estrechado lazos con toda la comunidad, lo que impide que Fabijan sea aceptado fácilmente. Y además, durante su estancia, el cura empieza a notar que el número de decesos es mayor al índice de nacimientos registrados, por lo que decide tomar acciones para que crezca su congregación.
El clérigo, aprovechándose de las culpas que aquejan a Petar (Nikša Butijer) -dueño del kiosco con mayor venta de condones- y cuya esposa Marija (Marija Škaričić) lo acusa de asesinar a la gente antes de que nazca, convence a éste de vender los preservativos previamente perforados para expiar sus culpas e incluso “servir a la voluntad de Dios”.
Cuando los planes no dan frutos, también deben incluir en el bienintencionado plan al loco farmacéutico Marin (Drazen Kuhn), quien propone además de la perforación de los condones, cambiar las pastillas anticonceptivas por vitaminas. Con ello al poco tiempo el índice de embarazos se dispara en la comunidad, pero al mismo tiempo empiezan a ocurrir situaciones que no estaban previstas.
Con la única intención de cumplir con la voluntad de Dios, el cura no repara en todos los problemas que sus actos desatarán, como la llegada de turistas al poblado, al creer que es un lugar donde las mujeres se hacen fértiles casi milagrosamente, así como la visita de periodistas interesados en el suceso.
Narrada en dos tiempos, el filme inicia con la confesión del prelado a un colega, cuando su estado de salud físico y mental ha hecho mella en su personalidad. A partir de su narración el tiempo regresa e inicia justo cuando el padre toca el suelo de la isla por primera vez.
El también autor de Witnesses (2003), filme que fue reconocido con varios premios a nivel internacional, como la Mención Especial del Jurado Ecuménico de la Berlinale en 2004, entre muchos otros; de manera hilarante aborda varios temas de importancia social a nivel mundial, como las enfermedades venéreas, las diferencias religiosas y sociales, e incluso la locura.
Con un inteligente uso de la sátira, hace una severa crítica al tema de la pedofilia al interior de la iglesia y sus escándalos, y cómo esta institución religiosa se puede mostrar severa ante ciertos temas y, al mismo tiempo, ser condescendiente.
De este modo el director croata lleva a la pantalla un tema polémico en todo el mundo, como es la severa posición de la iglesia ante el uso de anticonceptivos y el tema del aborto. Esto ha sido bien recibido por el público croata, porque retrata una realidad social llena de contradicciones al interior de la Iglesia católica, en un país donde predomina e incluso es una institución de gobierno dominante. Sin embargo, al ser una de las religiones más grandes del mundo, el filme ha dejado de ser de interés meramente local, porque plantea una problemática global.
Los niños del cura estará en cartelera a partir del 4 de julio. Para consultar los horarios visitar: http://www.cinetecanacional.net/micrositios/foro34/