Los actos de violencia desmedida que despliegan las fuerzas policiales de Estados Unidos hacia los migrantes quedan impunes ante la complacencia de sus superiores, quienes además les dan aún más facultades para manifestar su odio racial a nuestros connacionales y, en general, a todo inmigrante a aquel país, como sucede con la recién creada Ley SB 1070 de Arizona.
Ante ello, el pleno de la LX Legislatura del Congreso del Estado de Oaxaca revisa el acuerdo enviado por su homóloga de Jalisco por el que se suman a la protesta del Gobierno federal en contra de los actos repulsivos y discriminatorios y demandan enérgicamente el respeto a sus derechos humanos esenciales y la implementación de medidas conjuntas en materia de protección a los migrantes.
El documento señala que en estos tiempos no es novedad escuchar de las agresiones que sufren día a día los migrantes, sobre todo indocumentados en los Estados Unidos de Norteamérica, cuando de alguna u otra manera tratan de cruzar la frontera que nos une con aquel país.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, los casos de mexicanos muertos o heridos por el uso de la fuerza de las autoridades migratorias se han incrementado en los últimos tres años, al pasar de cinco en 2008, a 12 en 2009, y a 17 en lo que va del presente año.
La propuesta turnada para su estudio y análisis a la Comisión Permanente de Asuntos Migratorios indica que el añorado sueño americano sigue siendo la meta de muchos mexicanos que buscan mejorar su realidad económica y satisfacer las necesidades básicas de su núcleo familiar, por lo que continúan cruzando la frontera de los Estados Unidos de manera ilegal, a pesar del esfuerzo de prevención de nuestro país de concientizarlos respecto a los riesgos a que se expone un migrante.
Se intenta dejar claro que esta situación no es nueva, así como tampoco es necesario que ocurran actos violentos de tal magnitud para que condenemos y repudiemos la violencia ejercida en contra de nuestros compatriotas, que al migrar hacia la Unión Americana no buscan otra cosa, sino mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.
El incremento de la vigilancia en la frontera y las agresiones que con ello se generan no son la solución a este problema, sólo provocan que aumenten los cruces clandestinos, arriesgando la vida de los indocumentados, puesto que la actitud hostil de los oficiales estadounidenses ha generado un clima de temor, por lo que para evitar ser detenidos, los migrantes han comenzado a utilizar rutas más peligrosas, destaca el documento.
La migración se da por cuestiones económicas por la falta de oportunidades laborales en sus lugares de origen y ante esa situación no habrá muro de piedra policíaco o militar que los detenga. Los migrantes no son criminales y, no obstante, se les trata como tales. Las autoridades norteamericanas olvidan, incluso, que el territorio que hoy defienden con uñas y dientes pertenecía a México originariamente, señalan los legisladores en el texto del acuerdo.