SIN DERECHO A FIANZA.- Quienes hemos seguido la nefasta huella de Agustín Pumarejo de la Serna, el mayor depredador de Huatulco, celebramos la noticia de que el festival “Música por la Tierra”, otro de sus negocios, ha sido suspendido.

Pumarejo de la Serna, director de Operadora de Entretenimiento y Eventos Especiales, S.A. de C.V., desde hace más de diez años se encuentra enriqueciéndose a costa de poner en riesgo el ecosistema de esa hermosa región de la Costa, contando con el apoyo de Fonatur.

Su empresa, dedicada al negocio del entretenimiento con músicos comerciales en diversas partes del país, y con la que organizaba cada año conciertos en Huatulco, utilizando un título seudoecologista: “Música por la tierra”, justificaba su ambición monetaria con el argumento de impulsar proyectos de investigación científica.

Por cierto, los respaldos de estudios de impacto ambiental también los realizaba la misma Operadora de Entretenimiento y Eventos Especiales, como el proyecto de Punta Maguey; que provocó que los artistas Leonardo da Jandra y Agar García fueran expulsados de lo que fue su hogar por más de 20 años, siendo que, gracias a ellos, Huatulco fue declarado parque nacional.

La investigación científica es algo muy serio, para eso existen instituciones dedicadas a ello —cuestionamos en su tiempo—, y se requiere conocimientos, preparación y recursos humanos y económicos, que obviamente no puede tener una simple empresa: Operadora de Entretenimiento y Eventos Especiales, S.A. de C.V.

Cómo era posible que Fonatur y Semarnat aceptaran esos estudios, a todas luces inservibles, que servían solamente para justificar sus negocios fáciles con grandes ganancias, pues los terrenos los entregaría la institución de turismo “en comodato”: ¡ni siquiera invertirían en tierras! Pero ha sido tan influyente que hasta la revista Milenio Semanal avaló su proyecto.

Ese proyecto de 39 cabañas “ecoturísticas” se le ocurrió al empresario en el 2004; eran más de 60 hectáreas de terrenos dentro del Parque Nacional Huatulco colindantes con el mar, y que presentó como “Centro de investigación y turismo de bajo impacto”. Algunos líderes comunales señalaron que, si se construía el sueño de Pumarejo, quemarían las cabañas. Tanta oposición generó frutos y el proyecto no prosperó.

Sin desmayar por su fracaso de Punta Maguey, al año siguiente, Agustín Pumarejo adquirió 257 hectáreas de tierras comunales en la Costa de Oaxaca, pero de manera ilegal, como lo denunciaron los comuneros de San Miguel del Puerto, a ocho kilómetros de Huatulco.

Por supuesto, también aquí presentó su “Manifestación de Estudio de Impacto Ambiental” que gestionó ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de su proyecto registrado como “El secreto del Puerto”, que contempla 429 lotes unifamiliares, 18 lotes de condominios, un campo de golf, una casa club, edificios de mantenimiento y dos lagos artificiales.

Pero, los comuneros, con Sótero Garnica, comisario presidente de Bienes Comunales al frente, afirmaron al diario La Jornada, los noticiarios de la Voz del Pacífico Sur y Stereo Huatulco, entre otros que, el promotor musical era un falsificador de documentos, para lo cual, como es obvio, contó con la complicidad de notarios públicos, así como de ex dirigentes comunales, y del Gobierno del Estado, ya que Pumarejo logró el año pasado que el Tribunal Agrario, con sede en la ciudad de Oaxaca, desincorporara esas hectáreas del núcleo agrario de Santa María Xadani, al que por resolución presidencial pertenecen. Era un despojo, pues.

Todo se hizo con sigilo, sin embargo, los comuneros escucharon un rumor de la desincorporación en sus tierras de la parte de la playa “La Mañosa”. Enterados los mañosos de que los dueños de las tierras pretendían conocer esos documentos, por medio de Jesús Sánchez Aparicio, apoderado legal de Pumarejo, solicitaron por escrito a las autoridades agrarias negar todo tipo de consulta al expediente “a las personas que se ostente como integrantes de ese órgano de representación por no tener dicha personalidad jurídica”.

