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El Congreso, tierra sin ley donde se violan derechos humanos y de información

SAN RAYMUNDO Jalpan, Oaxaca, septiembre 24.- La disputa de los diputados Natividad Díaz Jiménez, del PAN, y Amando Demetrio Bohórquez Reyes, del PRI, por controlar los municipios de San Agustín Amatengo y San Nicolás Miahuatlán, convirtió nuevamente al derredor del Congreso del Estado en tierra de nadie, donde se violan los derechos humanos y a la información, al amparo de la plebe utilizada.

Dedicados a administrar los conflictos, más que a legislar como función intrínseca, los representantes populares de todos los partidos se pelean palmo a palmo cada municipio y comunidad, ya sea con fines electorales, en vísperas de los comicios federales del 2015, o para negociar el derrumbe de algún presidente municipal o la provechosa llegada de un administrador.

La semana pasada fueron las diputadas Sonia López Cruz, del PAN, y Lilia Mendoza Cruz, del PRI, las que concentraron sus huestes frente a la sede del Poder Legislativo estatal para presionar por la dotación de recursos públicos, y este miércoles 24 de septiembre tocó el turno a la legisladora Díaz Jiménez, del PAN y a su homólogo Bohórquez Reyes, del PRI.

En punto de la 01:00 de la tarde arribaron a la sede del Congreso seis autobuses de pasajeros de la empresa “Automorsa” con unos 150 campesinos a bordo, hombres y mujeres –algunos y algunas adultos mayores–, quienes de manera estratégica fueron bajados en las cuatro puertas del complejo.

Al estilo comando, con mochilas en la espalda y dotados de palos, machetes y varillas se distribuyeron en las entradas del palacio legislativo para impedir la entrada y salida de las personas, guiados por Tomás José Martínez Pinacho, miembro de la Comisión Política del Frente Popular Revolucionario (FPR) en la Sierra Sur, y de la dirección colectiva del Partido del Trabajo (PT) en Oaxaca.

Paralelamente, un hombre joven, bajito, delgado, de tez blanca, pantalón de mezclilla, camisa de cuadros y sombrero de palma, segundo al mando del FPR, estacionó su Volkswagen Jetta color blanco, placas 401-MHF del Distrito Federal, frente a la puerta principal del Congreso, y bajó una bocina conectada a la batería del automóvil para que sus seguidores gritaran sus demandas.

Y como ocurre siempre en estas “tomas”, el jefe de Seguridad de la Cámara de Diputados, Fernando Jiménez Vera, ordenó cerrar puertas y rindió la plaza, a merced de los secuestradores en turno.

A partir de ese momento y hasta cinco horas y media después, a las 18:30 horas, todo quedó bajo control de los inconformes, algunos alcoholizados y presuntamente drogados, que decretaron no dejar pasar alimentos a más de 200 retenidos, entre diputados, trabajadores y visitantes, incluido un grupo de alumnos y alumnas del Cobao de Cuilápam de Guerrero que conocían las instalaciones.

***

Sus arengas y discursos delataron a la autora intelectual del enésimo secuestro, quien habría pagado el transporte de los seis autobuses para que la gente exigiera la desaparición inmediata de poderes en San Nicolás Miahuatlán y San Agustín Amatengo.

La condena de los oradores encabezados por el petista Martínez Pinacho y algunas mujeres no menos violentas se centró en el priista Bohórquez Reyes, a quien acusaron de hacer fraude e imponer a las autoridades en San Nicolás, mientras que a Natividad Díaz le reconocían su apoyo y clamaban su intervención para que llegue un administrador a Amatengo porque no hay autoridad desde que descubrieron y encarcelaron al muerto revivido Leninguer Carballido Morales, conocido como el “Edil Zombie”, impulsado por la panista.

