OAXACA,OAX., julio 24.- Reconstruido totalmente en el año 1960 con la finalidad de establecer en este espacio una escuela de artesanías, el antiguo ex convento de los Siete Príncipes ha sido sede de la Casa de la Cultura y del Archivo General del Estado de Oaxaca.

Considerado como uno de los conjuntos arquitectónicos más originales en el estado, fue intervenido para mejorar su sistema eléctrico y así procurar la seguridad de quiénes hacen uso de sus instalaciones.

De acuerdo con el titular de la Secretaría de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra), Sergio Pimentel Coello, el ex convento de los Siete Príncipes presentaba diversas carencias y deterioros, debido a las diferentes causas naturales y carencias que presentaba el inmueble.

En este sentido, Pimentel Coello dio a conocer que mediante el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF) del año 2014, se logró culminar la rehabilitación de todo el sistema eléctrico del inmueble.

Mediante una inversión de 3 millones de pesos, el Instituto del Patrimonio Cultural del Estado (INPAC), logró culminar los trabajos que ameritaban una pronta solución, para garantizar la seguridad de las y los usuarios.

A su vez, Jorge Alberto Valencia Arroyo, director general del INPAC, detalló que uno de los principales problemas que se había generado en este edificio, desde hace ya varios años, tenía que ver con su sistema eléctrico, el cual había generado desperfectos por adecuaciones e improvisaciones, hasta llegar al grado de no cumplir con la normativa específica en materia de instalaciones eléctricas; todo esto debido al crecimiento de las diferentes áreas y de la comunidad del alumnado e instructores en general.

Explicó que esta instalación eléctrica, tanto en ducterías, cableado, centro de cargas y luminarias, se encontraba en muy mal estado de conservación, generada por la falta de mantenimiento, así como un sobreconsumo de dicha instalación.

Ante ello y con el objetivo de corroborar la situación del sistema eléctrico, se realizó un estudio y análisis de los consumos de carga, así como de los requerimientos actuales por parte del personal Técnico del Instituto del Patrimonio Cultural, para determinar las medidas necesarias a implementar en el proyecto y que éste cumpliera con todas las medidas de seguridad y necesidades de las y los usuarios.

De acuerdo con la dependencia, la propuesta contempló la rehabilitación de todo el sistema eléctrico. Para ello, se sustituyó tanto la ductería, cableado, luminarias y equipos especiales; integrando además un equipo transformador que cumple con la normativa de la Comisión Federal de Electricidad y con las medidas de seguridad adecuadas al lugar.

Además, se realizaron los estudios que permitieran determinar la capacidad del transformador que necesita el inmueble.

En este proyecto, se vislumbró abarcar todas las áreas del edificio, colocando los tipos de luminarias adecuadas, contactos y apagadores suficientes según se requiriera en cada espacio determinado. También se contempló el cambio a red de alta tensión, debido a la demanda de todo el edificio y sus actividades culturales al público en general.

Por lo tanto, para ejecutar cada uno de los trabajos se tocó mínimamente la parte de los muros de fábrica de piedra, bóvedas, viguería de madera, entre otros materiales no convencionales que aparecieron al realizar las calas respectivas, siendo trabajos especializados y enfocados en el tema de restauración de edificios de carácter patrimonial.

Las luminarias utilizadas se contemplaron a base de luz led, tanto para una correcta iluminación de cada una de las actividades llevadas a cabo en cada espacio, así como para generar un ahorro de energía que traerá beneficios económicos a la Casa de la Cultural Oaxaqueña.

Jorge Alberto Valencia Arroyo resaltó que la intervención de este inmueble catalogado como Monumento Histórico, se realizó respetando en todo momento la historicidad y autenticidad del edificio, y apegándose en la Normatividad vigente en materia de restauración.

Además de realizar cada acción bajo la supervisión constante del Instituto de Antropología e Historia (INAH), para que se interviniera bajo los lineamientos más adecuados en esta materia.