Pero, encabezados por Sótero Garnica y Francisco Ruiz, presidente del consejo de Vigilancia, los comuneros de Xadani insistieron ante el Tribunal Unitario Agrario y obtuvieron el expediente 40/2008 de casi 500 copias. “Entonces detectamos irregularidades que hicieron esas personas para posesionarse de esa franja de terrenos comunales”, dijo Garnica.

En esa revisión, los dirigentes agrarios localizaron documentos, con supuestas asambleas con acuerdos, a las que los comuneros nunca asistieron ni tampoco convocados.

Señalan que esos documentos están plagados de anomalías; como que, en el expediente se encuentra el acta de una supuesta asamblea extraordinaria de comuneros que tuvo lugar el 20 de abril de 2008.

Pero ellos afirman que esa asamblea nunca se realizó, no obstante, el Notario Público número 105, con sede en el municipio de Zimatlán de Álvarez, Eduardo García Corpus (¿les suena el apellido?) dice que sí le consta que ocurrió. Uno contra toda la comunidad.

Es extraño que tuvieran que ir tan lejos para registrar documentos, si en Huatulco hay tres notarías públicas.

Sin embargo, se sospecha otra corrupción.

Porque esta acción irregular contó con el apoyo de los comisarios que, hasta mayo de 2009, encabezaron Bienes Comunales: Felipe Aragón Martínez, Antonio Rodríguez Ruiz, Joel Cortés Rodríguez, Benito Fuentes Mendoza, Miguel Romero Peralta y Elpidio García Hernández son los ex integrantes que ayudaron a Pumarejo de la Serna para conseguir su propósito, según la prueba la documentación del expediente 40/2008.

Esas son otras de las inconsistencias que Sótero Garnica y Francisco Ruiz han encontrado en la revisión documental que realizan del expediente agrario 40/2008, abierto en el Tribunal Unitario Agrario.

“Existen datos que no coinciden, de quienes supuestamente son dueños, datos donde no coinciden las actas de posesión, aparecen nombres de personas que no conocemos en la comunidad, hay nombre extraños ahí”, aseguran al mostrar al menos unos 20 documentos supuestamente firmados por sus antecesores en el cargo de representación comunal”.

Y es que en la documentación que tienen los denunciantes están los nombres de Agustín Pumarejo de la Serna, Irene Barroeta Aguerrebere, Patricia Aguerrebere Barroeta, Frederick Roth, Paulina Segura, José de Jesús López Marquez, Adolfo García Minutti, Cecilia Flores, Carlos Roberto Maldonado Ibarra, Agustín Rojas Lomelí, Carlos Maldonado Ibarra, Antelmo López Mendoza y Vicente Parada Hernández, entre otros.

Los denunciantes señalan que, el famoso apellido Pumarejo de la Serna aparecen en siete constancias de posesión, extendidas, presuntamente, por quienes fueron autoridades entre diciembre de 2005 y diciembre de 2006.

Incluso dice Sotero: “hay, incluso, documentación donde mencionan una pequeña propiedad pero nosotros nunca nos enteramos de que en los bienes comunales pudiera existir ese régimen de propiedad”.

A pesar de las múltiples críticas, Pumarejo ha sido intocable, hasta ahora en que le censuran su festival, porque el año pasado, para el festival, el gobierno estatal le regaló al empresario un millón y medio de pesos; la institución que lo ha apoyado hasta la ignominia, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) le donó otro medio millón de pesos y el Ayuntamiento de Huatulco hizo lo propio entregando 500 mil pesos más.

No contento con eso, Pumarejo también convenció a una empresa cervecera, que le dio otros 180 mil pesos en efectivo, según declaró en abril de 2009 el mismo Pumarejo de la Serna a medios locales. No habló de las ganancias que dejaban los dos conciertos anuales, que se calcula es de más de un millón de pesos.

Ya es tiempo que algo se haga contra vivales que abusan de los desprotegidos y bajo banderas ecologistas destruyan el entorno ecológico de lo que antes del “progreso” era un paraíso. Ante tantas evidencias, no parece posible que la Semarnat y las demás autoridades, autoricen el cambio de uso de suelo para beneficiar a Pumarejo y socios. Pero…