En el marco del Día Mundial de la Alimentación, uno de los 22 líderes del Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria (PESA) que opera en Oaxaca, Gonzalo Villalobos López, afirma que en la entidad, 4 de cada 10 oaxaqueños “viven en condiciones de pobreza alimentaria”, lo que debería ser un foco rojo para el nuevo gobierno que entra en funciones a partir del 1 de diciembre próximo.
Los datos sobre las condiciones de pobreza alimentaria en Oaxaca son de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), y Villalobos López menciona que en las zonas rurales “viven los pobres de los más pobres”, por lo que “urge” que quienes vayan a integrar el nuevo gabinete del gobernador electo, Gabino Cué Monteagudo, “hagan un análisis para la conformación de políticas públicas” acerca de esta problemática que viven los oaxaqueños.
Villalobos López es uno de los organizadores del ciclo de conferencias titulado “Hagamos de la Tierra la fuente de nuestra alimentación”, que se hace en el marco del Día Mundial de la Alimentación y que por primera vez se realiza en Oaxaca.
Participan la FAO, las secretarías de Desarrollo Rural y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, así como las 22 organizaciones que llevan a cabo el programa de PESA, en diversos municipios de la entidad oaxaqueña.
El también ingeniero agrónomo, quien trabaja con 15 municipios de alta y muy alta marginación, consideró que el nuevo Gobierno debe tomar en cuenta que la población es eminentemente rural, “encontramos que el 63 por ciento de la población de Oaxaca, de acuerdo al Coneval, vive una cierta pobreza, el 38 por ciento; es decir, 4 de cada diez, vive en pobreza alimentaria, lo que significa que no les alcanza ni para comprar sus alimentos”.
Durante este ciclo de conferencias, Villalobos López participa con la ponencia “Producción de alimentos en el contexto del cambio climático” y dice que este fenómeno “afecta a los más pobres, porque son los más vulnerables”.
Agregó que el cambio climático nos está indicando que la orientación de la política agrícola tendría que considerar el sostenimiento de la biodiversidad, como una estrategia de supervivencia en el largo plazo, no sólo como una reivindicación ambientalista, “hoy es y tiene que ser una estrategia de vida”.
Con al menos 15 años trabajando en favor del medio ambiente, consideró que hoy en día la agricultura tiene que correr tres vertientes: debe tener la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas; tener la capacidad de sostener la biodiversidad silvestre y crearse su propia biodiversidad agroecológica.
“Estoy hablando de conservar los recursos genéticos, las especies y los ecosistemas, que permitan la reproducción al propio sistema agrícola”, puntualizó.
Las 22 organizaciones que integran el PESA colocaron sus stands –en un hotel del norte de la ciudad y donde también se realiza el ciclo de conferencias– con productos de las ocho regiones de la entidad para demostrar que sí es posible que las mismas comunidades produzcan sus alimentos.