La ruta de la contienda electoral por la presidencia en el 2012 ya inició y sus vericuetos se van abriendo en las elecciones estatales del 2010 y del 2011.
Esta ruta tiene uno de sus atajos más importantes en las elecciones oaxaqueñas del 2010, lugar en donde se asienta el bastión más antiguo del PRI y las viejas prácticas de control político se encuentran enraizadas con la desigualdad y la pobreza de grandes capas de la población.
En el debate se dice mucho que ante su posible regreso a la presidencia de la república, el PRI ya no será el mismo de hace 20 años, pero también es previsible que la potencia corporativa y clientelar de ese partido se acentuará en regiones en donde los poderes ejecutivo, legislativo y judicial funcionan de manera vertical, uno sobre otro, en donde no existen instituciones autónomas y en donde no se sabe de alternancias electorales, como es el caso de Oaxaca.
Siguiendo la lógica del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, del dirigente del sector popular del PRI, Emilio Gamboa y de la lideresa de ese partido, Beatriz Paredes, las elecciones del 2010 son tan sólo eslabones en el reposicionamiento del PRI con miras a su regreso a Los Pinos; las referencias al 2012 se van convirtiendo en rutinarias y están en sus discursos públicos.
Por ello, aprecian los lugares en donde “la maquinaria se encuentra bien aceitada”, como repiten sus operadores locales.
Según sus cálculos, la estructura oaxaqueña tiene todas las ventajas para el financiamiento de las elecciones que vendrán, debido a que en esta entidad los recursos públicos se ejercen sin rendición de cuentas, por la ausencia de contrapesos institucionales, por el sometimiento de los árbitros electorales locales y porque aquí se practican un sinnúmero de triquiñuelas para acomodar las cosas a su modo; por eso no pueden darse el lujo de perder el gobierno estatal, el congreso y los municipios en un lugar en donde “tienen la mesa puesta”.
Siguiendo el plan Peña-Gamboa-Paredes, en esta coyuntura electoral pueden traer a Oaxaca inversiones de otros gobiernos estatales priistas para realizar diversas transacciones que serán cobradas con altos réditos a los próximos gobiernos, que desde luego, esperan que sean priistas.
Así, los recursos del estado de México y otras entidades federativas se complementarán con las aportaciones del gobierno oaxaqueño y de los municipios; al final, si la apuesta sale a su favor, en el reparto de cuotas y cobro de facturas “todos se pondrán a mano”.
También tendrán oportunidad de ajustar cuentas con aquellos que no entreguen los resultados esperados.
Las proyecciones de los dirigentes priistas no sólo se establecen en función del número de votos alcanzados sino de las estrategias y formas para obtenerlos o arrebatarlos, y para esto, Oaxaca constituye un laboratorio para el despliegue que la maquinaria pretende replicar a nivel nacional en el 2012.
No se trata de buscar innovaciones en materia política y electoral, sino de probar los recursos de la antigüedad que todavía siguen funcionando.
Oaxaca ofrece muestras espectaculares de recreación del pasado, como la observada en el acto proselitista del PRI en Salina Cruz, a la cual asistió uno de los “paladines” de la renovación sindical, Carlos Romero Deschamps, y en donde los agremiados a la Sección 38 del Sindicato de Trabajadores Petroleros “se fusionaron como un solo hombre para apoyar a su candidato”, como gustan decir en el argot de las sumisiones.
Y es que el PRI es un referente insoslayable en cualquier predicción de correlación de fuerzas, por sus más de 80 años de acumulación de experiencias de control político, de ganar o arrebatar a cualquier costo, y que en su ruta hacia el 2012 lanza el arcaísmo hacia el futuro.
El pragmatismo y los acuerdos de corto plazo van guiando sus conductas, lo mismo negocian el incremento de impuestos para toda la población a cambio de la impunidad de sus operadores, que recurren al enmascaramiento de su propaganda electoral con información noticiosa y derrochan recursos en medios masivos, aunque en su entorno existan condiciones de hambruna.
La ideología y la congruencia simple y sencillamente les estorba, excepto para la elaboración de sus discursos públicos y para acusar a sus opositores de lo mismo que ellos carecen.
Esta mecánica la conocen muy bien los operadores oaxaqueños de la maquinaria, saben que en el reacomodo de grupos de poder va en juego su futuro económico y tampoco pueden darse el lujo de quedarse con los brazos cruzados; por ello tienen que cumplir a cabalidad en sus operaciones clientelares en regiones y municipios, en las campañas de lodo y en la infiltración de sus opositores para reventarlos desde adentro, para generar conflictos y así generar desbandadas hacia su causa.
En los municipios, la maquinaria encuentra una de sus tareas más complicadas; puesto que saben de imposiciones y chantajes para contener inconformes, pero no de la integración de liderazgos naturales y de generación de consensos que permitan el cambio democrático desde esos espacios.
Aunque el cambio no les importa, ya que observan la estructura institucional como una gran agencia de colocaciones para sus familiares, compadres y subordinados.
Ante los excesos en la conducción de la maquinaria y el olor a rancio que deja, es importante considerar que el cambio democrático no provendrá de la voluntad de unos cuantos líderes, ni de las burocracias del gobierno y los partidos, sino de las organizaciones civiles y de los ciudadanos, muchos de ellos, sin filiación partidista.
En coyunturas como la que vive Oaxaca, resulta relevante una alianza ciudadana de largo plazo, más allá de estrategias circunscritas a la temporalidad electoral.
En este sentido, resulta relevante la iniciativa de construir un dialogo público que permita la articulación de esfuerzos para establecer acuerdos políticos, de definir una agenda que garantice condiciones de respeto a los derechos humanos, justicia, equidad social y participación ciudadana, como apunta el Foro Público Oaxaqueño “Construyendo Consensos Ciudadanos”, entre otras propuestas que van surgiendo desde la sociedad civil.
*Investigador del IISUABJO.
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