Al frente del reducido grupo de inconformes de Amatengo, la mayoría mujeres de la tercera edad, Hortensia Ramírez demandaba a gritos:

–Queremos un administrador, envíennos un administrador, porque los priistas utilizan el Ayuntamiento como caja chica para las próximas campañas electorales y eso no los vamos a permitir.

Y a “su representante” del Distrito diez de Ejutla de Crespo, la coordinadora de la bancada del PAN, Díaz Jiménez, le solicitaban amablemente “intervenir de manera decidida y no dejar crecer el problema poselectoral en Amatengo” (sic).

Por su parte, Amando Demetrio se llevó la peor parte. Los de San Nicolás Miahuatlán lo acusaron de contratar a un notario para armar una asamblea e imponer a su empleado Orlando Omar Pérez Soriano como presidente municipal, además de usar el dinero del Ayuntamiento para preparar su próxima campaña a diputado federal por el distrito de Miahuatlán, donde actualmente es legislador local.

Además, exigieron la suspensión de recursos federales y estatales a Pérez Soriano porque no ha realizado ninguna obra en la población, ya que despacha en la Ciudad de Oaxaca, en virtud que desde enero pasado el palacio municipal está en poder del FPR.

Su líder Tomás José refirió que la convocatoria para elegir a sus autoridades municipales fue lanzada el 18 de septiembre y el 20 del mismo mes se realizó la asamblea comunitaria con la presencia de un “pequeño grupo” de ciudadanos, de la que salió triunfador Pérez Soriano.

Recordó que antes hubo una asamblea con la participación de dos planillas, que encabezaron Jorge Juárez Bravo y Rogelio Hernández Cruz, respectivamente, con el triunfo de Juárez Bravo, “pero extrañamente éste fue asesinado”.

***

Mientras seguían las proclamas y demandas por la bocina conectada al Jetta blanco, placas 401-MHF del D.F., amenazantes, aún con latas de cerveza en las manos, los hombres jóvenes del FPR, seguido de algunas mujeres, comenzaron a golpear con sus palos, machetes y varillas las paredes y rejas que circundan la sede del Poder Legislativo hasta dejarles marcas.

Conforme pasaba el tiempo se volvían más violentos. Primero impidieron el paso de refrescos, galletas, tortas y alimentos. Luego arrebataron las cosas a las personas y las tiraron al piso.

Después, cual gendarmes de dictadura, palos, machetes y varillas en mano, se paseaban desafiantes en derredor del complejo legislativo para vigilar que nadie pasara o recibiera nada, y mucho menos que intentaran romper el secuestro.

Algunos diputados que llegaban tarde a la sesión ordinaria, convocada para las 11:00 horas de este miércoles, pasaban de largo subidos en sus camionetas. Los únicos que enfrentaron a los manifestantes fueron los priistas Fredy Gil Pineda Gopar y Gustavo Díaz Sánchez, quienes encararon a un hombre bajito que blandiendo su machete les cerraba el paso, pero no se atrevió a más y los dejó pasar, a pie, por la puerta lateral del edificio.

Con el cerco impuesto, algunos legisladores de la Comisión Permanente de Gobernación que estaban adentro accedieron a instalar una mesa de diálogo y permitieron la entrada a un grupo de negociadores.

Sin embargo, la presión no cedía. A partir de las 04:00 de la tarde, hora de salida de la mayoría de los trabajadores sindicalizados, la confrontación verbal aumentó porque éstos buscaban retirarse y todo estaba cerrado.

Los de adentro pedían bebidas y alimentos en los puestos de afuera y los del FPR, como carceleros, impedían el paso de todo. La lideresa sindical, Carmela Juárez, al frente de sus compañeros encaraba a los violentos que energúmenos insultaban a las mujeres, con palabras soeces, y amenazaban a los reporteros gráficos que de adentro y afuera les tomaban fotografías y los filmaban con sus cámaras.

–“Vamos a salir y a ver de a cómo nos toca”, retó uno de adentro.

