LA ESCOBILLA, Santa María Tonameca, Oaxaca, mayo 6.- “Son cosas de Dios, ¿qué le vamos a hacer? Él sabe por qué habló a través del mar y así es la cosa, siempre nos habla a los pobres, duele pero aguantamos porque es su voluntad”.
Es Hermelinda, tiene 66 años y junto con Benito su esposo hoy padecen los estragos del “Mar de Fondo”, que acabó con sus terrenos de siembra, los que generaban el sustento cotidiano para ellos y sus pequeños nietos, huérfanos desde hace un lustro.
En un intento por mantenerse fuerte, Hermelinda respira profundo, mira a lo lejos y suelta: “aquí nacimos, somos hijos de Dios y de la Mar; ellos nos dan la vida y lo que tenemos; ellos nos lo quitan y lo aceptamos”.
Como ella y Benito muchas son las familias afectadas en este lugar por el fenómeno meteorológico que azota a la Costa oaxaqueña; familias que viven cotidianamente en la pobreza, que se mantienen de la venta diaria de algún producto recogido de la cosecha, como maíz y plátano macho, pero que se acabó con la pérdida de sus terrenos y que en el caso de esta pareja fue de dos hectáreas.
A ello se agrega otra angustia: la presencia de lagartos que fueron arrastrados hasta la zona donde habitan ellos y muchas familias más.
Para Hermelinda y Benito la única forma de salir de esta es un milagro proveniente de sus padres: Dios y la Mar.
Ni ellos ni sus vecinos esperaban la visita del candidato del PAN a Diputado federal por el Distrito; sin embargo, sabían que el vecino, aquel chamaquito que corría a la orilla de la playa junto con muchos de los presentes no les fallaría, porque Juan “Iván” nunca olvida a su gente.
La voz se corrió rápidamente: ¡llegó Iván; ahí está Iván! decían, mientras el abanderado del partido albiazul recibía sonriente las manifestaciones de cariño.
Aquí no hubo proselitismo. No hay necesidad, porque esta gente siempre ha estado convencida de que el vecino, esté donde esté, hará lo que pueda por sus paisanos; aquí, más allá de la política, está el deber de amigo, de paisano, de hermano.
Sólo, con su equipo más cercano, sin activismos ni vítores, sin más gente que la necesaria, llegó Juan “Iván” Mendoza Reyes a abrazar, a escuchar y a apoyar a los suyos en un escenario que duele y en el que a pesar del dolor no se pierde la esperanza.
“En Iván si creemos, él tiene palabra y no sólo en época de campaña está pendiente de nosotros, sabíamos que en algún momento llegaría, porque se ocupa de su pueblo”, dijo Don Benito y agregó:
“Mijo Juan Iván, desde niño mostró que haría algo por los demás, siempre ayudando; yo soy ignorante como muchos, no sé mucho de política, pero lo que sí sé es que a donde llega este muchacho siempre lleva por delante ayudar a la gente: la de su Costa y toda la de Oaxaca”.
“Hoy Dios y la Mar nos dieron una lección; debemos cuidar nuestro mundo; por eso, como dijo Juan Iván, con él vamos a trabajar para protegerlo y protegernos”, concluyó Don Benito.