Salvador Estrada Castro, autor del libro “Yo, Corresponsal de Guerra” –que escribió junto con otros compañeros, luego de cubrir la guerra civil de El Salvador en 1979-1980–, consideró que el gobierno federal que preside el panista Felipe Calderón Hinojosa “es un Estado con fallas, no fallido”, dada la escalada de violencia registrada en este sexenio.
Durante su visita a Oaxaca, el Premio Nacional de Periodismo (1976, por una entrevista al presidente Luis Echeverría Álvarez sobre “El Tapado”) lamentó los secuestros a reporteros, que sólo son “soldados que cumplen con su deber”, a raíz de la guerra federal declarada en contra del narcotráfico, principalmente.
De enero a la fecha, dijo, el Club Primera Plana –del que forma parte desde hace cuatro décadas y en el cual fue director de Desarrollo Social– ha registrado 12 desapariciones y 64 muertes a manos del narco. En este sentido, Estrada recordó la marcha de protesta realizada el pasado 7 de agosto en el Distrito Federal, para exigir la resolución de estos casos. Aunque criticó la falta de unidad y solidaridad en el gremio, e incluso hasta el “fuego amigo”.
Antes, dijo, era común el “radio pasillo” o diálogo de banqueta, la “caminera” (copa de licor o vaso de cerveza para brindar), y jugar al dominó o cubilete entre compañeros. Ahora, expuso, algunos se reúnen para platicar o reportear en grupo, siempre y cuando cubran las mismas fuentes.
No obstante, destacó los esfuerzos periodísticos para dignificar este trabajo, como la propuesta presentada por el Club Primera Plana al Congreso de la Unión, para fijar las percepciones en cinco o diez veces el salario mínimo, garantizar el seguro de vida –dado que México es el país más peligroso en el mundo para ejercer el periodismo, según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)–, y que haya capacitación constante por parte de las empresas.
“La guerra es horrible”
Chava Chava refirió que como corresponsal de guerra en El Salvador sintió mucho miedo, al igual que el también periodista mexicano Eduardo Salazar cuando estuvo en Irán y el cual le confesó que a su regreso a México evitó dar a conocer lo que sintió por no parecer cobarde, a lo que Estrada le contestó que sólo es un ser humano.
Comentó que trabajaban de 7:00 a 10:00 horas para enviar temprano su información, a veces por televideo. Hicieron buenos contactos, aunque indicó que “las guerras se cubren con dinero; se cubren bien porque se cobran”. Y que el contacto local les llegaba a cobrar hasta 500 dólares por moverlos de un lugar a otro si el riesgo era mayor.
Sin embargo, a la distancia el periodista recuerda con humor que ante la falta de dinero él prefería llamarse “corresponsal de gorra”, no de guerra. Y que al vivir esas experiencias “aprendí a amar a Dios. Y le agradezco cada día que estoy aquí”.
Los conflictos bélicos, dijo, no son como en las películas, “la guerra es espantosamente horrible”. Y durante la cobertura que hizo en El Salvador pensaba en sus hijos, su familia.
De vuelta a México, Estrada afirmó que el presidente Calderón “No está capacitado para frenar la violencia”. Comentó que “en los grupos de AA (Alcohólicos Anónimos) hay una fuerza poderosa (un dios como cada cual lo conciba) y hay que encomendarse a ella, porque el gobierno federal no podrá solo”.
“El narco –agregó– gana porque es anónimo, maneja dinero y hay injusticia en el país, porque la riqueza no se reparte de manera equitativa. Y si a un policía que tiene un salario de cuatro mil pesos le dicen ‘te doy otros ocho mil pesos, sólo avísame cuando haya un operativo’, fácilmente lo corrompen, ejemplificó.
Además, dijo, el presidente Calderón no tiene un equipo de trabajo como lo tuvo el PRI cuando ocupó la presidencia, donde cada cual sabía lo que tenía que hacer y lo hacía. No que ahora se invita a los amigos a gobernar y para esto se necesita gente capacitada.
Ante esta situación nacional, Estrada insistió a los periodistas “prepararse para servir mejor a la sociedad”.