–“Salgan. Acá los esperamos”, desafiaban los de afuera con machetes, palos y varillas en lo alto.

A varios comunicadores que asomaban sus grabadoras o cámaras fotográficas se las arrebataban u obligaban a borrar las tomas a sus líderes, como ocurrió con quien esto escribe.

***

Adentro, la inconformidad también se manifestaba. Poco antes de las 05:00 de la tarde, un grupo de sindicalizados con Carmela Juárez al frente encaró a la diputada Natividad Díaz, integrante de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura, quien llegó cinco horas después a su oficina, sin prisa para resolver la retención de más de 200 personas.

Ante el reclamo, la también coordinadora de la bancada del PAN justificó la protesta al señalar que “entiende lo que están viviendo los pueblos” porque “hay un vacío en su municipio, donde no hay autoridad”, y hasta aseguró que no presentaría demanda por los “daños” que le causaron a su camioneta “porque no le pasó gran cosa”.

Con acuerdos a medias, porque los diputados no pueden comprometerse a “desaparecer poderes municipales”, ya que eso lleva un procedimiento ajustado a ciertos requisitos y a la voluntad política de los involucrados, la situación se destensó a las 18:30 horas, cinco horas y media después.

A la puerta principal llegó el segundo hombre al mando del FPR, el bajito, de tez blanca y sombrero de palma, para “autorizar la salida”, seguido del comandante que rindió la plaza, Fernando Jiménez Vera. Los reporteros que estaban afuera empezaron a tomar fotografías, incluido el que esto escribe, pero eso disgustó al líder que ordenó tajante:

–Bórrenle las fotos a ese o quítenle la cámara.

Los secuaces cumplieron la instrucción. Empezaron las amenazas y de nada valió argumentar que el reportero estaba cumpliendo con su trabajo, que era parte de la libertad de expresión que el Gobierno dice que se vive en Oaxaca y que el hombre del sombrero de palma al que se le tomaron las fotos era su líder, un hombre público que podía ser retratado.

Paradójicamente, a la presión sobre el comunicador se sumó el comandante Jiménez Vera y uno de sus ayudantes, fustigando a quien esto escribe a que borrara de inmediato las fotografías tomadas. Cuando se le entregaba el teléfono celular con cámara, a manera de protección de la información captada, el guardia del Congreso la rechazó diciendo que no era su problema.

La impotencia del reportero cedió y ahí, a la vista de todos, manifestantes con palos, machetes y varillas; elementos de seguridad del Poder Legislativo, informadores, fotógrafos y trabajadores, un miembro del FPR borró las gráficas tomadas.

***

Pero los violentos no se rendían. Un hombre alto, moreno y delgado, vestido con playera café y una varilla que sujetaba con guante de gamuza puesto en la mano derecha, exigía la presencia ahí de la diputada Natividad Díaz para permitir la salida de los trabajadores.

El del sombrero de palma tuvo que llamar por teléfono celular a su líder Tomás José Martínez Pinacho, quien aún se encontraba negociando en el edificio, para que el de la varilla en mano accediera a permitir la salida.

Primero dejaron en libertad a las mujeres, incluidas las estudiantes del Cobao, luego a los hombres y volvieron a cerrar. Así continuaron hasta entrada la noche, al término de la sesión ordinaria de Congreso, que inició con ocho horas de retraso, a las 07:00 de la noche, para analizar sólo 15 puntos de los 30 que contenía el orden del día.

El diputado presidente de la Mesa Directiva, el perredista Jesús López Rodríguez, decretó un receso para desahogarlo el próximo miércoles 30 de septiembre, cuando concluye el segundo periodo ordinario de sesiones correspondiente al primer año de ejercicio legal, sin la aprobación de leyes vitales para Oaxaca, y se van de vacaciones.

En la intención quedaron la armonización de las leyes de Educación y la político-electoral, así como la aprobación de la nueva ley de derechos indígenas, por citar las más importantes.

 

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