En contra de la censura, la falta de publicidad y la insolvencia económica que impide pagar oportunamente a sus colaboradores, la revista de cartón político El Chamuco ha sobrevivido a lo largo de más de veinte años y se sostiene como uno de los últimos bastiones del periodismo independiente no solo de México sino de América Latina. En síntesis, tal es la situación que compartieron con el público oaxaqueño reunido en el foro de la Feria Internacional del Libro (FILO) los caricaturistas José Hernández, Rapé, Patricio, Eduardo del Río, Rius y Darío Castillejos.
El Chamuco, coincidieron, es una publicación que da cabida a todos los moneros que ejercen la crítica sin censura, pero también sin salario, bromearon, debido a su política editorial que ahuyenta acuerdos publicitarios tanto con instituciones del gobierno como con empresas extranjeras.
El humor propio de los profesionales de la caricatura política acompañó de principio a fin la conversación que sostuvieron los cartonistas. José Hernández Comentó que la revista nacida en 1986 hizo una pausa en el año 2000 “debido a que hicimos un acuerdo con Vicente Fox a quien le dijimos: tú te vas a dedicar a hacer el humor estos seis años, y así fue, tuvimos seis años de sana diversión. En 2006 regresamos con la revista para llenar el hueco dejado por Fox”.
Patricio, por su parte, relató varias anécdotas relacionadas con la falta de publicidad, y recordó que durante el conflicto político social de Oaxaca en 2006, con Federico Arreola como director administrativo, tuvieron que verse en la necesidad de boicotear su propia publicidad.
“El director administrativo no se metía en la línea editorial y nosotros no nos metíamos en la administración. Nos había llegado un contrato de publicidad con el gobernador Ulises Ruiz, pero nosotros teníamos un cartón criticándolo duramente. Aún con el contrato, publicamos nuestro cartón boicoteando nuestra propia publicidad”.
Otras vicisitudes de El Chamuco las han enfrentado con distribuidores, que les deben dinero o desaparecen, y con la Secretaría de Hacienda, que les suele ordenar auditorias de cuando en cuando.
“Hemos sobrevivido de milagro, por la gente que nos compra la revista, por los colaboradores que les pagamos una vez cada tres años y que casi nos pagan por publicar, y lo hemos hecho porque pensamos que es importante mantener viva una de las pocas publicaciones que quedan del periodismo independiente donde los caricaturistas jóvenes pueden publicar y aprender este oficio que cada vez tiene menos posibilidades en los periódicos”, concluyó Patricio.
Entre el público hubo expresiones de reconocimiento por la valentía de los moneros de El Chamuco que ejercen la libertad de expresión abiertamente criticando ácidamente a la clase política mexicana.