Lo conocí primero por sus raíces. De esto hace poco más de 20 años, cuando tuve la oportunidad de colaborar para una institución financiera ubicada en la Colonia Reforma.
Ahí fue mi primer contacto con el matrimonio formado por la Lic. Perla del Carmen Rojas Narváez y don Francisco Zavaleta Ríos, personas amables y sumamente trabajadores.
Don Paco, como cariñosamente le llamamos, un gran impulsor de la siembra del café en la región chatina, donde tenía una tienda de abarrotes, de las más importantes de la región.
Doña Perla, mujer culta, hija de un prestigiado y estimado abogado como lo fue don Guillermo Rojas, y litigante reconocida.
Fue ahí cuando siendo todavía unos adolescentes conocí a los hermanos Francisco y Miguel, a quienes sus padres les inculcaron el amor por el trabajo y por el estudio.
A Guillermo, quizá por ser el menor de los tres, no lo traté sino hasta años después, ya en otro escenario totalmente distinto al bancario. En diversas ocasiones tuve la fortuna de gozar de la hospitalidad del matrimonio Zavaleta Rojas cuando de ir a dar gracia a la Virgen de Juquila se trataba.
Fue al principio del año 2004 cuando se fortalecía el sueño de querer cambiar el estado de las cosas en Oaxaca, cuando tuve la oportunidad de tratar con personas con un talento sobresaliente, pero particularmente con la determinación de impulsar la transición democrática.
Todos los días, a primera hora, nos reuníamos en algo que se llamó “el cuarto de análisis” Jorge Fernando Iturribarría, Rolando García Varela, José Luis Montero Garnica, Benjamín Robles Montoya y por supuesto Guillermo Zavaleta Rojas.
Era el tiempo en que la coalición “Todos somos Oaxaca” comenzaba a organizarse en torno a la figura de Gabino Cué Monteagudo.
El primer recuerdo que llega a mi memoria es el de un joven inquieto, por momentos callado, pero que de repente cuando intervenía nos sorprendía a todos por su profundidad y en ocasiones por lo “puntiagudo” de su comentario.
Panista por herencia, siempre defendió lo que a su criterio era lo correcto, su carisma y su carácter abierto, franco y recurrentemente bromista, pronto le permitió ganarse el afecto de muchos amigos que con el simple hecho de verlo, ya nos sentíamos animados para continuar la jornada.
Sin duda ese fue su gran Don, el mostrarse sin dobleces y sin apariencias en el lugar en donde se parara. Uno sabía que estaba molesto con tan sólo mirarle a los ojos, pero también uno sabía que estaba feliz con tan sólo mirar su sonrisa; esa sonrisa mi querido Memo que llevaremos guardada en nuestra mente y en nuestro corazón.
Como todo en la vida, lo que se siembra se tiene que cosechar, y fue así como comenzaron a llegar las oportunidades políticas para Memo. Muy pronto se incorporó a los trabajos de proselitismo del candidato de su partido, Vicente Fox, lo que le permite merced a su forma de ser, hacerse de magníficos amigos como Santiago Creel Miranda y Javier Corral Jurado, entre otros que de inmediato reconocieron la entrega e inteligencia de Memo en las actividades encomendadas.
Fue así como pronto contendió por ocupar un puesto de elección popular, lo que de entrada originó una persecución en su contra como consecuencia de su participación en las filas de la oposición; intimidación, por cierto, que lejos de debilitarlo vino a fortalecer sus ideales y carácter.
Así obtuvo una curul por el PAN en la LIX legislatura, en el trienio 2004-2007, una concejalía en la Ciudad de Oaxaca para el período 2007-2010 a la cual tuvo que solicitar licencia, pues gracias a su trabajo de partido alcanzó el registro para contender por la vía plurinominal a una diputación federal, misma que ostentaba hasta el día del lamentable acontecimiento.
Su cercanía y amistad con el gobernador electo, Gabino Cué, le auguraban una participación trascendente en la transición democrática de la que él mismo fue artífice en los momentos más álgidos de su construcción.
Memo era una persona realizada, plena y feliz. Recientemente había encontrado el equilibrio que todo hombre busca al contraer nupcias con Keren Jiménez Santos y posteriormente al tener entre sus brazos a quien se convirtió en uno de sus principales motivadores, su hijo Nicolás, quien se unió al orgullo que sentía por Guillermo y Ernesto.
Si alguna vez se quejó Memo durante la precampaña, fue porque deseaba estar más tiempo al lado de su esposa Keren, sobre todo en el periodo gestacional.
Hoy no encontramos las palabras para manifestarle nuestro pesar y solidaridad a su esposa, hijos, padres y hermanos, a quienes tanto afecto y respeto les tengo. Por eso he decidido que sean las palabras del cantautor Alberto Cortés, quien exprese lo que yo no puedo.
¡Gracias Memo! Desde donde estés síguenos guiando en este transitar hacia algo mejor para Oaxaca, sueño que fue tu sueño y que sin duda que todos sabremos que serás partícipe siempre. ¡Hasta pronto amigo!
Cuando un amigo se va / queda un espacio vacío / que no lo puede llenar / la llegada de otro amigo.
Cuando un amigo se va / queda un tizón encendido / que no se puede apagar / ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va / una estrella se ha perdido / la que ilumina el lugar / donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va / se detienen los caminos / y se empieza a revelar / el duende manso del vino.
Cuando un amigo se va / queda un terreno baldío / que quiere el tiempo llenar / con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va / se queda un árbol caído / que ya no vuelve a brotar / porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va / queda un espacio vacío / que no lo puede llenar / la llegada de otro amigo.