LOS PENDIENTES DE GABINO CUÉ CON LA PRENSA

OAXACA, OAX., diciembre 14.- De la euforia de la campaña política a la actualidad, nada de lo que prometió el hoy gobernador Gabino Cué Monteagudo le ha cumplido a la prensa, sentencia el periodista Cuauhtémoc Blas López.

Ponente en el séptimo “Encuentro de Periodistas. Periodismo, Crisis y Retos”, celebrado en días pasados en las Bahías de Huatulco, el director general de la revista “En Marcha” lamenta que Cué Monteagudo haya ofrecido arreglar la vida de Oaxaca con legalidad, honestidad y transición democrática, porque “los pendientes son con todos los sectores sociales de la entidad”.

En el caso específico de la prensa, sostiene que “no se dejó atrás el pago de publicidad a medios ‘amigos’ “, pero sí se castigó a los críticos, además de que tampoco se cumplieron los compromisos firmados con grupos de periodistas para garantizar su trabajo.

COMPROMISOS INCUMPLIDOS

Blas López habló ante periodistas de todo el estado reunidos en Huatulco sobre “Los pendientes de Gabino Cué con la prensa” y ahí recordó que hace cuatro años y medio, en junio de 2010, durante su campaña política para gobernador, Gabino Cué firmó con la Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex) un compromiso para la defensa de la libertad de expresión.

Precisa que estos compromisos se firmaron en la Ciudad de México al calor de la campaña y fueron leídos en conferencia de prensa en un salón del Restaurante Colibrí de la capital de Oaxaca, ante casi un centenar de periodistas.

“En ese entonces, los comunicadores como el resto de la población veían cerca la posibilidad de un gobierno de cambios reales para Oaxaca”, refiere.

Y es que al firmar esos compromisos con Fundalex, Gabino prometió que si ganaba las elecciones y llegaba a ser gobernador de Oaxaca “defendería a los periodistas que fueran reprimidos y distribuiría el pago por publicidad y propaganda oficial de manera equitativa, que no habría selectividad, que no se premiaría ni se castigaría a los medios”.

“Pero ni una ni otra promesa cumplió”, lamenta el articulista y escritor originario del Istmo de Tehuantepec. Y enumera:

La fundación Fundar halló que de los 177 millones de pesos de sobre-ejercicio presupuestal en materia de comunicación social en 2013, más de 25 millones no tienen justificación.

Detalla que “un dato importante se desprende del listado de medios que recibieron esos pagos: la casi ausencia de medios impresos regionales de la entidad que por decisión del poder del Ejecutivo fueron excluidos”.

Afirma que en esta materia, como en muchas otras, “el gobierno del cambio actuó peor que los anteriores” porque “estamos en el segundo lugar de las entidades con represión a periodistas, apenas atrás de Veracruz, lo que no habíamos alcanzado en sexenios anteriores, irónicamente agresiones que vienen en buena parte de la gente del Gobierno del Estado, gobiernos municipales y hasta de seudo organizaciones sociales”.

Blas López comparte lo que se escucha de los colegas en diversos actos y reuniones: que si el gobierno no quiere cumplir con sus promesas de campaña, que al menos cumpla con lo que le exigen las constituciones políticas federal y estatal.

“Que garantice el ejercicio del trabajo de los comunicadores, que no haya impunidad para los agresores de comunicadores, pues eso hace que cunda la falta de respeto a la libertad de expresión y el derecho a la información de la sociedad”.

Sostiene que “sin periodismo y sin prensa libre no hay desarrollo democrático y social, como se esperaba en este gobierno que se anunció como de transición a la democracia, transición que ya no se dio y sólo fue un ‘quítate tú pa´ ponerme yo’ “.

INICIATIVAS PARA EL DISCURSO Y LAS FOTOS OFICIALES

El periodista Cuauhtémoc Blas habla también de las diversas iniciativas de ley para la defensa de la actividad periodística que distintas organizaciones de periodistas oaxaqueños pusieron en manos del Congreso del Estado desde el inicio de este llamado “gobierno de coalición”, pero que “sólo han servido para reuniones y discursos, fotografías y boletines oficiales”.

Precisa que al igual que otras reformas y leyes esenciales para avanzar en la prometida transición democrática, la legislación en materia periodística no avanzó.

Refiere unas seis propuestas de grupos de periodistas, entre ellas “una que esbozada salió presumiblemente de la Dirección de Comunicación Social del Gobierno del Estado”.

Asimismo, señala que del plebiscito y referéndum anunciados con gran despliegue publicitario en la campaña político-electoral del 2010 sólo hubo una legislación parcial, insuficiente y, por lo mismo, insustancial.

Afirma que el Poder Legislativo, donde predominan los diputados de los partidos de la alianza política que llevó a Cué al poder (PRD-PAN-PT-Convergencia hoy Movimiento Ciudadano) ni siquiera ha sido capaz de realizar la reforma central que motivó al movimiento del 2006: la revocación de mandato del gobernador.

Indica que la reforma realizada en abril de 2011 sólo fue otra simulación gubernamental, pues exige que el 20 por ciento del electorado, o sea 700 mil electores, soliciten esa revocación de mandato, pero se trata de “una tarea que, además, habría de realizarse sin los recursos que requiere un despliegue de esa naturaleza”.

Y para inhibir más esta posibilidad, dicha solicitud sólo puede hacerse después de tres años de gobierno; de manera que si en 2006 ya estuviera establecida esta figura constitucional, Ulises Ruiz Ortiz, quien llevaba dos años en el cargo de gobernador, no habría tenido ningún problema para continuar en el cargo.

NO HAY CONTRAPESOS CONTRA LOS DUEÑOS DEL PODER

Blas López reconoce que el gremio de periodistas no presenta un frente de intereses comunes, por lo que “casi dueños de la situación, los hombres del poder hagan y deshagan sin tener un contrapeso de los medios precisamente como críticos y de contrapoder”.

Y cita ejemplos: El Gobernador de Oaxaca insiste en que hay periodistas de mala fe sólo porque un compañero fotógrafo le tomó una gráfica cuando degustaba un cigarrillo; por ello el reportero gráfico fue perseguido para eliminar esa toma.

Otra expresión preocupante del gobernante fue el anuncio de que defenderá la libertad de expresión, pero castigará la difamación porque atenta contra la democracia, alerta.

Aclara que la difamación como delito ha desaparecido de las leyes federales y estatales por la carga represiva y abusiva que conlleva y ahora se habla de reparación del daño. “¿Querrá Gabino Cué reinstalar esta pena en Oaxaca?”, pregunta.

Insiste en que este gobierno que se gestó con una coalición de partidos y otras fuerzas políticas y hasta religiosas para instaurar un gobierno de transición a la democracia, del que se esperaba el fomento de la genuina libertad de expresión, precisamente para el impulso de esa transición democrática, “no sucedió”.

Rápido abandonó el discurso de que no premiaría a los amigos ni castigaría a los críticos, porque “hoy en Oaxaca está redivivo el ‘no te pago para que me pegues’, donde se premia a los ‘amigos’ y se castiga a los ‘críticos’, como siempre”, concluye Cuauhtémoc Blas.